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El efecto “gata Flora”

Antonio Felipe Rubio
Periodista

Las últimas noticias que ha generado y trascendido nuestra capital para mayor honor y gloria de la “Marca Almería” han sido el KH-7 de la Carrera por la Igualdad y la petición de 9 meses de cárcel para una madre que retiró el Smartphone a su hijo para que dejara de ver porno y se pusiese a estudiar. Algo está pasando para que, en ámbito político y judicial, este país se conduzca hacia un lamentable descalabro.

Efecto Gata Flora

El Ayuntamiento de Almería acaba de celebrar sesión del Consejo Sectorial de la Mujer para tratar el tremendo agravio y humillación que para la mujer supone la entrega de un set de regalo al inicio de una actividad lúdico-deportiva que, una vez comprobado el contenido del paquete promocional, se hizo exégesis y juicio de género: tomate raf, inocente; braga para el cuello, inocente; bolsa para la compra, duda razonable… desengrasante para el hogar, culpable.  Así las cosas, la oposición (PSOE-IUCA) determinan en condenar y condenan al equipo de gobierno municipal del PP por humillar y degradar a la mujer participante en el evento con el argumento de la atávica relación mujer/sus labores. Pero faltaba la componente ideológica y sectaria -que se arroga en exclusiva las reivindicaciones de género-, censurando la actitud del alcalde que no acude a la citada sesión del Consejo Sectorial para “esconderse, ocultarse, parapetarse…” y, como dirían los prescriptores del tiempo nuevo en la izquierda, “se la bufa, se la suda, se la reflanflinfla… y se la sopla”. Nada que objetar desde la progresía a las citas que recrean con profusión de sinónimos los diferentes estados de ánimo en función del estímulo hacia la polla, pene, cipote, verga u órgano sexual masculino -en esto también hay abundante sinonimia-. Pero estas zafiedades argumentales no son exhibición machista en sede parlamentaria; todo lo contrario, un alarde de léxico, frescura intelectual… y un fuerte aplauso de las diputadas de la bancada progresista.

"Hay una forma de “hacer ciudad” consistente en solemnizar y sacralizar las banalidades con magnificadas interpretaciones ideológicas y sectarias"

Hay una forma de “hacer ciudad” consistente en solemnizar y sacralizar las banalidades con magnificadas interpretaciones ideológicas y sectarias. También hay otra forma de hacer ciudad “escondiéndose” en el Ministerio de Fomento para fijar la próxima visita del ministro a Almería (primera semana de abril) para comprometer formalmente la reactivación de las obras del AVE Murcia-Almería, y conseguir un nuevo espacio en la carretera de Sierra Alhamilla para un amplio diseño de avenida, gracias a los terrenos cedidos por Renfe para facilitar el acceso de peatones y vehículos en una zona de histórica degradación urbana. En esto se ha “escondido” el alcalde, y así evita pedir perdón por el delito de “KH-7”, devenido en histrión.

El fracaso de la política eficaz y beneficiosa para los intereses generales busca relevancia alternativa en estos gestos y exacerbaciones que perturban el natural tratamiento de reivindicaciones, libertades e igualdades. La sociedad, más sensata, suele adelantarse en normalización, equilibrio y justicia a esos políticos anclados en un sectarismo beligerante que sólo consigue distanciar, fracturar y envilecer los valores de una sociedad que interesa mantener fragmentada y radicalizada.

El efecto “gata Flora” (si se la meten, grita; si se la sacan, llora) es una constante en la contienda política. Según el portavoz socialista, ahora va a resultar que el alcalde ha tratado de “distraer” la atención con un “regalo de Adif en Sierra Alhamilla que disipa cualquier opción al soterramiento”. No estamos contentos con nada. Mejor hubiese sido continuar esperando la concreción de la promesa del secretario de Estado de Infraestructuras, el almeriense Miranda Hita, quien, aprovechando la presentación de un sello de Correos, prometió la financiación total a cargo del Ministerio para el soterramiento integral en Almería.

Está claro que hay dos modelos de ciudad. Hay para elegir: eliminar trabas urbanas y modernizar o perseverar en estereotipos caducos y avivar el fanatismo del género que sea.