En las últimas semanas estamos
recibiendo multitud de avisos por parte de empresarios señalando que han
intentado engañarlos con una suplantación de identidad que envía supuestas
facturas para su pago. En este sentido, la estafa de las facturas falsas se produce
cuando un tercero envía una factura fraudulenta para su pago a una entidad,
aunque también pueden darse casos en particulares.
Normalmente, los delincuentes que
cometen estos fraudes investigan los contratos y nombres de proveedores que
proporcionan bienes a una empresa en particular.Acto seguido, suplantan la
identidad de un proveedor legítimo y envían las facturas al personal
subordinado.
Los productos que se mencionan en la factura falsa como, por ejemplo, material de oficina, son tan comunes que hace que el destinatario proceda automáticamente con el pago sin revisar si es real esa venta de productos o prestación de servicios. Los criminales lo saben, y evitan poner productos o servicios más especiales o específicos, ya que facilita que sea contrastado a nivel interno.
Una vez más, pedimos sentido común y no
fiarnos de los correos electrónicos que nos lleguen. Además, desde la
Asociación Española de Consumidores recomendamos:
-Tener canales de comunicación efectivos
para poder verificar las solicitudes de pago. El personal de una empresa o un
consumidor debe ser consciente de la credibilidad de las facturas que les
lleguen.
-En el caso de las empresas se debe
formar a la plantilla en ciberataques para enseñarles a identificar y prevenir
cualquier ataque a través de medios digitales
-Verificar siempre cómo se emitieron las
facturas anteriores y si son los mismos medios de pagos.
-Normalmente se suele presionar para la
realización del pago de una factura falsa.
-No debemos pagar hasta no estar
completamente seguros de la identidad real del remitente de la factura
-Si recibimos una factura falta debemos hacer denuncia ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
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