El Ministerio de
Economía, Ciencia y Empresa ha decidido someter a consulta pública, hasta el 16
de mayo, la OPA lanzada por el BBVA contra el Banco Sabadell. Ni siquiera en la
fusión de Caixabank con Bankia, a pesar de ser de titularidad pública esta
última, el Gobierno tomó una decisión de ese calibre. La nueva fusión ya tiene
la aprobación de la CNMC, y la consulta se limita a solicitar a los
participantes una relación de exigencias adicionales a las anteriores, que ya
han sido aceptadas por el banco opante. Una de estas condiciones aprobada es
crear una “Cuenta para Clientes Vulnerables” sin comisión alguna. “¿Considera que existen criterios de interés
general distintos de la defensa de la competencia que pueden verse afectados
por la operación BBVA/ Banco Sabadell?”, reza la pregunta. Una vez recibidas las
respuestas de la consulta, el ministro dispone de unos pocos días para decidir
elevar su propuesta al Consejo de Ministros, que dispone de un mes para
resolver.
Dos oficinas contiguas de BBVA y Sabadell / Loa
En opinión de
los analistas, se tiene la convicción de que finalmente el Gobierno sumará
algún condicionante más a los impuestos por la CNMV, pero tiene complicado
prohibir la fusión porque sería ir contra los organismos que han dado su
aprobación y contra los propios criterios de la Unión Europea que precisamente
incentiva este tipo de operaciones. Pero puede ocurrir que los condicionantes
sean tan exigentes que dejen de hacer atractiva la operación tanto para un
banco como para otro, e incluso para los dos.
Tanto BBVA como
Sabadell son dos entidades de carácter privado, sin participación pública
alguna, y deben ser principalmente sus accionistas quienes valoren la
conveniencia de la fusión. Pero no cabe duda de que una operación de este tipo
tiene influencia en la competencia financiera y es lógico que las empresas,
entidades sociales y ciudadanos en general estén preocupados por el desenlace
final. En nuestra provincia, el Sabadell tiene una decena de oficinas y medio
centenar de empleados que serían absorbidos por el BBVA, pues en todos los
municipios donde está presente un banco se encuentra presente también el otro.
El abanico de oferta bancaria se reduciría.
Los resultados de BBVA y Sabadell en los últimos años, altamente positivos, como toda la banca, avalan la idoneidad de la permanencia por separado de ambas entidades. Por otra parte, el sistema financiero español se encuentra ya tan poco atomizado que una nueva concentración restaría niveles de competencia y, por ende, no sería beneficiosa para los usuarios. Digamos, pues, en la medida de nuestras posibilidades, NO a la fusión BBVA-Sabadell.
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