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El crítico Borja Terán 'redescubre' a la otra Rocío Carrasco

Tania Artajo
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Bake Off: Famosos al Horno, en La 1, se estrenó el 11 de enero con una modesta cifra de audiencia: 9,8 %. Anoche se emitió el tercer programa y la situación es radicalmente distinta: lo vieron más de 900.000 espectadores y tuvo una cuota de pantalla del 10,8 %, situándose en segundo lugar en audiencia y superando incluso la audiencia que el día anterior tuvo un programa de Telecinco tan carismático como GH Dúo.

El jurado optó por salvar a Rocío Carrasco frente a Julio Iglesias Jr. / La 1

En el programa de anoche los concursantes se enfrentaban a dos nuevos retos. En el primero, había que superar una prueba técnica en la que tenían que elaborar un postre con pan duro. Solo el trabajo de Ana Boyer convenció  a los jueces. Después, los concursantes se enfrentaban a una prueba por parejas en la que tenían que elaborar una tarta de dos alturas. Tras valorar las dos pruebas, los jueces dictaminaron que el delantal azul era para Yolanda Ramos. Los peores pasteleros fueron Julio Salinas, Rocío Carrasco y Julio Iglesias Jr. El expulsado fue el hijo de Isabel Preysler y Julio Iglesias. 

Una de las personas que más están sorprendiendo en el concurso es Rocío Carrasco, no por la calidad de sus postres, sino por su actitud colaboracionista. A Rocío Carrasco es precisamente a quien dedica su columna en 20 Minutos el crítico de televisión Borja Terán con el título El descubrimiento de Rocío Carrasco en Bake Off, en la que habla así de la hija primogénita de La Más Grande: 

"Se está descubriendo a Carrasco siendo Rocío. Sin el yugo de los mercaderes de los murmullos, sin tener ya que rebatir a los que la quieren mal. Sólo compartiendo emociones en un juego de pretensiones las justas"

“Los prejuicios siempre han hablado por Rocío Carrasco. Y quizá siempre hablen por ella. Sin embargo, ahora, en el talent show de celebrities pasteleras de La 1, Bake Off, se está descubriendo a Carrasco siendo Rocío. Sin el yugo de los mercaderes de los murmullos, sin tener ya que rebatir a los que la quieren mal. Sólo compartiendo emociones en un juego de pretensiones las justas. Ayuda la presencia de amigas cómplices, como Yolanda Ramos y Terelu Campos, que fomentan el respirar de ese ambiente familiar en donde todas se están permitiendo cierta naturalidad. Aunque no olviden que están trabajando en un programa de televisión. 

Para la propia Rocío Carrasco podría ser otro programa de tantos. La hemos visto en muchos y en muchas facetas. De presentadora en Hable con ellas a concursante vedette en Sálvame Mediafest. Pero, esta vez, es diferente. No tiene que polemizar, está de vuelta de las expectativas ajenas y, ahí, está ella haciendo pasteles en equipo como una amiga más. Y eso que compite de manera individual.

Por primera vez en años, estamos conociendo a Rocío Carrasco en televisión sin acordarnos ni un segundo de su ex marido. Sin necesidad de dar explicaciones, sin necesidad de discursos, simplemente dejándose ver. Como le gustaba a su madre, como cantaba su madre interpretando aquello de "soy sólo una mujer. Tan sólo una mujer llena de dudas. Aquí donde me ves".  

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