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Marta Riesco, Diego Arrabal y 'El País'

Emilio Ruiz
@opinionalmeria

Son dos mundos en dos dimensiones totalmente distintas, pero los hechos son similares y las respuestas tan diferentes que muestran la diferencia sobre cómo tratan las informaciones no ajustadas a la realidad, o no contrastadas, un medio serio y un youtuber. Vayamos a los hechos, ambos ocurridos la semana pasada.

Diego Arrabal y Marta Riesco / Youtube

El reportero gráfico Diego Arrabal, tras su salida precipitada de las cadenas de televisión, donde colaboraba con asiduidad, se sirve ahora para interactuar con sus seguidores de la eficacia de un portal en Youtube. A bombo y platillo, el fotoperiodista ha publicado que la periodista Marta Riesco, una persona inmersa en el mundillo del corazón por haber mantenido una relación con Antonio David Flores, estaba realizando gestiones para realizar una exclusiva a una revista, prioritariamente ¡Hola!, en la que contaría los mil vericuetos en los que se ha desarrollado su relación con el padre de los dos hijos de Rocío Carrasco. ¿Cómo le ha llegado esta presunta información a Arrabal? A través de una persona –dice- que es la que habría recibido el encargo de la exreportera de Ana Rosa para que realizara las gestiones oportunas. Eso es lo que afirma él. La respuesta de la interesada ha sido de enfado, ha negado los hechos y ha pedido a Arrabal que presente las pruebas oportunas si quiere mantener su información. Y si no, que rectifique. Para avalar su información Arrabal se ampara en su derecho a no traicionar a sus fuentes y muestra como prueba fehaciente de la realidad de lo que cuenta la confidencia que le ha hecho llegar ese misterioso amigo. En ningún momento el fotoperiodista ha cuestionado la veracidad de ese amigo, si es que existiera, y tampoco ha contactado con Marta Riesco por si deseaba ratificarlo o desmentirlo. Y, por supuesto, no ha desmentido su información.

Vayamos ahora con el otro hecho. El prestigioso columnista de El País Xavier Vidal-Folch ha publicado un artículo que ha sido muy comentado (“Bomba atómica de Feijóo contra Feijóo”) en las redes sociales y en las sedes de los partidos políticos por una afirmación que pone, entrecomillada, en boca de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Esta contundente frase referida al líder de la oposición es: “Este hombre ha venido sin ideas, solo a desmontar al Gobierno de su país”. Según el veterano periodista, excorresponsal en Bruselas, recogía una supuesta conversación privada de Von der Leyen con miembros de su gabinete, a quienes habría dicho la estruendosa frase. El periodista precisaba que había conocido esta cita por “fuentes de la Comisión”.

Partimos, pues, en ambos casos de dos “noticias” proporcionadas por fuentes no suficientemente explícitas y que las personas autoras de las mismas han negado. Ninguna de las dos negativas ha podido ser contrarrestada por pruebas contundentes. ¿Cuál ha sido la reacción del medio en un caso y en otro?

En el caso del youtuber, su actuación ha sido la de “sostenella y no enmendalla”. Además, dando la sensación de estar enojado por haberse quedado sin argumentos, Diego Arrabal ha recurrido a la descalificación personal de Marta Riesco, incluso cuestionando su físico en otro momento de su vida.

¿Y El País, cómo ha actuado? La respuesta ha sido muy distinta. La Defensora del Lector ha abierto una investigación sobre lo ocurrido. Pepa Bueno, la directora del periódico, tras hablar con el autor, ha decidido incluir una nota aclaratoria en el texto para recoger el desmentido. Y, además, hecho desaparecer la frase en cuestión del texto original. Recuerda la Defensora del Lector que, a pesar de estar incluida esa frase en un artículo de opinión y no en uno de información, el Libro de Estilo del periódico marca que las afirmaciones textuales han de “basarse en datos verificados” y, por tanto, siguen las mismas reglas profesionales que una noticia y el autor debe hablar con todos los implicados. El manual precisa además que en los casos “de cierta trascendencia o especialmente delicados” han de ser contrastados por al menos dos fuentes, independientes entre sí. Esto no ocurrió.

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