José Luis Masegosa
Periodista
Corren malos tiempos para todo, incluso para la Ciencia. El 
socorrido argumento de los recortes ha puesto en la picota una privilegiada 
atalaya almeriense para la observación del firmamento: el Observatorio 
Astronómico Hispano-Alemán de Calar Alto, un centro científico que ofrece una 
larga trayectoria de más de 35 años con un denso registro de datos y cifras que 
ahora se quieren ignorar para descafeinarlo o decapitarlo. Al margen de la 
 incidencia que ello puede tener para el medio centenar largo de empleados 
directos de Calar Alto, por no detenernos en los negativas consecuencias que 
repercutirían en el ámbito científico e investigador. Este referente mundial  de 
astrónomos e investigadores nació al inicio de los años 70 con una inversión 
inicial de 250 millones de marcos alemanes occidentales. En esta fase inicial, 
la Administración Española no tuvo que aportar ni un duro. En 1975 comenzó a 
funcionar el primer telescopio del Observatorio con un reparto  de tiempo muy 
desigual: España, el 10%, y Alemania, el 90% restante. Evidentemente, la 
inversión fue proporcional: Alemania casi todo, España casi nada. Estas 
condiciones se modificaron con el convenio actual, vigente hasta finales de año, 
que se firmó en 2004. El reparto de tiempos es equitativo para cada socio, pero 
la aportación económica difiere: Alemania, el  63%, con 2,5 millones de euros al 
año y España el 37%, con 1,5 millones de euros. Como presupuesto adicional para 
el desarrollo instrumental cada socio aporta 300.000 euros en forma de proyectos 
tecnológicos.
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| Calar Alto | 
Con estos datos, el total del promedio anual de gasto para el funcionamiento 
del Observatorio es de 4 millones de euros, con una aportación por parte de Max 
Plank de 2,5 millones, y de 1,5 millones del CSIC. Esta inversión española se 
recupera en 1,2 millones, dado que la empresa Calar Alto, como tal, hace  frente 
a las obligaciones de cualquier sociedad mercantil  - IVA, IRPF y demás 
cotizaciones-, por lo que, en realidad, el coste neto para la Administración 
española es solo de 300.000 euros. El nuevo convenio  2014-2018 está acordado y 
firmado. El Observatorio debe funcionar con  3 millones de euros anuales. La 
aportación española está aprobada y su correspondiente compromiso de gasto 
 también. A partir de 2019 Alemania dejaría de ser socio de la empresa, pero 
podría comprar tiempo y pagar por él, con lo que sería más un cliente externo 
que un co-propietario, aunque no hay nada oficial al respecto. Lo que sí se sabe 
es que el CSIC propone no cumplir, incluso, el acuerdo vigente este año y 
plantea recortes de entre el 70 % y el 100%, es decir el cierre total de las 
instalaciones. Si nadie  lo remedia,  la comunidad científica perderá un valioso 
centro investigador y Almería se quedará sin una de sus más valiosas joyas, la 
del Observatorio de Calar Alto.


Este país es una auténtica vergüenza, desde los dirigentes que tenemos hasta los ciudadanos que los han elegido. No se salva nadie.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues nada, sigamos desmantelando todo lo que suponga conocimiento. Al final paro, miseria e incultura va a ser nuestro futuro. Borregos de nuestros politicos pastores. Borregos de borregos...
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