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'Sufragistas', una película necesaria

Miguel Ángel Blanco Martín
Periodista

La mujer ha tenido, y tiene, un protagonismo destacado en la historia, que ha conquistado superando toda clase de obstáculos. El protagonismo surge también a la hora de reivindicar la historia del movimiento obrero, con un espacio muy importante a la hora de establecer el movimiento de las mujeres obreras. De hecho la implantación del 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer Trabajadora) es para recordar la muerte de 145 trabajadoras, en conflicto laboral, en una fábrica de Estados Unidos, en 1911.

Si la situación de los obreros es trágica en la historia, la de las obreras, mucho peor. Recuperar la historia reivindicativa de las mujeres obreras y situarla en un lugar de referencia, es fundamental. Y para eso está el Cine, para descubrirnos hechos de la historia que apenas se conocen en toda su dimensión. De ahí la importancia de la película Sufragistas (2015), de la cineasta inglesa Sarah Gavron. La película narra los hechos que protagonizaron un grupo de mujeres lavanderas, que reivindicaban el voto, en la Inglaterra de antes de la primera Guerra Mundial.

Una película imprescindible

En la actualidad, donde la llamada violencia de género sigue estando a la orden del día y alarma nuestra realidad española, no estaría mal que la película Sufragistas tuviera una mayor programación. La película ha alcanzado notoriedad en la crítica, en algunos espacios informativos y en algunas salas comerciales; pero en otros, en cambio, la respuesta ha sido bastante escasa, cuando no silenciada. De hecho en Almería, como si no existiera. Y sin embargo, esta película, muy idónea para cualquier cine-club,  debería proyectarse en todos lo centros de enseñanza del país (y por supuesto de Almería), con coloquios incluidos. El debate es urgente y necesario. 

Sufragistas es algo más que una historia sobre reivindicación del voto femenino. Es la historia de mujeres lavanderas, con el mismo trabajo que los hombres, pero con un salario bastante inferior y encima sufriendo el acoso de los patrones. Y quieren que su realidad se conozca en el Parlamento por ellas mismas. Son los años en que la mujer protagoniza la maternidad, pero que al final, ante cualquier conflicto en la familia, el hombre es quien manda y recibe la patria potestad sobre los hijos. 

En el centro de la realidad de las sufragistas, la reivindicación del voto se convierte en una toma de conciencia plena, una lucha que no arredra a estas mujeres trabajadoras, que reivindican sus derechos mediante reuniones clandestinas, sabotajes, rotura de escaparates, quema de buzones de correo, etc.

Las sufragistas son perseguidas, acosadas, encarceladas, torturadas, condenadas  y privadas de sus escasos derechos. Y todo esto, y más cosas, está en la película, que narra la reivindicación de estas mujeres a través del personaje Maud, con imágenes directas, con un desarrollo de una atmósfera dramática que no deja ningún lugar a la indiferencia y que deja al espectador emocionado, clavado en la butaca. Sufragistas es una película dura y crítica que entra en todos los vericuetos de la realidad social, de la historia, sin abandonar las emociones y sentimientos que provoca en cada momento.

La película tiene también una aportación documental, con imágenes de la época y un recorrido por la evolución de la conquista del derecho al voto femenino. En España se implantó en 1931 con la República. Más de un siglo después de aquella épica femenina de las lavanderas inglesas, todavía hay países donde el voto femenino es una quimera y la situación de la mujer, una tragedia permanente. Por eso y por nuestra conciencia, Sufragistas es una película necesaria para reflexionar sobre un presente que todavía necesita ser cambiado.