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El PP de Almería, con Casado


Simón Ruiz
Enviado especial

➤➤➤Acabó el misterio y se deshojó la margarita por completo en la clausura del congreso nacional extraordinario del Partido Popular. Los almerienses se volcaron de manera mayoritaria con el triunfador de la contienda, Pablo Casado Blanco, nuevo presidente. La delegación almeriense la formaban más de 70 compromisarios entre electos y natos. Había quienes apoyaban a Soraya Sáenz de Santamaría y quienes optaron por Pablo Casado, dentro de la libertad de voto pregonada desde la dirección provincial (Gabriel Amat) y de la aspirada neutralidad. Ganaron estos últimos.

Javier Aureliano García, con Casado, y Ramón Fernández-Pacheco, con Sáenz de Santamaría

Según distintas fuentes, de esos compromisarios más de 60 habrían escrito en su papeleta el nombre del exvicesecretario de Comunicación y menos de 15 el de la exvicepresidenta del Gobierno de la Nación. El voto en el congreso nacional extraordinario del PP era secreto. En eso se ha insistido mucho en estos días. Por eso, siempre será arriesgado atestiguar al cien por cien que Casado tuvo esos apoyos de Almería. Pero hay un dato más que relevante. En las recientes primarias, María Dolores de Cospedal dobló en votos en territorio almeriense a Soraya Sáenz de Santamaría. O, lo que es lo mismo, los ‘cospedalianos’ llevaron a Madrid el ‘mandato’ de apoyar a Pablo Casado porque la exsecretaria general no pasó el corte de las primarias. Entre ellos había indecisos, pero todo indica que fueron convencidos en la segunda visita de Pablo Casado a Almería (ayer sábado hizo una semana) y en los pasillos del cónclave en el Hotel Marriot de Madrid.
Casado ha recompensado el apoyo del PP de Almería con la inclusión de Javier Aureliano García Molina en el Comité Ejecutivo Nacional
Casado ha recompensado el apoyo del PP de Almería con la inclusión de Javier Aureliano García Molina en el Comité Ejecutivo Nacional. Como se ha publicado en los últimos días, la delegación almeriense viajó dividida a la capital de España, y con los apoyos más claros hacia Soraya Sáenz de Santamaría. La exvicepresidenta del Gobierno con Mariano Rajoy encontró en estas tierras del Sur el respaldo de dos alcaldes de grandes ciudades, el de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, y el de El Ejido, Francisco Góngora, así como de la portavoz parlamentaria en la Cámara andaluza, Carmen Crespo, y la diputada autonómica Aránzazu Martín. Fernández-Pacheco fue incluido en la propuesta de Comité Ejecutivo de Soraya.

Conocido el resultado de ayer, el regidor almeriense puso en valor el perfil político de Pablo Casado para ocupar la presidencia nacional. A esos nombres propios hay que sumar los de los diputados Juan José Matarí y Carmen Navarro y los tres senadores electos, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, Eugenio Gonzálvez y Maribel Sánchez. Apoyaron primero a Cospedal y ahora a Pablo Casado. Y, al margen de ellos, hay quien se ha situado en la llamada ‘neutralidad’. No han desvelado a quién iban a votar. Son los casos de la senadora autonómica Rosario Soto y el parlamentario Pablo Venzal Contreras.


Se equivocó Pedro Manuel de la Cruz
Emilio Ruiz

El director de La Voz de Almería, Pedro Manuel de la Cruz, es un excelente analista de la situación política en la provincia. Sus previsiones raramente no se cumplen. Pero esta vez no ha acertado. Nunca pensó que quienes en Almería habían apoyado a Cospedal, quince días después iban a elegir la papeleta de Pablo Casado.



Hace dos semanas, una vez finalizada la primera fase del proceso de primarias, en su artículo dominical, manifesto: "Quienes optaron el jueves por Cospedal no van a tener mucha dificultad en votar a Soraya en el momento decisivo. Y no lo van a tener porque con su apoyo a la exvecepresidenta recuperarán el camino del reencuentro de aquellos -Juanma Moreno, Javier Arenas- con dolor se alejaron. Los compromisarios almerienses que han votado a Cospedal no van a votar a Casado". Pues, sí, parece que sí, que han votado a Casado, tal como informa desde Madrid Simón Ruiz.

El PP almeriense, con Cospedal


Emilio Ruiz
www.emilioruiz.es

➤➤➤ No ha habido sorpresas. Tal como se vaticinaba (léase al respecto nuestra columna 'Cospedal, primero'), la exsecretaria general María Dolores de Cospedal ha resultado vencedora de las elecciones primarias del Partido Popular en Almería. Quien a nivel nacional ha sido la tercera candidata más votada, en Almería ha conseguido 804 votos, frente a los 407 de Soraya Sáenz de Santamaría y los 178 de Pablo Casado. Los otros candidatos han obtenido resultados insignificantes: José Ramón García, seis, los mismos que el exministro José Manuel García Margallo. Almería se desmarca de las indicaciones del presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, y del expresidente Javier Arenas, que pedían el voto para la ganadora a nivel nacional.

Los tres más votados (Composición gráfica de La Vanguardia)

En todo el Estado la participación ha sido del 87 por ciento, un total de 58.214 afiliados. Soraya Saénz de Santamaría ha conseguido 21.513 votos, el 36,95 por ciento, seguida de Pablo Casado, con 19.667 (el 34,03 por ciento) y María Dolores de Cospedal, con 15.090, (el 25,9 por ciento). En Andalucía Sáenz de Santamaría ha obtenido 5.600 votos, Cospedal ha conseguido 2.900 y Pablo Casado, 1.650 votos. Soraya Sáenz de Santamaría ha ganado en cinco provincias andaluzas, mientras Cospedal ha ganado en Almería, Córdoba y Jaén. Éstos son los resultados en Almería por mesas electorales:


Todos los indicios apuntan a que María Dolores de Cospedal va a pedir a sus compromisarios afines que dirijan su voto hacia Pablo Casado. Lo mismo piensa hacer García Margallo
Estas primarias del Partido Popular están configuradas con un peculiar sistema de doble vuelta. Al mismo tiempo que se votaban entre los cinco candidatos, en otra urna se depositaban las papeletas para la elección de compromisorios al congreso nacional. Son ahora éstos, los compromisarios, los que elegirán presidente o presidente entre los dos más votados, Santamaría y Casado. No tiene la expresidenta el camino demasiado despejado para alcanzar el liderazgo del PP. Entre los compromisarios los hay partidarios de los cinco candidatos. Todos los indicios apuntan a que María Dolores de Cospedal va a pedir a sus compromisarios afines que dirijan su voto hacia Pablo Casado. Lo mismo piensa hacer García Margallo.
En el Partido Popular puede darse una circunstancia que tantísimas veces ha criticado al Partido Socialista: que gobierne quien no ha sido el que más votos populares ha obtenido
En el Partido Popular puede darse una circunstancia que tantísimas veces ha criticado al Partido Socialista: que gobierne quien no ha sido el que más votos populares ha obtenido. Sáenz de Santamaría ha sido la ganadora de la primera fase de las primarias, pero Pablo Casado tiene mayores opciones de alcanzar el poder al sumar a sus compromisarios afines, los de los otros candidatos.

El PP de Almería ante las primarias


Pedro Manuel de la Cruz
Director de La Voz de Almería

➤Inquietud. Desgarro. Contradicción. Temor. Cualquiera de estos sentimientos -o quizá, mejor: los cuatro a la vez- son los que inquietan a los dirigentes del PP en Almería ante las primarias que les llevarán, por primera vez, a elegir entre varias opciones quién lidera el partido. He escrito dirigentes y no militantes porque los que van a decidir con su voto serán los 75 compromisarios que asistan al congreso nacional, no los 1600 militantes que han solicitado votar en la “primera vuelta” del próximo jueves. Grave error del sistema inventado por los populares que nadie sabe cómo puede acabar: votan los militantes, pero eligen los compromisarios.

Los candidatos (El País)

Durante estos días - salvo Matarí, Luis Rogelio, Eugenio Gonzálvez y Carmen Navarro, que se han posicionado a favor de Cospedal-, todos han respondido en primer tiempo de saludo a la sugerencia de Gabriel Amat de que evitaran cualquier pronunciamiento. Pero ese táctico silencio público no oculta la existencia de una discrepancia interna entre los partidarios de Cospedal y los de Soraya y, a más larga distancia, los de Pablo Casado. El respaldo mostrado el pasado lunes a Cospedal por la dirección provincial se repetirá hoy en la visita prevista de la exvicepresidenta. Aunque cada uno de los dirigentes sabe dónde está, (casi) nadie quiere romper la decisión estratégica de proyectar una imagen de unidad que no ponga en riesgo la solidez del partido. La desorientación provocada por la salida del Gobierno podría convertirse en descomposición si la batalla por el poder se traslada a las provincias en una lucha sin cuartel en la que no habría vencedores porque todos acabarían perdiendo.
El partido mayoritario en el Parlamento y el que cuenta con más afiliados numéricos no estaba preparado para un escenario como el que les ha sobrevenido en las últimas semanas
El PP tiene el pecado original de ser un partido piramidal y jerarquizado y estas dos circunstancias, tan cesaristas, se convierten en desamparo cuando el César desaparece de la escena y es la dirigencia la que se ve obligada a elegir sin tutelas. El partido mayoritario en el Parlamento y el que cuenta con más afiliados numéricos no estaba preparado para un escenario como el que les ha sobrevenido en las últimas semanas. Acostumbrados a obedecer, ahora son ellos los que deben elegir quién les va a mandar en los próximos años.

¿Por quién se decantarán los almerienses? Nadie lo sabe. Para los partidarios de Cospedal, Soraya Sáez de Santamaría ha mantenido siempre una actitud distante con el partido, alejada intencionadamente de las incomodidades judiciales de estos durísimos años. Ven en ella un cierto elitismo; un indisimulado desdén por la vida orgánica, una lejanía premeditada de Génova. Ha vivido el Gobierno, pero no ha vivido el partido. Además, admiten en privado que su llegada podría alejarlos de las próximas listas electorales si lleva a la práctica, como proclama, una renovación controlada, un cambio sin ruptura para el que algunos nombres dejarían de contar.

En la otra acera, los partidarios de la exvicepresidenta -entre los que se encuentran algunos alcaldes de amplio espectro electoral (¿Almería, El Ejido?), parlamentarias y dirigentes jóvenes cansados de la inmovilidad de la jerarquía orgánica (¿Carmen Crespo, Aránzazu Martín?)- censuran a Cospedal su dejación, como secretaria general, en el diseño de una estrategia política de partido. Génova, dicen, no ha existido; es verdad que ella ha dado la cara, pero no siempre bien y no siempre a tiempo. Además, tiene una mochila “tan negra” (copio la expresión de alguien que le gustaría votar a Pablo Casado) que no están seguros de que pueda sobrevenirles un nuevo tsunami político y mediático.
Lo que más les une es el deseo de que, en la hora crucial del congreso del 20 y 21 de junio, el acuerdo les evite el trago amargo de un cáliz que nunca desearon beber y para el que la historia de su partido no les había preparado
Con todo, lo que unos y otros buscan desesperadamente es no abrir heridas de imposible cicatrización. Votarán a una o a otra (Casado tendrá menos apoyos; en principio, que el voto secreto está cargado de dinamita), optarán por Cospedal o Soraya, digo, pero sin excesiva convicción. En lo que sí están de acuerdo es dar su respaldo mayoritario a Íñigo de la Serna como secretario general. El problema es que, como escribió Heráclito, nadie se baña dos veces en el mismo río y, como demuestra la guerra política, nadie está en dos trincheras a la vez. Los dirigentes del PP están viviendo estos días sus Semanas de Pasión. Y lo que más les une es el deseo de que, en la hora crucial del congreso del 20 y 21 de junio, el acuerdo les evite el trago amargo de un cáliz que nunca desearon beber y para el que la historia de su partido no les había preparado.

¿Donde están Matarí y Amat está Arenas?


Juan Torrijos
Periodista

➤Juan José Matarí le debe su carrera política a Javier Arenas, como en su momento Rafael Hernando se la debió a José María Aznar, pero con la diferencia de que Matarí ha seguido necesitando cada cuatro años el apoyo del campeón mientras que Rafa sacó la cabeza y politiqueó a su antojo por el Manzanares. Gabriel Amat lo ha sido casi todo en el PP durante los últimos años en Almería, pero no creo que olvide que Javier Arenas ha defendido su política, su gestión y su persona a capa y espada. Hermanos se han dicho en más de una ocasión, y la vinculación del campeón con Roquetas y Amat ha sido la tónica general en la política del PP andaluz.

Miembros del PP de Almería

A esa vinculación Arenas unió con fuerza a Matarí, y el trio, al que se unía un cuarto hombre (y casi por libre), Rafa Hernando, mandaba con claridad en la vida política almeriense. Con la llegada de Moreno Bonilla algo cambió en el panorama político en Almería. Los mimbres de Moreno ya no eran sólo los de Amat y se empezó a abrir una grieta que se ha ido haciendo cada día un poco más grande. Y las actuales primarias lo están demostrando. Al titular: ¿Donde está Juanjo Matarí, está Javi Arenas? Dicen que ya no, que un intento de jugada por parte de Javier Aureliano, Matarí y ¿Amat?, abortada por Arenas a petición de Mari Carmen Crespo, ha roto la vieja amistad entre Juanjo y su viejo mentor.
Si mañana se da un paseo por Almería la exvice Soraya, Gabriel estará en la foto y tan sonriente como hace unos días con Cospedal
Gabriel formaba parte de la operación como protagonista, y no se sabe si subía o bajaba. Por lo que si mañana se da un paseo por Almería la exvice Soraya, Gabriel estará en la foto y tan sonriente como hace unos días con Cospedal, estén seguros. ¿Y si aparece Casado? Tendrá también el abrazo del “viejo zorro” roquetero. 

Y vamos a la operación. Javier Aureliano tiene complicado conseguir la nominación a presidente del partido y de la Diputación. Son muchos los que quieren esos cargos. Listo como es, sabe que necesitaba llegar a la presidencia desde la vice, y para eso se intentó, con el apoyo de Matarí, que Gabriel dimitiera y aupara a la presidencia a Javier Aureliano, movimiento desmontado por Javier, según dicen, a petición de Mar Carmen Crespo. La operación rompía la confianza de Javier Arenas en algunos de sus íntimos en Almería y con ello llegaba la división al PP.

El viejo y caduco PP de Almería se decanta por Cospedal


Juan Torrijos
Periodista

➤➤➤Que Juan José Matarí, Gabriel Amat, Eugenio Gonzálvez, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador y Cía se inclinen por apoyar a Cospedal, con Zoido detrás y es de imaginar que el Campeón Arenas (en caso contrario no estaría en la lista Matarí), no es una candidatura a la que se le pueda pedir la más mínima renovación. Ni por asomo están por la labor, ellos a mantener su momio. No han manifestado todavía su decisión, pero el equipo de almerienses que está detrás de Moreno Bonilla en la dirección regional y a la espera de dar el salto a la dirección provincial (Crespo, Venzal) parece más cercano a la ex-vicepresidenta Soraya, lo que tampoco parece ser la tan necesitada renovación que necesita el partido de la derecha española.

Soraya y Cospedal, en el Congreso de los Diputados (Foto. El Español)

¿Quién queda? Que los jóvenes peperos tomen la palabra y apuesten por una renovación total, que manden a sus casas a los campeones y Cía, a la ex-vice y ministra que no han levantado la voz durante años contra un Gobierno que ha renunciado a defender las líneas e ideas de una España unida, compartiendo algo tan elemental como que los españoles somos todos iguales y con los mismos derechos en todas y cada una de las comunidades donde hayan nacido.
El PP en Almería va a vivir a partir de las primarias para su congreso nacional un drama parecido al que se ha instalado en el PSOE, lo que no sé es si están preparados para ello
Rajoy se olvidó de esto durante los últimos siete años, pero lo mismo hicieron Soraya, Cospedal, Zoido, Arenas, Matarí y el resto de campeones peperos. Era de lógica que una parte de ciudadanos les mandara a hacer puñetas, y en esas andan. El PP en Almería va a vivir a partir de las primarias para su congreso nacional un drama parecido al que se ha instalado en el PSOE, lo que no sé es si están preparados para ello.

Si gana Soraya se pueden dar por “bendecidos” los Crespo, Venzal y demás chicos de Moreno en Almería (no parece cambio muy apetecido en las alturas), pero si lo hace Cospedal se van a mantener los mismos mimbres políticos que vienen tejiendo el cesto pepero almeriense desde hace siglos. Cesto viejo y caduco, ciertamente.

Con la victoria de una de las dos candidatas la división del PP en Almería sería eminente y veríamos deserciones del grupo perdedor camino de hacerse “ciudadanos” de primera y con carnet político. Las vendettas en la izquierda son duras, en la derecha son cruentas. En la izquierda se llegan a ayudar, en la derecha se destrozan y si no pregunten a José Luis Aguilar Gallart. ¿Alguien habla de Casado? 

Cospedal, la primera


Emilio Ruiz

➤➤➤➤Mañana lunes tendremos entre nosotros al primero de los precandidatos del Partido Popular a la presidencia del partido y a la presidencia del Gobierno (ambos cargos se funden en una sola persona en el PP). Se trata de María Dolores de Cospedal, hasta ahora la número dos del partido y la mujer “que siempre ha dado la cara”, según manifiesta ella misma en contraste con su oponente Soraya Sáenz de Santamaría, desaparecida de la escena política en los momentos más críticos del partido. La decisión de la exsecretaria general de elegir Almería como la primera ciudad andaluza que visita no es casual. Almería es la provincia de Andalucía donde más adeptos contabiliza, al menos a nivel de dirigentes y altos cargos institucionales del partido. Cuestión diferente serían los votos de las bases, que pueden ser distintos, como ya se comprobó en la nominación de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE.

María Dolores de Cospedal

De las ocho provincias andaluzas, cinco (todas menos Almería, Jaén y Córdoba) se han posicionado implícita o explícitamente a favor de la exvicepresidenta, que cuenta como principal valedor a Juanma Moreno, presidente regional. O sea, a Arenas. María Dolores de Cospedal fue la primera en anunciar su precandidatura. Tras tener conocimiento de ello, Moreno desplegó una intensa labor para evitar que afiliados andaluces le avalaran. Era mejor no señalarse, les decía. El anuncio de Sáenz de Santamaría alivió mucho al presidente regional. “Se sabe que Juanma Moreno abrió botellas de champán en San Fernando (sede del PP andaluz) cuando Soraya dio el paso”, advierte alguien que fue testigo directo de esas presiones que, por supuesto, la dirección regional niega, ha informado El Confidencial en un tono de exageración. "Soraya es solvente, con gran formación, con conocimiento profundo del partido (...) el futuro del PP y de España estaría en muy buenas manos con ella", ha manifestado el presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo. Lo que sale por la boca de Bendodo es como si saliera por la boca de Moreno.
Fue Soraya, con la complicidad de Javier Arenas, quien, hace cuatro años, abortó el plan de Cospedal de situar como líder en Andalucía a Juan Ignacio Zoido
La actitud de Moreno Bonilla en esta disputa Cospedal-Sáenz de Santamaría a favor de ésta tiene su explicación. Fue la vicepresidenta, con la complicidad de Javier Arenas, quien, hace cuatro años, abortó el plan de Cospedal de situar como líder en Andalucía a Juan Ignacio Zoido. El exministro del Interior es el más importante peso pesado que Cospedal tiene ahora en Andalucía. Si ésta ganara, la silla de Juanma Moreno podía ser removida. En las primarias del PP no se dilucida solo la cabeza visible del partido en Génova, sino también el reparto interior de poder en cada una de las comunidades autónomas, incluso en las provincias. Amat es ‘arenista’ cien por cien. ¿Qué piensa de los suyos que se van con la competencia?

Gabriel Amat, ante su decisión más difícil


Pedro Manuel de la Cruz
Director de La Voz de Almería

➤➤➤¿Cospedal o Soraya, Zoido o Arenas, continuidad matizada o renovación con matices? Gabriel Amat atraviesa estos días un desfiladero tan lleno de sentimientos contradictorios que hubiese hecho cualquier cosa para evitarlo. Pero la realidad se acaba imponiendo siempre a los deseos y la encrucijada que menos deseaba ha llegado. Las primarias corregidas (otro error) del partido le obligarán a elegir y a optar por una de las dos opciones con más posibilidades; tendrá que doblar una esquina abandonando la otra y esa decisión, sin vuelta atrás, para un tipo como Amat, buscador incansable de consensos, le rompe emocionalmente. Por eso ha sugerido (o mejor, ha dado la indicación) de que nadie hable. El partido no hará un pronunciamiento explícito, como ha sucedido en Málaga, pero la división de opiniones es una realidad privada, aunque todos callen en público.

Gabriel Amat

Predecir hacia donde irán las preferencias de los militantes almerienses es adentrarse en un laberinto lleno de sombras premeditadas. Donde sí habita más luz es en las presumibles preferencias de algunos de sus dirigentes. Pero de eso hablaremos la semana próxima. Comenzando el análisis por la cupula, Amat se encuentra más cerca de Cospedal que de Soraya. La todavía secretaria general ha cultivado con sutileza su relación con el presidente provincial en el último año. Reuniones en Génova, encuentros en la sala de autoridades del aeropuerto de Almería con motivo de alguna escala técnica y conversaciones telefónicas han construido una arquitectura en la que el respaldo de Cospedal a Amat en algunas situaciones ha sido la clave de bóveda.
Amat puede querer votar a Cospedal, pero Juanma Moreno y su amigo político más sincero, Javier Arenas, esperan con confiada ansiedad su decisión favorable a Soraya
La desazón llega cuando, en la otra trinchera, Amat otea la presencia de Juanma Moreno y Javier Arenas respaldando a Soraya. Amat puede querer votar a la exministra, pero el presidente regional y su amigo político más sincero esperan con confiada ansiedad su decisión favorable a Soraya. Su permanencia en una orilla o el inicio de la travesía hacia la contraria le provoca tanta incomodidad que acabará produciéndole el sentimiento dolorido del desgarro. Un desgarro que alcanza los perfiles de abrumador cuando piensa que su decisión no es personal e intransferible.

Amat no es un militante sin más incidencia que la que alcanza su entorno mas cercano; ni un dirigente de influencia notable, aunque reducida. Es mucho más. Es la persona que tiene en su decisión la decisión de la mayoría de los militantes almerienses que, en última instancia, optarán por la candidata por la que él se decante. La consciencia de esa realidad le quita el sueño que no le han robado otras circunstancias quizá mas peligrosas. El presidente de la Diputación es una persona de lealtades, para él la amistad, como la palabra dada, es sagrada y tiene más valor que la ley. De ahí su desgarro. 

El azar inesperado de la convocatoria del congreso extraordinario ha provocado, paradojas de la política y la biología, que el dirigente que más va a sufrir en estas duras horas de duda, incertidumbre y desasosiego sea el que menos tiene que ganar o perder en la batalla. Su futuro político no depende de circunstancias internas de partido, solo de su voluntad. Ha llegado hasta donde ha querido llegar y nadie discutirá (o mejor: nadie se atreverá a discutir) la decisión de futuro que adopte cuando lleguen las municipales de la próxima primavera.
El presidente provincial del PP nunca se ha situado extramuros de la mayoría del partido
Amat recibirá mañana a Cospedal y dentro de unos días a Soraya, hablará con Juanma Moreno y sabrá, sin necesidad de hablar con él, cual es la postura y lo que espera de los militantes almerienses. Pero será prudente. Quienes quieren situarlo en la incomodidad de ser el verso suelto del PP andaluz desconocen su alergia por el lirismo político. El presidente del PP nunca se ha situado extramuros de la mayoría del partido. Su problema, como el de tantos dirigentes y militantes de la provincia (y de Andalucía y de España) es el desconocimiento de dónde está esa mayoría.

No he hablado con él en las últimas semanas. Sé que su respuesta a mi pregunta sería el silencio. Lo que sí sé, aunque nunca lo dirá, es que sólo una persona podría condicionar su voto: Mariano Rajoy. La relación política y personal de Amat con el expresidente del Gobierno (y su admiración por Mariano, como él le llama) me hace escribir con certeza que una palabra suya, una sola palabra, bastaría para sanarle en estas horas de incertidumbre y desazón. Esa palabra no llegará.

Durante los días que faltan hasta el cinco de julio, en que están convocados a votar, los miles de militantes del PP en Almería y decenas de dirigentes andaluces y nacionales van a valorar todos y cada uno de los gestos del presidente provincial. Nunca se habrá sentido más observado. Al final, en uno de estos atardeceres previos a la batalla, se irá al campo; cortará algunos de los productos que aún quedan prendidos bajo los invernaderos en esta campaña tardía y mientras cocina una cena apresurada en la soledad de su cortijo tomará la decisión. Le costará trabajo. 

Pero será entonces y solo entonces cuando comenzará a reconciliarse con el sueño roto por una guerra que lo ha situado en la primera línea de fuego y en la que nunca creyó que iba a llegar.

Arenas ¡vive!

Javier Salvador
Periodista / Teleprensa

El Partido Popular se enfrenta a una sobredosis de su propia medicina, esa que ha administrado a todos los españoles diciendo que todo va bien cuando nadie lo ve; que se genera empleo, cuando el que no emigra apenas consigue un contrato de tres meses para vigilar un carril bici o de un par de semanas en un bar, la nueva industria emergente.

Así las cosas María Dolores de Cospedal va a tener que tragar con un Javier Arenas que, en vez de esconder la cabeza como los avestruces, saca pecho y la culpa a ella de esa manera de dirigir el partido que le ha llevado a la debacle en Andalucía. Sí, como lo oyen, el problema no es que pusiesen a un candidato que no significase cambio alguno, la apuesta personal de Rajoy y Sáez de Santamaría para hacerle ese último favor a un Arenas que parece haber encontrado en la teoría de los despidos en diferido de la propia Cospedal la vía de escape para que no le den la patada.

Javier Arenas
Todo esta parafernalia que ven ahora de dos bandos, uno de Cospedal y otro de Arenas, no es más que el intento del lince andaluz de sobrevivir al mordisco de la víbora manchega, organizando un ataque basado en algo que el PP sabe hacer muy bien, es decir, inventar una realidad propia y repetirla constantemente hasta creer en ella. Tarde o temprano hay gente que se suma a eso de creer, porque si el río suena... Y claro, cuando uno cree y otro no, el de enmedio termina afectado de algo que se llama el síndrome de la duda razonable.

Ahora bien, ¿tiene Javier Arenas apoyos? Pues no. En Madrid no le queda nada, porque los de su camarilla son precisamente los menos mencionables ahora, como Bárcenas, Sepúlveda y algunos otros relacionados con la Gürtel, los sobresueldos y todas esas cosas “que los medios de comunicación han inventado para intentar hundir al PP”, teoría que es otra de esas verdades inventadas que el PP repite una y otra vez para ver si alguien se apiada de ellos, cree en su veracidad y empiezan a sembrar la semilla de la duda razonable.

El problema de esta guerra entre Cospedal y Arenas es el descrédito de Mariano Rajoy, a quien ya hace tiempo que se le compara con José Luis Rodríguez Zapatero por aquello de la ingenuidad y la poca capacidad que demostró en determinadas ocasiones para tomar el toro por los cuernos, más o menos lo mismo que Rajoy y su partido, con la particularidad de que en el PP los cuernos tienen el efecto Hidra de la mitología griega, es decir, que cada vez que le cortan uno aparece una docena más.

Rajoy tiene que asumir que no va a ser el presidente del Partido Popular que remonte esta crisis y que es muy difícil que siendo él candidato a la presidencia del Gobierno consiga frenar el desplome que va a sufrir el 24 de mayo. Y claro, hablamos del día en el que se deciden Ayuntamientos y Diputaciones, pero también todas las comunidades autónomas, excepto Andalucía, donde ya se ha estrellado; País Vasco, en el que no rasca bola; Catalunya, donde no son precisamente muy queridos, y Galicia, donde gobierna el que podría ser, según muchos, su sustituto en Madrid siempre y cuando gane la guerra interna Arenas y Sáenz de Santamaría, que son las oponentes de Cospedal y los suyos.

Dejando guerras de guerrillas de un lado, si realmente quieren hacer autocrítica en el Partido Popular, tienen una oportunidad única en la Junta Directiva Nacional, una reunión que por sí sola cuesta un dineral. Una vez que los tengan delante Rajoy puede mirarles  a las caras y preguntarles sin tapujos "a qué cojones os dedicáis". Un partido puede perder votos por una crisis, pero no en una situación que, según ellos, es de recuperación.

Si nos atenemos a los hechos, pierden más votos que el PSOE en plena caída paralela al desplome de la economía, pero claro, se supone que la economía va mejor y ellos pierden, lo que quiere decir que el problema es de raíz y no superficial. Pero ya saben aquello de que no hay peor ciego que aquel que, además, no quiere oír.

Cospedal declara la guerra a Arenas

Emilio Ruiz

Las pésimas relaciones que mantienen la secretaria general del Partido Popular y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario de Política Autonómica y Local del Partido Popular y diputado por Almería en el Parlamento de Andalucía, además de senador, Javier Arenas, eran un secreto a voces en el partido de la calle Génova. Pero, hasta ahora, las formas prevalecían sobre las discrepancias, que eran muchas.

Cospedal y Arenas
Hasta ahora, decimos, porque este fin de semana María Dolores de Cospedal ha dado en la mesa un puñetazo tan sonoro que ha sorprendido hasta a sus propios seguidores. Se ha valido para ello de una de sus mujeres de confianza, la portavoz del PP de Castilla-La Mancha y senadora por Toledo, Carmen Riolobos, que, directamente, aunque sin citarlo, ha acusado a Javier Arenas nada menos que de desestabilizar el partido.

Para que no haya equívocos, la portavoz de Cospedal se ha manifestado a través de un comunicado de prensa: “Los que perdieron Andalucía –dice-, esos que no han ganado nunca o que no se han presentado a unas elecciones o, incluso, que no saben nada de política, se están dedicando a desestabilizar el Partido Popular".

Era frecuente que el entorno de María Dolores de Cospedal culpara a Javier Arenas de de ser el filtrador de las batallas internas que se libraban en el partido. Pero nunca el desencuentro entre ambos había adquirido estas dimensiones. Porque el comunicado de Riolobos, o sea, Cospedal, no se quedaba ahí.

“A escasos días de las elecciones autonómicas y municipales –añadía-, en un ejercicio supino de irresponsabilidad, esos perdedores se están dedicando a desestabilizar al partido, a su presidente, Mariano Rajoy, y a su secretaria general, María Dolores de Cospedal, filtrando a la prensa supuestas decisiones que sólo existen en sus cabezas".

Y proseguía: "Este partido no puede admitir a personajes a los que les da igual lo que pase con su presidente y con sus órganos legítimos de dirección, los cuales, por cierto, han conseguido la mayoría absoluta en las elecciones generales al Gobierno de la Nación y victorias en autonómicas y municipales, a pesar de ellos".

¿Por qué María Dolores de Cospedal se ha manifestado, precisamente ahora, de esta forma tan brusca? El estallido lo ha motivado el deseo de Mariano Rajoy de dar a Javier Arenas mayor protagonismo de cara a las elecciones locales y autonómicas del 24 de mayo. Cospedal considera que no merece un premio quien ha sido el filtrador de las disensiones internas del partido, quien nunca ha querido dar la cara por el Caso Bárcenas y quien ha resuelto de manera tan catastrófica el asunto de Andalucía.

“El Partido Popular”, dice Riolobos, o sea, Cospedal, “es enemigo de intrigas y de intrigantes”. Ante una afirmación/acusación como esa, que es toda una tormenta política, Mariano Rajoy no debe mirar al cielo y esperar que escampe. Algo tendrá que hacer. Algo va a hacer. O no.

¿Por qué Rajoy se decidió por el candidato de Arenas y no por el de Cospedal?

Pedro M. de la Cruz
Director de La Voz de Almería

La elección desde Madrid de Juan Manuel Moreno para presidir a partir del 2 de marzo el PP andaluz pone fin a una cadena de despropósitos en los que ha quedado demostrado
que la táctica del partido, desde la dimisión de Arenas, ha sido la confusión, y la estrategia, la acumulación de confusiones. Toda situación es manifiestamente empeorable, pero superar la torpeza del PP andaluz en los últimos meses se antoja imposible: nunca tan pocos lo hicieron tan mal. 

Portada de hoy de La Voz de Almería
Sevilla no va a asumir que un malagueño presida el partido. Con la decisión de Rajoy se pone fin al capítulo de intrigas internas y a la desorientación en la que estaba sumido el partido, pero el relato de tanto error todavía no se ha consumido. Sevilla no va a asumir de forma sincera que un malagueño presida el partido; y si no, al tiempo.

¿Por que ha sido el malagueño Moreno el elegido por Rajoy y no el sevillano Sanz, cuando este último contaba con el apoyo de Dolores de Cospedal y Juan Ignacio Zoido?

La lectura de lo ocurrido no podría entenderse sin tener en cuenta lo ocurrido en el congreso nacional de Valencia de 2008 y el papel de cirineo que en aquellos días tuvo JavierArenas, ayudando a Rajoy en un calvario tan amargo para el ahora presidente como fueron aquellos días.

Aquella tarde de aquel sábado de pasión. En la tarde de aquel sábado de pasión en que Aznar se comportó premeditadamente desdeñoso con Rajoy –saludó a toda la mesa que presidía el congreso con un abrazo; a todos menos a Rajoy, al que dio una despectiva palmada en el hombro-, y en la que los halcones comandados por Esperanza Aguirre exhibieron la sombra amenazante de una candidatura alternativa liderada por ella, Arenas y, por tanto el PP andaluz, fueron decisivos para que la amenaza no se consumara.

Esta actitud nunca se le olvidará a Rajoy y es desde esa lealtad de entonces desde la que se puede comprender que el presidente del Gobierno se haya decantado por la opción de Arenas en detrimento de la de Cospedal y Zoido.

El detalle. En Granada, hace dos años y en el congreso que eligió a Zoido presidente, fue Simón, no el de Cirene, sino Ruiz, el redactor jefe de La Voz, el que captó un detalle nada inocente que ponía al descubierto que el desencuentro entre Arenas y Cospedal venía de lejos y llegaría aún más lejos, tanto que ha propiciado el desfiladero lleno de trampas por el que ha caminado la elección del próximo presidente regional.

Caminaba el periodista de La Voz por los pasillos del Palacio de Congresos granadino cuando en una de las escaleras que comunicaban la planta baja con la primera observó cómo Arenas y Cospedal se encontraban. Un fotógrafo oficial recogió la estampa desde todos los ángulos. Fue un ejercicio periodístico sin trascendencia (que dos líderes coincidan en una escalera y se saluden no aporta nada más allá que un recurso gráfico del que la mayoría de las veces ni se utiliza).

Cospedal, de frente, y Arenas, de espalda. Lo sorprendente ocurrió tras continuar cada uno su camino. A los pocos minutos, Simón recibió en su portátil una galería de fotos del encuentro y observó que en todas las imágenes enviadas a los medios por el fotógrafo de la secretaria general a lo largo de ese día –en todas y en cualquier escenario- siempre aparecía Cospedal de frente y Arenas de espaldas o en segundo plano.

En política nada es inocente: quien había hecho la selección quería dar el mensaje de que una llegaba y otro se iba. La elección de Moreno revela que el que se iba nunca se fue; y nunca se ha ido y nunca se irá del todo: ni del poder madrileño ni del poder andaluz.

Primero, José Antonio Nieto. Esta permanencia ha llegado a incomodar tanto a la secretaria general que en los últimos meses ha intentado tres veces imponer a uno de sus dos candidatos a presidir el PP andaluz. Primero fue José Antonio Nieto, alcalde de Córdoba, y lo intentó en el transcurso de la intermunicipal celebrada en esta ciudad en otoño pasado.

No lo consiguió y después lo ha intentado dos veces más con el todavía secretario general, Jose Luis Sanz. La bola de estrategias tejida con Zoido, el presidente saliente, salió fuera por la voluntad del árbitro Rajoy y el elegido fue un malagueño, nieto de jornaleros, hijo de emigrantes y que ha realizado su carrera política a la sombra de Arenas.

El partido era para Cospedal o para Arenas. Por poco (o por mucho: Soraya Sáenz de Santamaría ha sido determinante, como en todas las decisiones, en la opción de Rajoy por Moreno), el político andaluz ganó el punto, el set y el partido. Porque lo que estaba en juego durante estos últimos meses es quién se quedaba con el partido en Andalucía: o un hombre de Cospedal o un hombre (o mujer) de Arenas.

En política la fidelidad nunca es un valor. Solo la adhesión inquebrantable tiene recompensa… mientras es útil. Pero a veces hay excepciones. Y es en esas excepciones que confirman la regla generalizada del olvido, cuando no de la traición, en la que puede encontrarse la clave de por qué Rajoy optó para que fuese un hombre de Arenas el que liderara el partido en Andalucía.

Rato, Acebes, Zaplana, Mayor Oreja. Con la pulcritud minuciosa de un cirujano Rajoy ha ido extirpando todo el poder aznarista. Del círculo de poder que rodeó al expresidentes durante tantos años solo Arenas permanece. En el espacio tribal de la política, a veces, pero solo a veces, la lealtad tiene recompensa.
(Publicado en la edición de papel de La Voz de Almería. Autorizada su reproducción).

El testigo Arenas

Juan Megino
Exalcalde de Almería

La figura del testigo en cualquier procedimiento judicial, sea civil o penal, constituye un protagonista de indudable relevancia para la resolución de la instrucción, estando obligado a decir siempre la verdad, so pena de incurrir en graves responsabilidades para el concurrente. Vaya por delante mi solidaridad ante el enorme trago que ha debido pasar el Sr. Arenas, en su visita a la Audiencia Nacional, a causa de la cantidad de insultos y descalificaciones sufridas, consideración que extiendo, así mismo, a la Sra. Cospedal y al Sr. Alvarez Cascos, máxime teniendo en cuenta que todos ellos, por su condición de aforados, podían haber declarado desde sus respectivos despachos. 

Javier Arenas
Así de dura puede llegar a ser la política. Fuera de las coincidencias que se han producido en los tres comparecientes, por otra parte esperables, sobre la no existencia de contabilidad B y de la inexistencia de sobresueldos que, de haber existido siendo alguno de ellos ministro, hubieran sido totalmente ilegales por incumplimiento de la Ley de incompatibilidades.

Sí ha llamado la atención el hecho de descargar toda la responsabilidad de la gestión de los dineros del Partido en los cargos de Tesorero y Gerente, sin que el Secretario General del momento (se entiende también el Presidente) tuvieran ningún conocimiento ni de las cantidades ingresadas ni del manejo de las mismas.

Si atendemos a lo que publican los periódicos, los responsables de las finanzas del PP han manejado casi 1.000 millones de euros entre los años 1995 y 2011, procedentes de subvenciones públicas por resultados electorales, a los que habría que añadir cantidades, seguramente considerables, por donaciones, anóminas o no, que existen, sin lugar a duda, en los partidos, estaríamos asistiendo a una importante dejación de funciones, sobre todo si entendemos el enorme poder administrativo que tienen los secretarios generales en cualquier organización.

En este caso es aún más llamativo conociendo la especial idiosincrasia de las personalidades que han desfilado ante el juez Pablo Ruz. En el caso del testigo Arenas, resulta también poco clarificadora su participación en su encuentro en 2010 con el Sr. Bárcenas y esposa, en donde también estuvo el Sr. Rajoy, momento en que se pactó su salida de los cargos orgánicos del PP, pero manteniendo, en su sede, despacho y secretaria además de coche y, sin embargo, no se especificó sueldo alguno que, no obstante, disfrutó hasta finales de 2012, momento en que se llegó al acuerdo sobre una ¿indemnización diferida? Reconocido por la propia Sra. Cospedal.

Trabajo tiene por delante el juez Ruz y enorme inquietud la que tiene la sociedad española hasta que definitivamente queden aclarados todos estos aspectos. (La Voz de Almería).

¿Por qué todas las adjudicaciones del Ayuntamiento de Almería son para las mismas empresas?

Juan Torrijos
Periodista

El verano es buen momento para largas charlas en el calor de las noches, con una copa delante. En esas noches las lenguas se desatan y lo pagan casi siempre los “pobres políticos”. Me cuentan que de nuevo un importante político se fija en Almería para la compra de un espacio donde pasar el estío. Ya lo hizo en su día Rodrigo Rato, pero poco le duró la experiencia. Le siguió Zapatero y ni siquiera llegó a estrenar casa. Vaya par. El primero llevó al huerto a los inversores de Bankia. El segundo dejó a millones de españoles en el paro.

Las obras del Mesón Gitano, adjudicadas a Facto,
han motivado múltiples reclamaciones
Ahora nos enteramos de que el esposo de la señora Cospedal, la número dos del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, acaba de adquirir una “casita” en la costa de Almería. ¿Cómo acabará esta tercera historia de política, amor al paisaje y de urbanismo almeriense?

Se ha enamorado de nuestras playas y calas doña Dolores. Como otros cientos de miles de hombres y mujeres que nos visitan, pero que no tienen la posibilidad o la capacidad de encontrar una “casita” junto a las aguas de nuestro azul Mediterráneo. Lo que no sabemos es si va a poder disfrutar de ella su querido esposo, metido ahora en manos de fiscales por antiguas andanzas. La “casita” en la costa de Almería ha costado, según la serpiente del verano, un millón de euros. ¡Qué es un millón de euros para estos altos próceres de la política española!

¿Por qué, me comenta un contertulio, todas las adjudicaciones del Ayuntamiento de Luis Rogelio van a parar a las mismas empresas? Coges un área, haces una mínima investigación y te encuentras que ese concejal o concejala adjudica más de un ochenta por ciento a la misma empresa. Y si son dos empresas las más beneficiadas con las adjudicaciones, al final son de la misma persona. Pregunto si eso ocurre también en la Diputación de Amat, y me dicen que no tanto, que Gabriel reparte un poco más. 

¿Cómo se lucha contra esa corriente? No es fácil investigar estos asuntos desde fuera. Habría que denunciar casos concretos con pruebas y que la oposición se pusiera en serio a trabajar. No lo hará, porque cuando ellos mandaban el juego era el mismo con otros nombres, quizás los mismos que ahora se quejan. Noches de agosto, hermosas si no fuera por algún tema de conversación.