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Almanzora

Pablo Requena
Periodista

Palacio de Almanzora
Si Almería es la provincia andaluza más postergada y arrinconada, se podría decir que la comarca almeriense del Almanzora es la zona más dejada y olvidada de la provincia. En esta hermosa comarca habitan unas 60.000 personas, la mayoría de ellas en pueblos de menos de tres mil habitantes, siendo los “grandes núcleos urbanos” municipios como Albox, Cantoria, Albanchez, Macael y Olula del Río.

Digo lo del abandono crónico que padece esta comarca por algunas obras fundamentales para su desarrollo y que tenían que estar acabadas hace décadas. Supongo que más de uno ya estará pensando en la autovía del Almanzora, que, efectivamente, se lleva prometiendo desde principios de los años 90. Y sí, es la principal infraestructura del Valle, la que debe articular toda la comarca y la que lleva más de dos semanas parada porque la Junta de Andalucía no paga a las empresas encargadas de dicha obra. Una “desfachatez y vergüenza”, según el presidente de la Mancomunidad del Almanzora, quien ve normal que la Junta no pague “porque no tienen un puñetero duro”. Un deja-vu… ¿la A-92?

Sin duda, los históricos retrasos de la autovía del mármol –hay quien dice, y no escaso de argumentos, que técnicamente no es autovía, pero ese es otro cantar- son para irse a la Consejería de Obras Públicas de nuestro admirado Gobierno andaluz y ciscarse en la madre de alguno, no alguna. Pero como en Almería lo de tragárnoslas dobladas se nos da de fábula, nanai.

Dejamos esta incompleta pseudo-autovía para irnos hasta Cantoria, donde se encuentra uno de los monumentos con más interés de nuestra provincia, y a la par de los más abandonados: el Palacio del Almanzora, una hermosa construcción del siglo XVIII. Para que se hagan una idea, su estado actual de ruina tiene poco o nada que envidiarle al Cortijo del Fraile, también abandonado per secula seculorum por la Junta de Andalucía y actual almacén agrícola. Aunque, que el Palacio del Almanzora esté como esté no sólo es culpa de la Junta: el alcalde de Cantoria sabe de lo que hablo.

Si a estas dos demandas históricas –autovía y rehabilitación del Palacio del Almanzora- les sumamos otras como los problemas con el abastecimiento de agua, el consorcio de Bomberos de la comarca, el inapreciable desarrollo del turismo rural, o la falta de inversiones reales, nos damos cuenta de lo poquito que parece importarle esta zona de la provincia a nuestra casta política -porque sí, yo creo que son una casta, escueza a quien tenga que escocer-. ¡Que espabilen, leñe! (tanto los políticos como los almerienses afincados en el valle del Almanzora).

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