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César Flores, pregonero de las fiestas de Los Gallardos

Antonio Torres
Periodista

El publicista José César García Flores, César Flores, desnudo de dogmatismo e impostura, será el miércoles pregonero de las fiestas patronales de Los Gallardos. En mayo, cuando lo nombraron nuevo Embajador de Almería, camino de la Universidad de Almería, junto a Santiago Alfonso, de la multinacional Grupo Cosentino, le dije a César que, para el año del aniversario de los 100 años de Los Gallardos, que se cumplen en 2024, escribiera la historia de su bisabuelo y abuelo, ambos José Flores. Los dos viajaron a Estados Unidos a principios de 1900.

César Flores, en el centro, escoltado por Antonio Torres y Santiago Alfonso / Elvira Sáez

Un primer borrador será el que expresará durante el pregón de las Fiestas de Los Gallardos, el próximo miércoles por la noche. Esa historia no es personal, sino que representa a los miles de almerienses que emigraron a lo largo del pasado siglo: “Hace unos años vi que mi madre tenía un colgante con una foto de dos tipos del oeste americano, con su sombrero y su fusil. Le pregunté quiénes eran, y me dijo, sorprendida, 'mi padre y mi abuelo, que estuvieron en Estados Unidos'. Me contó que se fueron a trabajar a hacer el ferrocarril al oeste, como en las películas, y que mientras los otros se iban al salón (en las películas del Oeste, Western salón que tan familiarizados estamos en el desierto de Tabernas) por las noches a beber whisky, ellos se quedaban en su casa, ahorraban y pudieron prosperar, montando una tienda allí. Y al volver, mi abuelo pudo montar una tienda aquí, en Los Gallardos”.

En su pregón hará alusión a los que han venido desde Rumanía, Marruecos y Ecuador para ganarse la vida como hicieron hace más de un siglo su bisabuelo y abuelo o hace medio siglo su padre: “Sólo quiero decir que qué maravilla. Hoy los tiempos son otros. El pueblo es otro. Ya no urge emigrar para comer. Ya nadie está obligado a abandonarlo, con dolor. Lo hace si busca otros sueños, pero no por absoluta necesidad. No nos olvidemos de dónde venimos, respetemos y valoremos también a aquellos que vienen aquí a ganarse el pan, como siempre han hecho los nuestros. Somos muchos, muchos, los hijos y nietos de emigrantes. Todos los que estamos aquí tenemos primos, tíos, amigos y familiares lejanos que un día tuvieron que dejar su tierra, su casa, su pueblo. Y quiero dar este pregón no en nombre mío, sino en nombre de todos aquellos que somos hijos de gallarderos emigrantes. Creedme que todo lo que os cuento, aunque sea yo quien habla, sale por boca de todos ellos".

César Flores es un referente de la creatividad en el sector de la publicidad y el marketing. Director creativo de Sra. Rushmore, bebió de la fuente y de la imaginación de su padre Melchor con una personalidad arrolladora que salió de su Turre natal hacia la emigración cuando no era ni adolescente. En Alemania fue tutor de mi hermano Ginés, que llegó a Alemania con apenas 19 años. Desde Essen, icono del turismo industrial y cultural, Ginés acompañó a Melchor durante algunos fines de semana a distintas ciudades como Gelsenkirchen, lugar del equipo del FC Schalke 04, donde jugó Raúl, para comprar televisores y otros aparatos que Melchor vendía a emigrantes de todas partes, afincados en la zona minera. O hacia acopio para cuando regresaba a Los Gallardos en vacaciones cargado con una furgoneta industrial grande. “Los que no conocían a Melchor se dirigían con el término respetuoso de señor. Su respuesta con aquel ingenio que tenía era: a mí, no me pongan tratamientos, me pueden llaman Melchor o García, nada de don o señor”, rememoró Ginés Torres.

César abrirá su pregón de Los Gallardos de una forma sencilla y aludiendo a vecinos próximos: “Me presento ante vosotros con más miedo que vergüenza. Cuando me llamaron para dar este pregón me quedé sorprendido: yo, sinceramente, creo que no me lo merezco. Yo no soy ciudadano ilustre de nada, ni soy nadie especial. Soy, simplemente, gente, uno más. Y creo, humildemente, que se lo merecen mucho más aquellos que hacen cosas cada día para que aquí se viva mejor: Martín el carpintero o los Padilla, que nos debe haber hecho las cocinas a todos, o el médico, o Sebastián el Lanero, que escribe sus obritas de teatro y sigue manteniendo su horno de pan igual que el siglo pasado, o Antonia, que ha cuidado de tantas personas mayores cada día, haciéndoles mejores sus últimos años, o Emilio y su sabiduría creando La Cimbra a cambio de nada, auténtica memoria del pueblo, o los Nila y el Sevilla, que traen prosperidad…ellos son los realmente importantes, no los cargos, la tarjeta y la pompa. Muchísimos no me conoceréis. Soy el nieto de José Flores, hijo de Melchor y de Encarna Flores (la ilusión de su madre por conocer una playa naturista fue objeto de una campaña de ING Direct que dirigió, obviamente, su hijo), hermano de Paco, que en paz descanse, y de Mari Ángeles. Sobrino de Margarita Flores y de su marido, César Alarcón, el Molinero, primo de Paquita y Mari, y Paco, su marido, y sus hijos, Noelia y Javier. Dios, os quiero tanto… Creedme, está comprobadísimo: uno se va del pueblo, pero el pueblo nunca se va de uno".

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