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Habló quien pudo

Antonio Felipe Rubio
Periodista

Ya han aparecido las primeras críticas a la Ordenanza Cívica de Seguridad Ciudadana. Estas ordenanzas fijan un catálogo de infracciones y sus correspondientes cuantías sancionadoras. Lo curioso del caso es que los reparos provienen del partido político campeón de las prohibiciones: el PSOE.

Recordemos la polémica Ley Antitabaco, que llega en el peor momento de crisis para el sector que, tras invertir en compartimentos separadores, se encuentran con una ley restrictiva que no contempla compensación alguna para los establecimientos ni salida posible para los que decidan seguir fumando (Sanciones hasta 600.000 euros, ¡cien millones de pesetas!).

Así mismo, la ministra Pajín pretende multar a quien ofendiere a un semejante -más bien a un diferente- por llamarle feo o gordo y, supongo, con animado agravante en sus acepciones femeninas. (Sanciones hasta 500.000 euros ¡ochenta y tres millones de pesetas!).

El ejecutivo tiene en ciernes un nuevo modelo de Censura Audiovisual Nacional para atenazar la liberad de expresión, previendo sanciones millonarias y cierre de medios de comunicación que “agiten y perturben” aquello que el Gobierno entienda como no homologado y atenido al formato de “convivencia democrática”.

Ni que decir tiene el modelo recaudatorio predador de Tráfico con las permanentes modificaciones del catálogo de sanciones: reducción en las tolerancias cienemométricas del radar, límites de velocidad inasumibles, cinemómetros de tramo (túneles), radar móvil camuflado… y un sinfín de limitaciones a los gadgets: pinganillos, telefoninos, GPS… y, aún por llegar: discusiones acaloradas o efusivas carantoñas en el habitáculo, fumar o conducir bajo estado de ánimo alterado por incidencias exógenas, etc.

Y ahora vienen los concejales socialistas (habló quien pudo) a reparar en el modelo “poco didáctico” para los infractores; y, dicen, no se prevé la posibilidad de que “el infractor no pueda sustituir la sanción por trabajos para la comunidad en vez de pagar la multa”.

Ya me dirán qué demonios hay que hacer con los becerros que han multidestruido la estatua de Lennon. No sé si convendría una relajada audición de “Imagine” remasterizado en base regetón como admonición didáctica.

En cuanto a la permuta de multas por trabajos sociales, desconozco si son reminiscencias del Gulag. En todo caso, a falta de Siberia, ahí están las Cañadas de Cañepla. Una temporadita en tan acogedor páramo, a buen seguro, modula conductas.

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