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In memoriam: María Mañas 'La Lanera'

Antonio Torres*
Director de Canal Sur en Almería

María Mañas García de las Bayonas, María la Lanera, una de las mujeres grandes de Los Gallardos, nos acaba de dejar. Con decir su nombre, toda una comarca y especialmente las localidades de Sorbas, dónde nació, y Los Gallardos, el lugar en el que vivió y construyó una familia numerosa, les echan de menos.

La familia González Mañas, al completo. Juan, que fue alcalde de Los Gallardos, se nos fue hace unos años. Ahora, nos ha dejado María. (Foto de la década de los 60 cedida por La Cimbra)

María Mañas, de 85 años, levantó un negocio familiar junto a su marido, Juan González, hijo de Isabel y de Sebastián, éste uno de los confundadores y primer alcalde de Los Gallardos, pueblo que se independizó de Bédar en 1925. La panadería que en la actualidad regenta su hijo Sebastián es muy popular en la provincia por dar servicio con uno de los pocos hornos de leña tradicional que están en pie. Sin famosos sus 'Fabiolas' y sus 'Balduínos', dos manjares de la panadería que se elaboran con receta centenaria.

Por encontrarse enferma, María no pudo asistir hace unos días al homenaje que le tributaron a su hermana, Ana, la pasada semana en Sorbas. Conoció los detalles gracias a sus hijos y a las aportaciones de su sobrina Rosita Amador. La desaparición de María se hizo notable por los comentarios de su hija Manuela y su nieta Claudia González Crespo, que defendió el humor y la alegría de la abuela. Para sus sobrinos Encarna Mañas Rodríguez y Diego Hermosilla la alegría de vivir de María no pasaba desapercibida: “Derrochaba amor, alegría y generosidad”.

María y Juan eran alegres, con sentido del humor alto. Al mal tiempo ponían buena cara. Les encantaba hacer una parada en la tarea para bailar en las fiestas del pueblo. Su casa era la casa de todos. Parientes y no parientes, todo el mundo tenía en su casa una cama para dormir y un plato de comida. Da igual que fueran las fiestas del pueblo o un día cualquiera.

En el horno de Juan y María los jóvenes de la época celebramos numerosas cenas como homenaje a los éxitos deportivos. Juan fue durante un tiempo entrenador de Los Gallardos con un concepto moderno del fútbol en el que los laterales eran atacantes. Una vez me colocó ahí en un partido en Vera y el experimento salió bien, obligándome de ir de área a área, cómo ocurre en la actualidad.

En fin, se nos ha ido una gran persona. Su casa era la de todos y su familia, una familia plural y enriquecedora donde no había secretos y donde el agrado hacia los demás siempre se situaba por encima de cualquier interés. Más de una lágrima se ha visto estos días. "Nos ha quitado mucha hambre", decía mientras besaba su cara en paz una vecina que ha vivido en propias carnes la escasez material, pero que siempre sabía que, en última instancia, "María siempre tenía algo para nosotros, mis hijos, gracias a ella, no se iban a ir a la cama sin comer".

Es cierto que a esa idea de hogar abierto contribuyeron los hijos Sebastián, Isabel María, Mani, Cristina y Manuela... y Juan Manuel, que llegó como un regalo final para todos.

* Texto de Antonio Torres, publicado en la edición de papel de La Voz de Almería, complementado con aportación literaria y gráfica de Emilio Ruiz.

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