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El vicio de prohibir en Huércal de Almería

Emiliano Domene
Concejal de IU en el ayuntamiento de Huércal de Almería

La precipitación y las prisas suelen ser malas consejeras. Si además van acompañadas de una actitud alejada del consenso y el dialogo, se convierten en toda una temeridad. Desgraciadamente en política, demasiadas veces nos encontramos con gobernantes empecinados en generar "titulares" que les permitan vender su gestión en vez de entrar en el fondo del asunto y actuar de forma realmente competente.

Ismael Torres
Hay veces en las que esta mezcla de actitudes, que en nada beneficia al día a día de los ciudadanos y ciudadanas, se  les acaba volviendo en contra y aquellos que hasta entonces estaban en posesión de la verdad absoluta tienen que salir a la desesperada a dar explicaciones y matizar lo que hasta entonces  tenían tan claro. Este es el caso del alcalde de Huércal de Almería, Ismael Torres (PP) que junto a su equipo de gobierno tripartito (PP-VHA-GRINP) aprobó recientemente la nueva ordenanza de tráfico del municipio y que tras su publicación ha generado un reguero de críticas tanto por parte de diversos sectores de nuestra sociedad como por varias publicaciones de medios de comunicación.

"Han llamado la atención los artículos que prohíben expresamente el uso de juegos de pelota, patines y monopatines en la vía pública"

La ordenanza de tráfico de Huércal de Almería se quiso vender como si de una ayuda social se tratase, sin entrar en el fondo del asunto y buscando el titular de la bajada del importe de las sanciones leves (una vez más los árboles impedían ver el bosque). Pero, una vez que los focos se apagan, llega el momento de la seriedad, del trabajo, de examinar todos los aspectos de un texto que lejos de limitarse a ajustar las cuantías de las sanciones se convierte en un ejemplo del vicio de prohibir, unido a la incapacidad de dar alternativas. Entre otras cuestiones han llamado la atención los artículos que prohíben expresamente el uso de juegos de pelota, patines y monopatines en la vía pública, las sanciones por aparcar en un mismo sitio durante más de 15 días o la prohibición de fijar bicicletas a elementos del mobiliario urbano o a inmuebles.

Desde el Grupo Municipal de IU, una vez conocido el texto propuesto y tras una ronda de contactos con diversos colectivos y vecinos del municipio, presentamos una serie de alegaciones a ciertos aspectos de esta ordenanza para, mediante el dialogo y el consenso, lograr mejorarla y clarificar su redacción, adelantándonos a la polémica posteriormente surgida. Esto nos valió una feroz crítica del equipo de gobierno tripartito, que veía como una pérdida de tiempo el tener que debatir nuestras propuestas en esta materia. El mismo equipo de gobierno que ahora se ve en la necesidad de dar explicaciones públicas al respecto.

Obviamente todos estamos de acuerdo en que la circulación de peatones y vehículos por las calles tiene que ser lo más cívica y segura posible, también en la rebaja de las sanciones leves. Pero no se pude legislar a golpe de titular. La cuestión es mucho más seria y profunda. Antes de prohibir y sancionar hay que buscar alternativas. No se puede poner el parche antes que la herida.

Comencemos por la base: ¿cuántos espacios públicos, abiertos y habilitados existen en el municipio para el disfrute de estos juegos, ahora prohibidos en la calzada pública?, ¿existe una red de elementos de fijación que permita estacionar de forma segura y ordenada en lugares apropiados las bicicletas de los usuarios de este medio de transporte, logrando a la vez el fomento de su uso?, ¿es descabellado pensar que por motivos laborales, vacaciones, enfermedad u otro tipo de ausencia un vecino mantenga estacionado 15 días su vehículo en el mismo sitio?, ¿existe algún procedimiento para comunicar estas situaciones y evitar una injusta sanción? Todas éstas son cuestiones que se tenían que haber afrontado con rigurosidad antes de comenzar una espiral de prohibiciones que en poco o nada benefician al ciudadano.

Ahora, el alcalde, se ve obligado a salir reinterpretando a su antojo y haciendo encaje de bolillo con las palabras de los textos aprobados para defenderse de las críticas recibidas, pero lo cierto es que con un poco más de humildad y seriedad se podía haber alcanzado un consenso y resolver estas cuestiones en vez de utilizar el rodillo de la mayoría. Porque gobernar no es imponer, gobernar es algo mucho más complejo y hermoso. ¿Cuál será el nuevo titular?