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Prestigiosos críticos de televisión piden la vuelta de 'Sálvame'

Nuria Torrente
@opinionalmeria

La cancelación del programa diario Sálvame y su edición semanal DeLuxe ha sido uno de los errores más grandes cometidos por una cadena de televisión, en este caso Telecinco. No solo por lo que ambos programas suponían por sí mismos, sino por lo que sus contenidos generaban para otros programas de la misma cadena. Ahora la misma Telecinco empieza a sacar sucedáneos, incluso algunos de ellos imitando muy descaradamente al original, pero... ni por asomo. No hay comparación. 

No es extraño que acreditados críticos de televisión pidan a Mediaset que retorne Sálvame. Esta misma semana, sin ir más lejos, se han pronunciado Eva Güimil, en el periódico de mayor difusión y prestigio de España, El País, y David Vidal, crítico del portal El Televisero, sin duda el espacio digital número uno de temas de televisión de nuestro país.

"Queridos Reyes Magos, traed a ‘Sálvame’ de vuelta" es el titular de la columna publicada por Eva Güimil en el periódico que dirige Pepa Bueno. En la misma hace afirmaciones como ésta:

"No supero el adiós de Sálvame..Hay quien escucha familia televisiva y piensa en Soprano, Roy o Alcántara, para mí son Jorge Javier, Lydia o Terelu. Una familia de las de verdad, de las que no se soporta, disfuncional y tóxica, que hoy se besa las comisuras y mañana se despelleja. La que no espera a que abandones la habitación para ponerte verde, pero te protege ante las injerencias externas porque sólo ellos pueden destrozarte la vida".

"Como tras toda ruptura traumática creo verles en todas partes. Esta semana juraría haberme topado con el Sálvame Mediafest, pero solo era Fiestasu versión cero-cero, inofensivo Champín, no el reconfortante copazo que nos echábamos al cuezo a media tarde para olvidar nuestros problemas gracias a los problemas guionizados de otros. Incluso fingieron un amago de despido en directo, qué falta de dignidad".

"En mi desvarío llegué a pensar que todo había sido una pesadilla, que jamás había existido Borja Prado alguno en Mediaset —ellos también lo desearían—, que Ana Rosa seguía difundiendo bulos en la mañana y los rojos y maricones insuflando vida a las tardes. No lo acepto, tras cada suceso estrambótico les busco en la parrilla como buscas con la mirada a los amigos con los que hablas sin palabras, pero solo encuentro esa infusión de valeriana con ínfulas que es TardeARFantaseo con que una de estas noches navideñas etílicas Alessandro Salem actúe como mandan los cánones del buen ex y mande un mensaje de reconciliación a La Fábrica de la Teleespero que no hayan dado de baja el número. Dense una segunda oportunidad, ganamos todos".

La columna de Eva Güimil, en El País

Por su parte, David Vidal publica en El Televisero un artículo titulado "Todo lo que nos ha dejado 2023, el año en que murió la televisión", donde dice cosas como éstas:

"Hace unos días se viralizaba un video de los chicos de OT 2023 rememorando los grandes momentos de SálvameJóvenes que no superan los 25 años recordando frases de María Patiño, Belén Esteban o Chelo García Cortés. Por si alguien todavía no era consciente, los concursantes encerrados en la Academia nos recordaron el impacto social de un formato que conseguía atravesar la pantalla. En unos tiempos en que el público joven había abandonado por completo la televisión en abierto, Sálvame era el único vínculo que mantenía el target menor de 30 años con la pequeña pantalla". 

"En junio terminaba Sálvame y con su despedida moría la televisión. La frase puede resultar un tanto exagerada, pero solo hace falta comprobar las audiencias de los últimos meses para darse cuenta de la decadencia que vive el medio. Evidentemente la desconexión del público no se inició con el fin del programa de Jorge Javier Vázquez, pero el cierre de Sálvame sí que llevó a la tele a la intrascendencia más absoluta. Sus colaboradores eran una fuente inagotable de contenido, un reducto de libertad entre tanta corrección que encontró la fórmula para sobrevivir frente al avance de las plataformas".

"Sálvame murió y desde entonces ya no hay alicientes para encender el televisor. 2023 ha sido un año para olvidar. Cuesta encontrar momentos televisivos que nos hayan despertado alguna emoción. Vivimos instalados en una especie de letargo en el que encendemos la tele por inercia y vamos haciendo zapping como autómatas esperando encontrar algo que capte nuestra atención. Hemos dejado de desear durante el día llegar a casa para ver X, ya solo entendemos la televisión como animal de compañía en sus últimos meses de vida. Si analizamos por cadenas, este año quien se lleva la palma del desastre es Telecinco".

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