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Sin respuestas para Almería


Juan Carlos
Pérez Navas

⏩ Vivimos días de preocupación, por los nuevos rebrotes que se están produciendo en varios puntos del país, pero muy especialmente por el triste liderazgo en contagios que está registrando Andalucía y la falta de respuesta del Gobierno andaluz. También en esto, al igual que en otras muchas cosas, el Ejecutivo de PP y Cs parece huido de la realidad y de las necesidades y preocupaciones de los andaluces.


El presidente Moreno Bonilla, al que todos miran, sigue sin ofrecer respuestas: sin ordenar el refuerzo del sistema sanitario andaluz, sin aportar medidas convincentes para la vuelta al colegio de los niños andaluces, sin responder a las incertidumbres de la población andaluza y sin ofrecer propuestas para la recuperación económica y laboral.
En su visita de esta semana a nuestra provincia, el presidente andaluz se ha permitido venir con las manos vacías
En su visita de esta semana a nuestra provincia, el presidente andaluz se ha permitido venir con las manos vacías, con un grado de incumplimiento de sus promesas para nuestra provincia escandaloso y, eso sí, con la cartera llena de recortes, como los provocados a los ayuntamientos con el plan AIRE para el fomento del empleo –que nos resta seis millones de euros después de un año en blanco como el 2019– o con la aberrante campaña de desprestigio de la provincia, de su costa y del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar que ha supuesto la autorización en Genoveses del un hotel de lujo, que se está intentando aprobar por la puerta de atrás.

Después de año y medio en el gobierno, Moreno Bonilla ya no puede seguir viviendo de las rentas y los incumplimientos con la provincia de Almería, que se le acumulan, sólo se pueden explicar por su debilidad, su caos en el gobierno y su falta de iniciativa y de credibilidad. Así sucede con la paralización del proyecto del Conservatorio de la capital, la marcha atrás en el Edificio de Especialidades de Torrecárdenas, el Hospital para Roquetas de Mar, la conexión de la autovía con Almería, la paralización de ayudas para agricultores y ganaderos y la falta de proyectos para construir nuevos centros educativos y de salud, ya que sólo se están continuando los que dejó iniciados el anterior gobierno socialista.

Hasta ahora, vivir de las rentas que le proporcionaba la gestión del anterior gobierno socialista había sido el único plan de Moreno Bonilla, pero ya se ha agotado, dejando paso a su manifiesta incompetencia y su falta de cumplimiento con Almería, que constituyen su peor tarjeta de presentación. A estas alturas, ya todo el mundo tiene calado al presidente andaluz, con su autopropaganda y su tendencia a gobernar sólo para los suyos, como está demostrando con el decretazo de simplificación administrativa en materia urbanística o el desdén con el que está tratando a la sanidad y la educación públicas, para debilitarlas y que su sitio lo ocupe el sector privado.

Los almerienses merecíamos trabajo, rigor y dedicación por parte del nuevo gobierno andaluz, y no que se durmiera en los laureles ante los problemas que nos afectan y que se han agudizado después de los meses de crisis que hemos vivido. Sin embargo, lo que nos hemos encontrado es a un presidente cada vez más débil, temeroso y dependiente de Vox, que no ha movido ni un dedo para reforzar la sanidad pública este verano, ante el riesgo de rebrotes, ni para dar seguridad en los centros educativos a la vuelta de septiembre. De lo otro, de las innumerables promesas que PP y Cs le hicieron a los sectores estratégicos de Almería, lamentablemente tampoco hay rastro. En definitiva, un año y medio después de la llegada del gobierno que se decía “del cambio”, el único cambio que ha habido ha sido claramente a peor, por culpa de un gobierno incumplidor, sin ambición y dormido.

Los martes al sol


José Luis Sánchez Teruel
Secretario General del PSOE de Almería

⏩ En estos días, el PP y Cs han cumplido su primer año al frente del Gobierno andaluz, un año perdido y que ha pasado en blanco para la provincia de Almería y el conjunto de los andaluces. Los nuevos gobernantes de Andalucía recibieron en herencia una comunidad que, en los últimos cinco años, había creado 460.000 puestos de trabajo y, frente a ello, lo único que han conseguido ha sido destruir 77.000 empleos.

Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucia (Loa)

De la bajada masiva de impuestos, al PP se le olvidó advertirnos de que sólo iba a beneficiar a los 300 andaluces más ricos. Los demás estamos pagando, de media, 100 euros más de impuestos al año. En cuanto a los servicios públicos, no sólo no han mejorado, sino que están mucho peor. Hoy, los andaluces son los pacientes españoles que más tardan en ser operados: 164 días, lo que supone 49 días más que la media nacional y 77 días más que con el gobierno socialista.
En Almería, en sólo uno de nuestros hospitales hay 1.500 personas más a la espera de ser operadas que hace un año. En las Urgencias del Hospital de La Inmaculada han pasado de tener 22 médicos a sólo 9
En Almería, en sólo uno de nuestros hospitales hay 1.500 personas más a la espera de ser operadas que hace un año. En las Urgencias del Hospital de La Inmaculada han pasado de tener 22 médicos a sólo 9. En cuanto a la educación, con el gobierno de las derechas hay 700 plazas menos de oferta pública para profesores que las pactadas con los sindicatos, 2.500 interinos se han ido a la calle y se han cerrado aulas por toda la comunidad. En Almería, hoy tenemos 11 unidades educativas menos y un colegio cerrado en Tahal.

En infraestructuras, finalmente, sólo están cumpliendo a trancas y barrancas con algunos de los proyectos que que el anterior gobierno dejó programados. En Almería tenemos como ejemplos el Hospital Materno-Infantil, que ya tenía que estar abierto; el acelerador lineal de Torrecárdenas, que debía haber estado operativo en el primer trimestre del año; la Autovía del Almanzora, en la que sólo se ha adjudicado el tramo que el anterior gobierno dejó licitado; o la depuradora de Cuevas del Almanzora y el Conservatorio de Danza, que podían haberse iniciado ya pero se han dejado para el año que viene.
No han sacado adelante ninguna ley, sólo la de presupuestos, sumiendo a la comunidad en la parálisis y el caos
De otros proyectos nada hemos vuelto a saber: el hospital de Roquetas, la ampliación del Hospital de Poniente, el centro de atención primaria de Huércal-Overa o los centros educativos previstos en El Ejido y Viator.

En definitiva, el Gobierno del cambio ha sido el del cambio a peor. De los 52 martes – que es cuando se celebra Consejo de Gobierno– que hemos vivido con PP y Cs al frente de la Junta, han desperdiciado 52. No han sacado adelante ninguna ley, sólo la de presupuestos, sumiendo a la comunidad en la parálisis y el caos. Han sido 52 martes al sol, con un gobierno que sólo está a verlas venir.

¿Ha llegado la hora de Almería?


Pedro Manuel de la Cruz
Director de La Voz de Almería

➤ Después de veinticinco años y un día de irrelevancia y de diez años y solo tres consejeros almerienses –Martín Soler, Mari Carmen Ortiz y Rodrigo Sánchez- con capacidad decisoria en áreas importantes para Almería en el consejo de Gobierno, la provincia puede, por primera vez en los casi cuarenta años de gobiernos autonómicos, tener un peso político real en la política andaluza. 

Presidentes del Parlamento y Gobierno andaluces (Foto. Loa)

Desde 1982 hasta 2008, solo la breve presencia de Antonio García Tripiana en el entorno político del presidente Borbolla fue la excepción de una regla marcada por el olvido cuando no el desprecio. Mientras Cádiz, con Luis Pizarro, y Jaén, con Gaspar Zarrías, tenían una proyección de amplio espectro en la política andaluza, al socialismo capitalino (en realidad siempre mandaron ellos; la provincia solo era tropa) nunca le interesó Sevilla. Tan poco les interesó Sevilla y tan nula fue su influencia allí durante veinticinco años, veinticinco, nada menos, que los 210 kilómetros de carretera tercermundista que separaban Adra del campo de Lorca se convirtieron antes en autovía que los 110 que separan Almería de Guadix. Almería siempre ha estado muy lejos de Sevilla para los sevillanos y (qué inmenso error) también para los almerienses. Pero esa ignorancia compartida es ya historia y nada hay más inútil que azotar un caballo muerto.
Con el cambio político provocado por la aritmética parlamentaria en las elecciones de diciembre se puede, se debe y se tiene que abrir una nueva etapa
Con el cambio político provocado por la aritmética parlamentaria en las elecciones de diciembre se puede, se debe y se tiene que abrir una nueva etapa. Ningún dirigente socialista- ni Martín Soler cuando formaba parte del tridente con Chaves y Pizarro- gozó nunca de la capacidad de influencia privilegiada que ahora tienen Gabriel Amat, Javier Aureliano, Carmen Crespo y Marta Bosquet. Recorramos los porqués.

Gabriel Amat porque el resultado de diciembre no solo reiteró la hegemonía electoral del PP en Almería, sino que situó a esta provincia como la única en la que los populares fueron mayoritarios. La política es matemática y emoción. Los cuatro parlamentarios y los mas de 70.000 votos avalan la primera; la vinculación del presidente almeriense del PP con Arenas y, a través del incombustible político andaluz, con Juanma Moreno (al que, salvo en las primarias y por razones que algún día desvelará, siempre apoyó más que ningún otro presidente provincial) le garantiza el rincón de los afectos, tan importantes en política. 

Javier Aureliano porque su presidencia de la Diputación y su presencia en el comité ejecutivo nacional por decisión de Pablo Casado le sitúa en una posición privilegiada. Juanma Moreno no fue de Casado, pero Casado sí es, desde la noche del 2 de diciembre, de Moreno. Javier Aureliano está llamado a ser un puente transitable por las dos orillas de un río que ahora baja en calma pero en el que cada uno de los que en el navegan tienen memoria. Un resultado electoral favorable- e inesperado- tapa más los desencuentros que el frío una manta zamorana.

Carmen Crespo porque las lealtades arriesgadas en política se deben acabar pagando. La portavoz andaluza del partido permaneció junto a Moreno en medio de las turbulencias desatadas en las primarias. Apostó por Soraya cuando, de forma tácita, el PP almeriense apoyó a Cospedal. Una política experta- y Crespo lo es, vaya si lo es- sabía lo que se jugaba en la partida. En medio de la encrucijada eligió el camino de la lealtad a quien le había llevado a la portavocía regional y, antes, a la delegación del Gobierno en Andalucía. Su opción perdió las primarias pero ha ganado las elecciones y esa circunstancia le sitúa en una posición y en un puesto, en San Telmo o en el parlamento, de privilegio.
La presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, se ha convertido, decididamente, en la número 2 de Ciudadanos en Andalucía
Y por último (pero no por eso con menos influencia, todo lo contrario) Marta Bosquet. La presidenta del Parlamento se ha convertido, decididamente, en la número 2 de Ciudadanos en Andalucía, una posición en la escala de mando que aleja la posibilidad de acabar convertida en presa en la jaula de oro que, para algunos y algunas de sus antecesoras, acabó siendo la presidencia del parlamento. La posición de Marta Bosquet está en las antípodas de la que ocupó Fuensanta Coves cuando fue elegida presidenta de la Cámara. Su influencia en los consejeros de Ciudadanos será todo lo determinante que ella quiera y seguro que querrá y la ejercerá, pero siempre con la sutileza elegante con que lo ha hecho hasta ahora. Pudo elegir y no lo hizo. El partido lo hizo por ella y ese camino tiene un largo recorrido. Los escolásticos diferenciaban entre el poder y la influencia. Bosquet pudo optar; no lo hizo y esa decisión le hace acumular las dos fortalezas.

Dos fortalezas que unidas a las que reúnen los otros dirigentes del PP hacen inevitable la pregunta de si a Almería le ha llegado la hora de tener peso, de verdad, en la política andaluza. Ojalá que el caudal que ahora acumulan no se pierda en el exceso de prudencia, la sumisión partidista o el complejo de lejanía que tanto ha perjudicado a esta provincia. Si no cumplen con su deber no les valdrá ninguna excusa.

Madrigales, cantigas, motetes… y flamenco


Antonio Felipe Rubio
Periodista

➤Una de las cualidades que han venido tradicionalmente adornando a la izquierda más radical, y por ende más inculta, es la fascinación por adecuar la historia a su conveniencia insertándola en su fecundo reducto de falsedades y manipulaciones. Ahora, tras las “revelaciones” de Teresa Rodríguez (Podemos), queda zanjado el debate sobre el nacimiento del flamenco como género musical, datándose con inequívoca exactitud en el reinado de Isabel y Fernando. Sí, una vez más, los Reyes Católicos son los responsables de esta inédita tropelía que viene a sumarse a las ya conocidas del “genocidio” del Descubrimiento.


Afortunadamente, Fernando Martínez (Memoria Histórica) ya tiene argumento para incrementar la subvención a su Festival de Música Renacentista y Barroca en Vélez Blanco: madrigales, cantigas, motetes… y ¡flamenco! Tremendo coupage. Lo nunca visto y oído. La sucesión de citas, frases hechas, fantasmas del pasado y escenarios comunes son el rancio combustible que pretende encender a las masas radicales de la izquierda reaccionaria: “grandes corbatas y corazones pequeños”; “no nos tiendan la mano y quítennos las manos de encima”… Oh, qué belleza argumental.
A la izquierda radical les quitas los Reyes Católicos, Colón, Franco, los ricos, los banqueros… y el flamenco y no saben armar un discurso mínimamente coherente
Conmovidos y transidos por la emoción, ahora decimos que los Reyes Católicos intentaron eliminar el flamenco y encontramos un nuevo estigma que asocie a la derecha -la actual- con la persecución de los gitanos y la consecuente destrucción del flamenco. A la izquierda radical les quitas los Reyes Católicos, Colón, Franco, los ricos, los banqueros… y el flamenco y no saben armar un discurso mínimamente coherente.

Hablando de coherencia, es muy lamentable que Susana Díaz haya desaprovechado una oportunidad histórica para dignificar la actual lamentable imagen de un partido que, en mayo, cumplirá 140 años. Decía la presidente saliente que fue la Transición y Suárez los que pasaron página a Franco y al franquismo. Pero Susana olvidó que fue Zapatero quien recuperó el fantasma; y es Sánchez quien ahora lo procesiona con enfermiza vocación revanchista.
Susana se va, pero avisando a Pedro Sánchez de que va a seguir como superstar andaluza
No ha existido jamás tanta obsesión paleofranquista ni tanta rivalidad entre PSOE y la extrema izquierda para insertar a Franco en el discurso “progresista”. Susana se va, pero avisando a Pedro Sánchez de que va a seguir como superstar andaluza. Y lo hizo con la miserable manipulación de la mujer, convirtiéndola en munición o empalizada para amenazar y emponzoñar la “toma” de la Junta por las “derechas involucionistas” que, como se ha demostrado -no hay nada más elocuente que la realidad indeleble-, han sido esas denostadas derechas las que han protagonizado una jornada histórica serena, elegante, respetuosa y digna.

Al contrario, las izquierdas de mal perder, reaccionarias y escracheadoras han alentado, organizado y sufragado cencerradas que se han extendido por la geografía nacional (magnífico alarde exportador andaluz) para avisar a Pedro Sánchez de que en Andalucía queda mucha Susana por batallar. Cuestión aparte es el caso del SOC/SAT de Gordillo, Cañamero y “El Pancetas” que pretendieron rodear el Parlamento de Andalucía… pero llegaron tarde. Es tan arraigado e inherente a su condición que, teniendo en todo el día sólo una cosa que hacer, llegan tarde. Jamás la metáfora de dar un palo al agua encontró mejores registros que el relato de los sindicalistas llamados “trabajadores” que, impuntuales y fatigados, se esforzaron enlazando sus curtidas manos para sostener sus cuerpos enjutos por el obligado estajanovismo de la clase opresora. Es pa mearse.

La batalla del lenguaje y el discurso políticamente correcto no era una anécdota. Tanto arrogarse el patrimonio exclusivo para la izquierda de conceptos como democracia, progresismo, libertad, igualdad… que, llegado el momento de demostrar esos valores tan cacareados, son los primeros en dar el espectáculo cuando se les acaba el ciclo de sus “apropiaciones” institucionales. Tanto señalar a la derecha como golpista, antidemocrática, involucionista… que estos progresistas salvapatrias llegan a creérselo, y se sienten en la necesidad de evitar el sufrimiento que pueden infligir otros gobernantes estigmatizados con el marchamo de fascistas, herederos de Franco y primos de Isabel y Fernando.

Me lo voy creyendo


Antonio Felipe Rubio
Periodista

➤ Paco se doctoró en Medicina, hizo el MIR y es un brillante especialista; tiene tres3 hijos, dos son de su primera mujer. Fernando es soltero y va por la tercera empresa que monta tras dos malas experiencias iniciales. Margarita se licenció en Derecho y aprobó unas complicadas oposiciones a Notaría; hoy tiene un prestigioso despacho; espera su primer hijo, que nacerá allá por abril. Todas estas personas son reales y hasta podría aportar su razón social -solo inventé los nombres-. Todas tienen algo en común: no llegan a los cuarenta años y, desde que nacieron, no han conocido otra cosa que el PSOE gobernando en Andalucía.

Cambio tras 36 años

El régimen del PSOE se ha instalado en la Comunidad andaluza con una red clientelar que le ha propiciado una permanencia propia de latitudes más tórridas, cuyas gentes han sabido apreciar e interpretar el mensaje de “progreso” en la infecta persistencia de la paguica, la subvención y el clientelismo servil.
Sólo los palmeros y arribistas han tenido oportunidades, ayuda e impulso del socialismo que detentó todo el poder para convertirse en lo que siempre venían denostando: el cortijo
Casi cuarenta años dan para mucho. Hay criaturas que han nacido, crecido y multiplicado durante el largo periodo de gobierno que se ha ido creciendo en sectarismo con el paso de los años. Sólo los palmeros y arribistas han tenido oportunidades, ayuda e impulso del socialismo que detentó todo el poder para convertirse en lo que siempre venían denostando: el cortijo. Ya saben, dime de qué presumes…

Ha sido el socialismo, junto a la izquierda radical acomodada y el adaptativo y periclitado nacionalismo andaluz la casta menos progresista y más perniciosa para el verdadero y necesario progreso. Ya sé que me no falta quien dirá que hemos avanzado muchísimo desde finales de los setenta… y no te digo si referenciamos desde Don Pelayo o Viriato. El problema no está en la visión endogámica del acomodo en el regazo del poder para justificar las “modernizaciones” de Andalucía. También Baviera ha sido gobernada por la CSU durante 50 años; pero comparen el avance de Múnich o Núremberg (después de la destructiva II GM) con los “avances” de Jaén y Almería. Además, tengan en cuenta que el Plan Marshall aportó en términos relativos menos dinero que los 107 000 (ciento siete mil millones de euros) que ha recibido Andalucía de los fondos FEDER.
Lo de Almería siempre ha sido una lucha en complaciente y humillante desventaja
Hoy, cuando ya me voy creyendo el cambio, recuerdo que en los ochenta voté al PSOE con la gran esperanza de ver crecer en libertad y progreso a mi Almería y a la Comunidad andaluza. Pero no me acompañó la maleable adaptabilidad a unas circunstancias en las que sólo veía una servil transmisión hacia los intereses del PSOE de Sevilla. Pasaban los años, y también las oportunidades, y los políticos de mi tierra sólo servían para silenciar el clamor de esas oportunidades perdidas y el agravio comparativo. Así las cosas, me declaré crítico activo aprovechando inolvidables soportes (Antena3 de Radio) para denunciar la pasividad en las infraestructuras. Aún recuerdo las iniciativas que me “condenaron” y me otorgaron el marchamo de “facha” al promover la “Burromarcha” y secundar la campaña “Almería sin salidas” para agilizar la llegada de las autovías a una tierra que tenía que llevar los productos de la agricultura por el puente de Rioja y la N-340. Y ya no les cuento con la A-92, Expo Universal… y tantas cuentas pendientes, mentiras, incumplimientos y, lo peor, la pérdida de oportunidades que no volverán y otros aprovecharon. Lo de Almería siempre ha sido una lucha en complaciente y humillante desventaja.

Aunque vaticiné los resultados de las elecciones, confieso que tuve mis reticencias al escenario que hoy se avizora. Ya sí creo que es posible terminar con este ciclo y abrir una nueva senda que discurra, sobre todo, por erradicar los errores cometidos. Esta oportunidad es histórica para que sea aprovechada con sensatez y amplia generosidad. Es preciso que los nuevos gobernantes sacrifiquen egos absurdos, ambiciones oportunistas y envidias improductivas para ganar el tiempo, dinero y esfuerzos perdidos en satrapías, privilegios y sectarismo.
Aquí y ahora nadie sobra, ni nadie es apestado por su ideología que, entendida en buena lid, deseo que aporte el trabajo y la inteligencia necesaria para que -ahora sí- Andalucía sea la primera región de Europa
Es el tiempo de hacer verdad esa pretendida y sobrevalorada “vocación de servicio” que nos condujo a la cola de todos los posibles parámetros de progreso. Aquí y ahora nadie sobra, ni nadie es apestado por su ideología que, entendida en buena lid, deseo que aporte el trabajo y la inteligencia necesaria para que -ahora sí- Andalucía sea la primera región de Europa. Potencialidad para conseguirlo tenemos, ahí está nuestra geografía y sus recursos. Sólo falta que las personas con capacidad de hacerlo posible cumplan y me devuelvan la ilusión que una vez tuve, allá por los ochenta. Me lo voy creyendo. Esta vez, no me defrauden.

La gente no se chupa el dedo


Miguel Ángel Vázquez
Periodista /Consejero de Cultura

➤ Ciudadanos ha cruzado el rubicón de la incoherencia política por unos cuantos sillones. Para esta formación política los principios son de quita y pon. Basta ver los muchos vaivenes en su ideario en su escaso tiempo de existencia. En su ansia de alcanzar el poder se ha aferrado al clavo ardiendo de la extrema derecha, justo una línea roja infranqueable para todos sus socios liberales en Europa. En Andalucía se ha consumado una alianza a tres bandas, Partido Popular, Ciudadanos y los ultras de Vox, que ha permitido a los naranjas hacerse con la presidencia del Parlamento y a los nostálgicos de otras épocas de tinieblas tener un representante en la Mesa de la Cámara.

Si Vox no hubiera apoyado, el puesto habría ido a la izquierda

No hace falta tener un máster regalado como el de Pablo Casado para ver la vergonzosa coyunda. Sin embargo, el mandado de Albert Rivera en esta comunidad, Juan Marín, niega que exista tal pacto. Y además se revuelve contra la pregunta del periodismo con tono airado. Los que iban de moderados han sacado a relucir modos autoritarios a las primeras de cambio, mimetizándose súbitamente los usos y costumbres de sus aliados de Vox. Señor Marín, los 59 votos que han permitido a su partido obtener el sillón principal del Parlamento es la suma de los 26 representantes del PP, 21 de Cs y 12 de Vox. Si Vox no hubiera apoyado, el puesto habría ido a la izquierda. La entrada de la extrema derecha en el órgano que dirige el Parlamento es fruto del reparto de su votos entre PP y Vox para dejar fuera a Adelante Andalucía (la confluencia de Podemos e IU). Los números hablan por sí mismos.
No pretenderá Ciudadanos que los demás nos traguemos sus trolas. Es tan burda y ostentosa su maniobra que ha llegado hasta la prensa internacional
Esa ofuscación en intentar ocultar la realidad, el pacto de la vergüenza, dice muy poco de su altura política o lo que es peor: nos toma por tontos a los hombres y mujeres de Andalucía. Entre decencia y poder, Ciudadanos ha optado por lo segundo. Es bochornoso pero es una decisión con la que tienen que apechugar o sacar pecho como hace el PP. Fuera complejos. No pretenderá Ciudadanos que los demás nos traguemos sus trolas. Es tan burda y ostentosa su maniobra que ha llegado hasta la prensa internacional. Señor Marín, no nos chupamos el dedo. Ni aquí ni en el resto del planeta.

Lo que hay detrás de los cambios de Susana Díaz

Pedro Manuel de La Cruz
Director de La Voz de Almería

El pasado miércoles participé en un foro de reflexión empresarial privado y en una de las opiniones en las que todos los asistentes coincidían era en la necesidad de poner fin a la pasividad  en la que llevaba instalado el Gobierno andaluz desde hace meses, tantos que parecían una actitud venida de antiguo. Desde que Susana perdiera las primarias, nadie dudaba en Andalucía del cambio de Gobierno. Lo que nadie preveía era su inminencia. A una semana del congreso nacional del psoe y menos de mes y medio de unas primarias y el congreso regional todo hacia prever que los cambios se producirían cuando llegase septiembre.

El nuevo Gobierno de Andalucía

Pero Susana es reflexiva y sabe que la melancolía es un espacio dominado por la penumbra que solo conduce a aumentar la sombra de debilidad que acompaña a la derrota. Había que actuar y hacerlo ya si no quería prolongar la imagen dolorida -la peor que puede proyectar un político- que ni quiso ni supo evitar la noche en que la victoria de Pedro Sánchez la enclaustró en Andalucía para siempre. Pero el duelo le duró poco. Un día le preguntaré si conoce aquel verso de una canción de Pablo Milanés en el que se canta que "aferrarse a las cosas detenidas es ausentarse un poco de la vida". Es posible que nunca lo haya oído, o si, pero con sus decisiones de la semana que hoy termina lo ha puesto en práctica con la ansiedad de quien sabe que, en la bicicleta de la política, quien se para acaba cayendo.

No alcanzo a entender de otra forma que en solo cinco días haya aprobado la matrícula gratis para todos los estudiantes universitarios que aprueben, la instauración de una renta básica, la agilización (fallida) del comisariado para la Memoria Histórica y una crisis de Gobierno que es, casi, una enmienda a la totalidad del gabinete que le ha acompañado durante los últimos dos años.

La presidenta quiere demostrar que ha vuelto y, en esa acumulación apresurada de decisiones, lo que también demuestra es un inevitable sentimiento de ausencia

La presidenta quiere demostrar que ha vuelto y, en esa acumulación apresurada de decisiones, lo que también demuestra es un inevitable sentimiento de ausencia. La campaña de las primarias ocupó su tiempo y preocupó su pensamiento. Y la semana que hoy termina ha sido un ejercicio  estratégico para fortalecer su posición en Andalucía.

Me lo dijo en la tarde del viernes y en medio de los rumores uno de los ex políticos que mejor conoce a la presidenta: "Con los cambios de hoy Susana demuestra quien manda y, sobre todo, quien va a mandar en Andalucía. Sánchez hará su ejecutiva sin interferencias de nadie, pero nadie va a interferir tampoco en las decisiones de Susana. Al congreso regional se llega mejor con un Gobierno nuevo que con uno en funciones". O lo que es lo mismo: Pedro tú mandas en Ferraz, pero aquí mando yo. Por lo demás, habrá que esperar a como se desenvuelva el nuevo Gobierno para hacer su valoración. Los análisis apriorísticos son siempre un error.

Mari Carmen Ortiz había hecho su trabajo con pulcritud. Su paso por la Consejería había transcurrido sin sobresaltos. Nada hacía sospechar el cambio. ¿Por qué se produce entonces?

Lo que nadie preveía el jueves era el cambio en la Consejería de Agricultura. Ninguna de las quinielas apresuradas a las que tan aficionados somos los periodistas y los políticos en excedencia lo contemplaba. Mari Carmen Ortiz había hecho su trabajo con pulcritud. Su paso por la Consejería había transcurrido sin sobresaltos (lo que en política no es poco; y si no repasemos lo que ha ocurrido en las consejerías de Salud y Educación en los últimos meses). Nada hacía sospechar el cambio. ¿Por qué se produce entonces?

La respuesta solo la sabe la presidenta, pero quizá podría buscarse - y encontrarse- en la forma con que su sucesor, Rodrigo Sánchez, llevó su trabajo en la comisión parlamentaria que investigaba los cursos de Formación. Para el diputado de Turre fue una arriesgadísima prueba de fuego de la que salió personalmente fortalecido y políticamente victorioso. El Psoe salió indemne y eso en política nunca pasa desapercibido.

En los últimos años Sánchez Teruel ha tenido en el ya consejero una persona de lealtad total, compromiso sin fisuras y comportamiento sin estridencias

Ortiz fue una apuesta de Sánchez Teruel y Rodrigo Sánchez lo es, quizá, en mayor medida. En los últimos años Teruel ha tenido en el ya consejero una persona de lealtad total, compromiso sin fisuras y comportamiento sin estridencias. Pero si estas circunstancias han influido en la decisión, lo más decisivo ha sido la voluntad de la presidencia de dotar de más contenido político a esa Consejería.

Nadie se baña dos veces en el mismo río y nadie dirige una Consejería con los mismos criterios que quien le antecedió. Mari Carmen Ortiz regresa a Almería con el mismo equipaje con el que se marchó a Sevilla y sin que nadie pueda reprocharle su dedicación. Ayer comenzó una nueva etapa en la que Almería sigue estando presente en el Consejo de Gobierno y en la responsabilidad que más intereses almerienses confluyen. Que el acierto acompañe al nuevo consejero de Agricultura y Pesca. A Almería le va mucho en juego.

El turrero Rodrigo Sánchez Haro, nuevo consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural

Juan Folío
@opinionalmeria

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz Pacheco, anunció anoche a última hora una amplia remodelación de su gabinete, que queda así:

Presidenta: Susana Díaz Pacheco
Vicepresidente y Consejero de Presidencia y Administración Local: Manuel Jiménez Barrios
Consejero de Economía y Conocimiento: Antonio Ramírez de Arellano
Consejera de Hacienda y Administración Pública: María Jesús Montera Cuadrado
Consejera de Igualdad y Políticas Sociales: María Jesús Sánchez Rubio
Consejera de Salud: Marina Álvarez benito
Consejera de Educación: Sonia Gaya Sánchez
Consejera de Justicia e Interior: Rosa Aguilar
Consejero de Empleo, Empresa y Comercio: Javier Carnero Sierra
Consejero de Fomento y Vivienda: Felipe López García
Consejero de Turismo y Deporte: Francisco Javier Fernández Hernández
Consejero de Cultura: Miguel Ángel Vázquez Bermúdez
Consejero de Agricultura, Pesa y Desarrollo Rural: Rodrigo Sánchez Haro
Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio: José Fiscal Gómez
Portavoz del Gobierno: Juan Carlos Blanco de la Cruz

El nuevo consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía

La consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural sigue en manos almerienses, pero Mari Carmen Ortiz cede la cartera a Rodrigo Sánchez Haro, que nació en Turre en 1969. Licenciado en Derecho, es diputado y portavoz de la Comisión de Empleo, Empresa y Comercio en el Parlamento de Andalucía. El nuevo consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha sido también teniente de alcalde del Ayuntamiento de Turre en los periodos 1999-2003 y 2007-2011, y concejal en la oposición desde 2011 a 2015. Actualmente, Sánchez Haro coordina el grupo de trabajo constituido por el PSOE de Almería para apoyar a sus grupos municipales en cuestiones relacionadas con el derecho, la administración y la contabilidad pública, entre otros.

Rodrigo Sánchez, en su toma de posesión

Los otros nuevos consejeros

Marina Álvarez Benito, consejera de Salud:

Esta doctora cordobesa ha sido directora de la Unidad de Gestión Clínica Interprovincial de Radiología y Cáncer de Mama del Hospital UniversitarioReina Sofía de Córdoba. Licenciada en Medicina, se incorporó en 1992 a este centro hospitalario cordobés. Justo cuando las mareas blancas han amargado los últimos meses de Susana Díaz, la presidenta de la Junta elige para esta cartera a una profesional de la sanidad a la que le va a tocar lidiar con varios fuegos: la fusión hospitalaria de Granada y Huelva, las revueltas de Spiriman y su asociación de denuncia de la corrupción en el SAS y las manifestaciones de las mareas, que no son aún agua pasada. Experta en patologías mamarias, esta médico ha desarrollado su carrera profesional médica en el ámbito del cáncer, siempre ligada a su localidad natal, Córdoba.

Sonia Gaya Sánchez, consejera de Educación:

Sindicalista de UGT, formó parte del equipo de Carmen Castilla, la líder del sindicato en Andalucía. Concretamente era la responsable institucional de la formación cuando Castilla fue reelegida el año pasado. Antes había sido la responsable de FETE-UGT Andalucía.

Javier Carnero Sierra, consejero de Empleo, Empresa y Comercio:

Malagueño, ha estado al frente del Turismo andaluz. Antes había sido alcalde de Benalmádena y fue también delegado de Medio Ambiente del Gobierno andaluz en Málaga.

Miguel Ángel Vázquez, consejero de Cultura:
Periodista de profesión, ha ejercido en medios de comunicación antes de llegar a ser el Portavoz del Gobierno andaluz, donde ha estado varios años al frente. Muy conocido al haber sido la voz de la Junta de Andalucía en los últimos años, ahora asume la cartera de Cultura.

Juan Carlos Blanco, Portavoz:

Periodista, profesor y consultor de comunicación, según su perfil de Twitter, viene a sustituir a Miguel Ángel Vázquez al frente de la Portavocía del Gobierno andaluz. Asesor externo del PSOE, ha sido director de El Correo de Andalucía, subdirector de Diario de Sevilla y periodista durante una década de los servicios informativos de la Cadena SER.

Almería merece menos hipocresía, señor Arenas

José Luis Sánchez Teruel
Secretario General del PSOE de Almería

Leo con asombro el artículo publicado en este mismo periódico por Javier Arenas (http://www.laopiniondealmeria.com/2013/09/andalucia-merece-mas-almeria.html) firmado como diputado por Almería, en el que se vanagloria de haberse presentado a las elecciones autonómicas por la provincia como un gesto hacia esta tierra, cuando la verdad es que era todo lo contrario: vino a aprovecharse de ello, a sacar tajada electoral porque no quería presentarse por Sevilla, donde vive.

Obras del AVE en Almería,
ahora paralizadas
Comparto con Arenas el análisis que realiza sobre los sectores productivos de nuestra provincia y la capacidad que han demostrado los almerienses para lograr un indiscutible liderazgo en materias como la agricultura, la piedra natural o el turismo sostenible. En eso estamos de acuerdo. Pero solo en eso.

Me parece insultante que una persona que no ha movido ni un solo dedo por esta tierra, que es incapaz de luchar por ella, de ser crítico con las injustas decisiones del Gobierno de Rajoy que no reconoce las inversiones que nos corresponden en virtud de lo que aparece en nuestro Estatuto de Autonomía –que él mismo votó a favor– y que supone que Andalucía deje de recibir en torno a 2.000 millones de euros, se rasgue las vestiduras por la cuota territorial en la composición del Gobierno andaluz, cuando no ha hecho nada para situar a alguien de Almería en Madrid, en el Gobierno del PP.

Al parlamentario andaluz Arenas, también senador, tampoco le hemos escuchado pronunciarse sobre las infraestructuras que ha paralizado el Gobierno de Rajoy en nuestra provincia, como las obras del AVE; el soterramiento del ferrocarril; la conexión con el Puerto; la desaladora del Campo de Dalías; el túnel de la Balsa del Sapo… y tantas otras cuestiones que, de impulsarse, a buen seguro redundarían en un beneficio directo paraAlmería

También sería deseable que nos dijera qué piensa de las medidas que Rajoy va a poner en marcha contra las personas que padecen una grave enfermedad y que, a partir del 1 de octubre, tendrán que pagar parte de sus tratamientos o qué opina de la reducción de las pensiones que plantea el Ejecutivo y que reducirán de manera notable el poder adquisitivo de la mayoría de los pensionistas almerienses.

Pero, ¿en qué está Javier Arenas realmente si no se ocupa de estas cuestiones? Imagino que intentando que su relación con Bárcenas le salpique lo menos posible y que la presunta financiación ilegal del Partido Popular o los sobresueldos que manejaban, no terminen de llevárselo por delante.

Así, y en vista de su poca implicación con esta tierra, bien haría en dejar su sitio a otra persona que sí es de Almería para que realmente defienda los intereses y las necesidades de esta tierra. el desarrollo de la provincia.

El juego de la silla

Carlos Herrera
Periodista

Almería es frecuentemente mirada desde lejos. Tanto que, a veces, no acabamos de ser vistos. Esa sensación de esquina, ese enclave expuesto a inclemencias de todo tipo, ha configurado un sentimiento de desapego con el núcleo central de la autonomía andaluza que se ha convertido en un lugar común. Puede que algo exagerado, pero lugar común al fin y al cabo. Razones no faltan.

Nuevo Gobierno andaluz
Los almerienses experimentamos en ocasiones –y no solo frente al poder autonómico- una cierta sensación de colonia lejana, de tierra de conveniencia, de último eslabón de la cadena territorial. Da la impresión de que los buscadores de votos se acercan a la provincia recurrentemente tocados con un salacot de explorador en la cabeza. Andaluces y no andaluces.

El último pasaje que ha desencantado a diversos sectores políticos y sociales de la provincia viene de la mano del nuevo gobierno andaluz configurado por Susana Díaz. La heredera por aclamación del escapista José Antonio Griñán ha optado por la vieja estrategia socialista de los equilibrios territoriales, procedimiento por el cual se eligen los miembros de un ejecutivo procurando contentar a todas las agrupaciones, seleccionando para el mismo a personas de cada uno de los núcleos de poder del partido, una de aquí, otro de allá y otro más del más allá.

Los nuevos once consejeros del gobierno autonómico proceden de todas las extensiones provinciales del partido y se corresponden con todos los magmas más representativos de la organización. ¿De todos?: en realidad de todos no, sólo de las siete provincias restantes que no son Almería.

Todo ello hace que el suelo húmedo del sentimiento almeriense vea como vuelve a llover después de tanto tiempo de aguaceros. Es un hecho cierto: los sucesivos gobiernos andaluces de la historia reciente han contado con un total cercano a los doscientos consejeros, de los cuales sólo cinco han tenido procedencia de nuestra provincia, fueran o no nativos de la misma.

Cinco de doscientos, poco más del dos por ciento, no parece compadecerse con uno de los motores del PIB andaluz radicado en esta tierra desde que el vértigo del plástico, del cultivo, de la exportación, cambiaron el paisaje lastimoso de los parajes generadores de emigración.

Almería ha sido uno de los grandes argumentos para establecer el verdadero discurso de la Andalucía emprendedora, trabajadora, resuelta: sin necesidad de vivir de la subvención o del riego incesante de recursos de reparto, la asombrosa provincia -al Este de todo- surgió mediante el esfuerzo y la creatividad de su gente y de la que vino a doblar la espalda a sus tierras.

Tras décadas de padecer aislamiento y déficit de todo tipo de estructuras e infraestructuras, el esfuerzo de sus moradores hizo posible el milagro de su balanza comercial.

Hoy, ese trabajo merece reconocimientos no sólo simbólicos y la presencia de hombres o mujeres de su “establishment” político debería ser considerado tan importante como la de otras provincias andaluzas, incluidas las que han corrido peor suerte.

Puede que sean servidumbres de la política de partidos y de la maquinaria burocrática de sus diferentes “nomenclaturas”; puede que sea simplemente la mala suerte del bombo; puede que tal vez sea un nuevo episodio pasajero de desidia corporativa… pero resulta comprensible el desencanto en distintas estructuras ciudadanas cuando a lo que se juega es precisamente a la representación de todos en las estructuras de gobierno.

Y si es de todos, que sea de todos, ya que da la impresión de que el nombramiento de un consejo ejecutivo andaluz es el juego de la silla, ese en el que hay una menos que personas dando vueltas a su alrededor y en el que, cuando suena la bocina, siempre es Almería la que se queda de pie.

En la letra menuda del proceso se explica que Sánchez Teruel, el Secretario Provincial de los socialistas almerienses, confiaba en ser nombrado Consejero de Agricultura. Dícese que el Partido no quería removerlo de la organización territorial que considera debe reconstruirse.

Hoy no es Consejero Sánchez Teruel –a su pesar- y no lo es nadie, lo cual ha provocado reacciones unánimes de rechazo en diferentes estructuras organizativas almerienses, desde Asempal a la Cámara, que han advertido que no acudirán a los actos que convoque la Junta.

Más allá de las repercusiones para los intereses socialistas en la demarcación almeriense que pueda tener este pasaje repetido, en la autoestima política regional deja un nuevo retazo de sabor amargo, un “Dejà Vu” que añadir a una larga escaleta de pellizcos, a un inconsecuente esfuerzo por alejar afectos por parte del poder centralista de esta autonomía mal rematada.

Es posible que suframos un síndrome de exceso de sensibilidad –no habría que descartarlo- pero la erosión de la epidermis, de ese terciopelo sensible que son los afectos por la tierra de uno, por el esfuerzo colectivo de varias generaciones, es una constatación difícil de obviar.

Afortunadamente, no precisamos del favor centralista para salir adelante, pero una consideración al trabajo y a la lealtad siempre es de agradecer. Que pongan, pues, algún día, otra silla más en el corro.
(Publicado en La Voz de Almería, edición de papel. Autorizada su reproducción)

Empresarios contra la discriminación

Antonia Sánchez Villanueva
Subdirectora de La Voz de Almería


“Hasta aquí hemos llegado, es la gota que colma el vaso”. En la indignación, y hasta en las frases, coincidieron ayer conocidos empresarios y representantes de organizaciones empresariales de la provincia a la hora de opinar sobre la exclusión de Almería en el nuevo Gobierno de la Junta de Andalucía. 

Diego Martínez y José Cano
El hecho de ser la única provincia sin representación en el Ejecutivo de Susana Díaz, confrontado a la obviedad de que las demás sí lo están, y a la realidad de un déficit histórico de presencia en el poder andaluz han provocado entre los agentes socioeconómicos almerienses un ‘terremoto’ de tales dimensiones que amenaza con ser un punto de inflexión. 

De hecho, la primera reacción que han decidido adoptar tanto el presidente de Asempal, José Cano, como el de la Cámara de Comercio, Diego Martínez, es hacer evidente el malestar no acudiendo a los actos institucionales o reuniones a los que convoque la Junta de Andalucía. Y la próxima semana ambas organizaciones reunirán a sus máximos órganos directivos para evaluar la situación y emitir una declaración conjunta. 

“Almería siempre da más de lo que recibe, y así llevamos treinta años, es evidente que ha llegado el momento de actuar de otra manera para que se nos tenga en cuenta”, resumía ayer José Cano el sentir extendido entre la clase empresarial. 

Igual de contundente se mostraba Martínez Cano: “está claro que no somos relevantes, ni nos miran, ni les importamos un pepino... si nos ignoran, pagamos con la misma moneda”.

Para ninguno de ambos es relevante que pueda haber nombramientos de almerienses en otros peldaños del escalafón de las consejerías. “Eso es leche y pan para sopas”, afirma, sin ambages, el presidente de la Confederación Empreasrial Asempal. “Pecata minuta”, valora, en un tono similar, el de la Cámara de Comercio. “No hay más que ver la composición que se ha hecho del Gobierno y se ha intentado contentar a todo el mundo, aquí lo que importa es lo que consigue Almería y la provincia, y la balanza es claramente negativa”, remacha José Cano.

“Los gestos son importantes, y vamos a que podamos tener representación o ignorarlos completamente; si no se nos tiene en cuenta, para qué vamos a estar”, apostilla Diego Martínez Cano.

No son los únicos que opinan así. De hecho, otros empresarios han expresado en las últimas horas un sentir similar. El mismo que transmiten los sindicatos. El secretario de Comisiones Obreras, Juan Pallarés, se ha mostrado muy crítico. “Ha sido un desencanto y una decepción, decían que no iba a haber reparto por provincias, pero en otras sí se ha visto. Almería tiene un déficit histórico de representación y hay ciertas áreas en las que tenía que estar. Almería está muy lejos”.

Yo no lo quiero de Almería

Antonio Felipe Rubio
Periodista

Antecediendo mis respetos por las decisiones de la presidente de la Junta de Andalucía y por la legión de discrepantes, no alcanzo a entender la polémica desatada tras el nombramiento de los consejeros, entre los que no se encuentra ningún almeriense.

No sé si nos estamos dando cuenta de que este clamor por el paisanaje se confunde con un supuesto de trato de favor, ventajismo, nepotismo… Acaso se supone que por ser de una provincia determinada el consejero va a centrar sus desvelos e inversiones en las sempiternas carencias que, ni unos ni otros, han logrado superar. Acaso el consejero se va a arriesgar a que le tilden de “casero” en el equilibrado arbitraje del Consejo de Gobierno. En todo caso, tener un consejero paisano supone que adopte cauciones extraordinarias para que no se le pueda atribuir ventaja alguna hacia su procedencia; justo lo contrario que se clama en tono de exigencia por este foro almeriense.

"...no alcanzo a entender la polémica desatada tras el nombramiento
de los consejeros, entre los que no se encuentran ningún almeriense"
(Antonio Felipe Rubio)

A ver si nos enteramos de que un consejero es una persona que elige la presidente con diversos criterios: influencia, recomendación, lobby, presión, intereses de partido, contaminación corrupta… Un consejero no viene dado por circunscripción territorial alguna; puede ser elegido de una extracción ajena al PSOE; puede ser independiente; puede militar en otra formación política; en definitiva, el consejero no conlleva obligación geográfica, actividad industrial, idiosincrasia, tradición, cuota, etc.

El colmo del cinismo político lo protagoniza la oposición (el Partido Popular) cuando se apena, entristece y enoja porque José Luis Sánchez Teruel no ha sido elevado a la consejería de Agricultura, y arguyen ignorancia, desprecio y otra nueva infamia para los almerienses. Nada más lejos. El PP utiliza estos argumentos para ningunear al socialista almeriense y, mucho me malicio, que les viene bien para ratificar la baja estofa del socialismo provincial. No me imagino a ningún dirigente popular poniendo velas al nombramiento de un paisano socialista por aquello del beneficio a la provincia; salvo que sirva de sparring permanente para echarle en cara las cosas que no hace, aun siendo de Almería; que esa es otra historia.

Insistir en la importancia de la agricultura almeriense como merecedora de una consejería es otro error. La importancia se tiene y se ejerce, no se implora. Sin duda, el sector agrícola almeriense es el motor socioeconómico más importante de Andalucía; otra cosa es que no se haya traducido en un lobby influyente a tener muy en cuenta por su potencial económico, masa social, actividades asociadas, etc.

Llevamos más de 30 años intentando la concentración de la oferta y medio siglo sin tener una voz autorizada que represente y unifique al sector. Por no tener, la agricultura no ha tenido la presidencia de la Cámara de Comercio. Los escarceos empresariales de cierta ínfula se han dispersado en la penetración social con pretendida influencia desde ciertos atisbos de mecenazgo interesado y, cómo no, también aventuras en medios de comunicación que terminaron puestos al servicio y a mayor gloria del poder establecido. O sea, lejos de consolidar un lobby potente se ha caído en la claudicación providencialista, y así se nos responde.

Se puede estar jugando a la Lotería y no tocar nunca. Es más certero jugar las bazas necesarias para prestigiar la importancia y la inteligencia, que ambas las tenemos. Otra cosa es hacerlas valer con más independencia, energía y el orgullo respaldado por nuestra enorme potencialidad.

Seis consejeros almerienses en 35 años


Iván Gómez
Jefe de Local de Diario de Almería

“José Luis Sánchez Teruel será consejero”. Lo daban por hecho, e incluso le asignaban la cartera de Agricultura, dentro y fuera del PSOE de Almería. Es más, en los pasillos del antiguo Hospital de las Cinco Llagas era fijo en las quinielas hasta en las del PP. Sin embargo, dicen que en política nunca se sabe. Y así es. Sorpresa de última hora para casi todos. El secretario general del PSOE de Almería ya lo sabía. A pesar de que días antes de la investidura de Susana Díaz reconoció como propia la “aspiración legítima” de la provincia de consolidar una representación allí donde se toman la decisiones importantes, en este caso en San Telmo, tenía claro que lo fundamental era la configuración de un gobierno “comprometido con Almería, que conozca su realidad y que pueda dar respuesta a lo que necesita”.

Ayer, horas antes de la ejecutiva regional y el anuncio oficial de la nueva presidenta de la Junta, la consigna más repetida en el seno del PSOE almeriense era que “lo más importante son los cuadros intermedios”. Pero no acabó de convencer a la militancia que ha recibido con sorpresa al equipo de consejeros designados por su líder, una mujer con la que se han volcado desde que comenzaba a tomar posiciones. “Me hubiese gustado tener a un almeriense en el nuevo gobierno”, reconocía ayer José Luis Sánchez Teruel.

Los socialistas almerienses apoyaron a Susana Díaz

La provincia seguirá, al menos un par de años más, huérfana de consejeros y tendrá que conformarse con directores generales y otros cargos de segundo nivel que no contentan a nadie. Para los almerienses, como así lo han evidenciado los agentes sociales y económicos de la provincia en los últimos años, sí creen en las cuotas de poder y defienden la representación directa en las áreas de gobierno más allá de la que se consigue cada cuatro años en las urnas. En la configuración del gobierno andaluz que llevó a cabo José Antonio Griñán, tras alcanzar un pacto de gobierno con Izquierda Unida en mayo del pasado año, argumentó ante el desánimo del PSOE almeriense por la salida de Manolo Recio, su único representante desde que fuera cesado Martín Soler, que “Almería tenía once consejeros”.

Su discurso se alejó de las cuotas territoriales y parece que el de la quinta presidenta de la Junta de Andalucía será el mismo. Es más, la defensa que emplearon en ese momento los socialistas contra los que criticaban la ausencia de un consejero almeriense fue de “catetura”. No es un capricho. En los 35 años de gobierno andaluz, en los que han sido nombrados casi 200 consejeros, sólo seis -si se excluyen el nacido en Adra pero siempre alejado de su tierra natal López Martos y el ya fallecido Miguel Manaute al que obligaron a ir por Almería- han mantenido un estrecho vínculo con la provincia. El roquetero José Luis García de Arboleya, Inmaculada Romacho, Cándida Martínez -aunque siempre como parlamentaria por Granada-, Fuensanta Coves, Martín Soler y Manolo Recio son los nombres ligados a la defensa del interés de los almerienses en sus respectivos departamentos de Sevilla. Muy pocos nombres para una provincia locomotora en su día, fundamental para la economía andaluza liderando sectores como el agroalimentario.

Seis almerienses, de nacimiento y adopción, desde que el primer gobierno preautonómico echara a andar con la constitución de la Junta de Andalucía en mayo de 1978 es un balance muy pobre. Y los dos debutantes, Romacho y García de Arboleya, no entraron en el gobierno regional hasta 1994. Es más, el distanciamiento forzado de los dirigentes del PSOE de Almería del Consejo de Gobierno puede ser uno de los detonantes de las considerables derrotas que los socialistas vienen sufriendo en las urnas en la última década. Al menos la parlamentaria Fuensanta Coves, senadora autonómica y parlamentaria por Almería, continuará en el cargo tras la dimisión de los otros tres escaños (Francisco Álvarez de la Chica, Juan Espadas y Antonia Moro) para que en su lugar entren el ya expresidente José Antonio Griñán, el vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, y una tercera persona que podría ser la exconsejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, también salpicada por la investigación judicial del caso de los ERE.

Izquierda Unida salió en defensa del PSOE Almería y le echó un capote argumentando que lo importante no es el titular de la consejería, sino sus políticas, mientras que los populares volvieron a cargar duramente, como ya hicieran en la remodelación de mayo del pasado año en la que Griñán tampoco contó con ningún almeriense en su equipo, contra Susana Díaz por castigar e ignorar a una provincia a la que consideran comodín de sus intereses. Entre los empresarios y agentes sociales, sobre todo en las organizaciones agrarias, también se ha extendido un profundo malestar con la decisión de la nueva presidenta. Los seis consejeros almerienses de las más de tres décadas de la Junta de Andalucía han sido:

José Luis García de Arboleya. Consejería de Salud. Licenciado en Medicina, fue consejero de Salud durante dos legislaturas tras dar el salto desde los altos cargos del SAS. Nacido en 1943 en Roquetas, tuvo responsabilidades en los hospitales Carlos Haya Axarquía de Vélez-Málaga y el Clínico de Granada. En 1992 sustituyó a Griñán como consejero de Salud.

Inmaculada Romacho. Educación y Ciencia. Fue consejera de Educación y Ciencia en un breve periodo comprendido entre 1994 y 1996, una etapa de mucha crispación,lalegislatura dela pinza. Es una delas primeras mujeres que logró incorporarse al gobierno de Manuel Chaves y puso en marcha, entre otroslogros, uno delos planes de investigación más ambiciosos dela Junta.

Cándida Martínez. Educación y Ciencia Nacida en Vélez Blanco en 1951, la hermana del exalcalde de Almería, Fernando Martínez, es doctora en Historia por la Universidad de Granada, donde fue nombrada decana dela Facultad de Filosofía y posteriormente directora del Instituto de Estudios dela Mujer. Fue consejera de educación, al igual que Fuensanta Coves, entre los años 2000 y 2008.

Fuensanta Coves. Medio Ambiente. Nacida en Elche, pero almeriense de adopción, Fuensanta Coves es doctora en Farmacia porla Universidad de Granada. Su trayectoria como profesorala desarrolló enla Universidad de Almería durante diez años antes de saltar ala política como consejera de Medio Ambiente entre 2000 y 2008. Hoy es parlamentaria por Almería.

Martín Soler. Agricultura / Economía. Nacido en Cuevas en 1962 y padre de tres hijos, Soler es licenciado en Biología y tiene plaza de funcionario del Cuerpo Superior Facultativo dela Junta. Fue consejero de Agricultura y Pesca con Manuel Chaves entre abril de 2008 y abril de 2009, fecha enla que dio el salto a Innovación, Ciencia y Empresa. Pepe Griñán lo destituyó en su primera remodelación de gobierno.

Manuel Recio. Empleo. Nacido en Madrid en 1963, es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid y diplomado en Dirección y Gestión de Comercio Exterior. Fue consejero de Empleo con Griñán tras ser secretario general de Economía de la Consejería de Economía. Es parlamentario por Almería en la actualidad.