El apoyo se mide mejor por las obras que por los eslóganes. Y hoy conviene recordar, con datos, la huella del Gobierno de España en nuestra ciudad: inversiones que se ven, que se pisan y que están mejorando nuestro patrimonio, nuestra movilidad y nuestras oportunidades.
La gran transformación de Almería se va a producir en breve con el AVE: 3.500 millones se están invirtiendo en el Corredor Mediterráneo y más de 200 millones solo en el soterramiento de la capital. Las obras no paran y lo vemos todos: la demolición del puente de la autovía del Aeropuerto, del puente de la avenida del Mediterráneo… Un proceso ya imparable. Y se está ejecutando bajo el gobierno de la coalición progresista; Rajoy, en su día, invirtió sí, en el tapiado de los túneles de Sorbas.
Ahí está la rehabilitación del Cable Inglés, con 3,1 millones de euros y la segunda fase ya aprobada. O los 2,6 millones que aportó el Gobierno para el Museo del Realismo, y la recuperación del edificio El Patio, con 1,5 millones.
Eso sí: no basta con inaugurar, hay que mantener, y es una pena observar en la ampliación del Paseo Marítimo, cómo la vegetación se ha secado por falta de un mínimo cuidado por parte del Ayuntamiento. Y la ciudad sigue avanzando con proyectos, como la futura pasarela sobre el río Andarax, que más pronto que tarde será una realidad. También se nota la huella del Gobierno de España, con la aprobación de fondos europeos, en la subvención para vivienda de alquiler de Costacabana y la zona de Carrefour, la rehabilitación en las Casas de los Pintores, la renovación del Mirador de San Cristóbal, el Plan de Sostenibilidad Turística para Cabo de Gata y El Toyo, la implantación del contenedor marrón o las obras del Preventorio, entre otras.
Y ello, a pesar de la negativa del PP e el Congreso a la llegada de estos fondos. Los almerienses lo ven cada vez más claro. Cuando se invierte, Almería avanza. Y eso es lo que está ocurriendo.

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