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La dimisión de Nicasio Marín

Rafael M. Martos
Director de Noticias de Almería

Para qué negarlo, la renuncia del concejal Nicasio Marín a las competencias en el área de Personal que le había entregado el alcalde Luis Rogelio Rodríguez al configurar su equipo de gobierno tras las elecciones municipales ha sido una sorpresa para todo el mundo. Ni rumores ni filtraciones, y eso es difícil. A la vista de su decisión sólo cabe como primera valoración alabar su determinación, y también su sinceridad, aunque la revista de diplomacia. 

Nicasio Marín
Cuando Luis Rogelio decidió contar con él, una persona tan distinta en tantas cosas al resto de los miembros de la candidatura más destacados, se esperaba que le hubiera reservado un papel destacado en el futuro organigrama municipal. Una persona preparada intelectualmente, con muchos años de trabajo a sus espaldas, acostumbrada a ir contracorriente, y ajena a la política, despertó recelos entre algunos y algunas hasta el punto de que se evidenció incluso en comentarios despectivos por parte de éstos y éstas hacia el recién llegado.

Por eso, cuando a Marín se le coloca en un área tan poco vistosa como la de Personal, lo primero que produce es sorpresa, aunque luego, tras una reflexión, resulta comprensible. Quien ha sido presidente del Sindicato Médico, y por tanto conocedor de todo ese entramado burocrático de las relaciones laborales en la administración, parece que sería adecuado para cambiar en la mesa de un lado al otro en una negociación, o sencillamente al establecer un diálogo con los sindicatos.

Para quien ha querido entenderlo, Marín ha sido claro, no era eso lo que él esperaba y no ha sabido adaptarse a lo que de él sí se esperaba. Es de suponer que al alcalde no debió sentarle bien la decisión cuando se la comunicó, y seguramente le recriminó no haberlo dicho cuando le comunicó el nombramiento, para así reconfigurar el equipo antes de que se generaran polémicas.

Lo que hace de este asunto algo singular es la decisión de dejar el área, de renunciar al sueldo de concejal-delegado (cobrará por su asistencia a plenos y comisiones, y no olvidemos que ese tiempo le será descontado de su nómina profesional), ya que más de uno y de una, tanto en el gobierno como en la oposición, tragan carros y carretas con tal de no perder el sueldo... y es que no tienen otra cosa que echarse al bolsillo; e incluso otros a lo que se agarran es al brillo que produce ser concejal o concejala del Excelentísimo Ayuntamiento de Almería.

Nicasio Marín ha preferido la coherencia, la honestidad personal, y eso, sin duda siempre genera incomprensión, y de ahí, los enemigos y las críticas.

"Nunca le he pedido nada al alcalde a cambio de mi compromiso con la candidatura"

María Medina / La Voz de Almería

El concejal del PP Nicasio Marín Gámez volvía ayer a su puesto como médico internista en Torrecárdenas después de renunciar a la “cartera” de Personal en el Ayuntamiento de Almería. Seguirá de concejal “raso”.

¿Qué expectativas tenía cuando apostó por ir en la lista del PP a las elecciones municipales y qué es lo que no se ha cumplido para que renuncie a una dedicación exclusiva como concejal  responsable del área de Personal?
A ver, el alcalde, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, me pidió ayuda para sumar fuerzas en un contexto político  especial y difícil. Acepté. Puse mi nombre, mi cara y pude obtener, siendo optimista, unos 2.500 o 3.000 votos. (Pide que se haga mención a que la cifra es una estimación). No pedí nada entonces ni he pedido nada ahora (entiéndase un puesto concreto) al alcalde. Nunca fue una transacción, no he querido cargos y no me gusta el postureo. Eso quiero que quede claro.

Entendido. Pero, ¿qué ha cambiado para que usted renuncie a una concejalía con dedicación exclusiva apenas dos meses después de ser designado como concejal de Personal?
He comprobado la naturaleza del trabajo designado y mis competencias y habilidades no son las adecuadas. ¿Tan raro resulta que alguien reconozca sus límites? Me sorprende que sea noticiable el hecho de que alguien, un político, se reconozca limitado para un puesto determinado.

Usted aceptó.
Acepté. Entré a conocer la naturaleza del trabajo. Y he estudiado cada tarde todo lo relacionado con el Régimen de Administración Local. Pero no me veo competente. Dese usted cuenta de que cada mes tengo que firmar, por ejemplo, la entrega de 10 millones de euros en salarios. Es dinero público y sé que bastaría con dejar las cosas fluir porque los funcionarios y técnicos son excelentes, pero provengo de un entorno (es médico internista) en el que conviene saber qué puede uno hacer y para qué no está suficientemente preparado. Y yo no me veo capaz de hacer bien este trabajo administrativo. No hay nada más.

Entienda que ha sorprendido. La oposición ve quiebra en el equipo de gobierno.
Insisto: No hay nada más que el hecho de que no tengo competencia suficiente, lo he comprobado y lo reconozco. Es algo que no sabía cuando llegué y  he tenido que confirmar. Respecto a la oposición, me pregunto si es tan soberbia como para no entenderlo. El follón del que se habla es pura especulación. La polivalencia no siempre es válida ni siquiera en la política debería de serlo.

¿Qué me dice del resto de miembros del equipo de gobierno municipal?
No me quejo de mis colegas. Son un grupo muy cohesionado que funciona muy bien. Son jóvenes, con una media de edad de 40 años, son trabajadores y muy resolutivos. No tienen horarios y sí mucha experiencia. El primer teniente de alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, me mandó, por ejemplo, un mensaje de apoyo y yo le agradecí el capote. También otros como Juanjo Alonso o Pilar Ortega.

¿Y el alcalde?
Tomé esta decisión hace aproximadamente tres semanas y le dije al alcalde que teníamos que hablar. Y eso hemos hecho. Con total naturalidad y sin ninguna tensión. Le comenté que prefería continuar en el servicio público desde mi ámbito profesional y lo entendió. Creo que el problema es que hay un concepto equivocado del servicio público. Yo soy médico público, es una ocupación noble para la que sí estoy preparado y sí, cobraré menos, pero no es problema. Con los 64.000 euros anuales que están presupuestados como mi sueldo se pueden hacer muchas cosas. Y así se lo he dicho a Luis Rogelio.

¿Qué propone?
El Ayuntamiento puede cubrir necesidades inmediatas. Almería se ha proclamado ciudad de acogida y en breve tendrá que acoger a 25 familias sirias. El dinero de mi sueldo puede utilizarse para ellos o para cualquier otra cuestión de necesidad.

Deja responsabilidad, deja sueldo, pero no renuncia al acta de concejal, ¿qué va a aportar como miembro ‘raso’ de la corporación?
Yo salgo del equipo de gobierno. Es normal. Pero puedo aportar diálogo continuo y fluido con la oposición. Esto es lo que, en democracia, se llama democracia. Y en eso puedo ayudar.  Puedo preparar mociones como la que a final de mes defenderé en el pleno a favor de los almerienses afectados por la talidomida. Y desde aquí les digo a todos los almerienses que quieran que les represente, que me tienen a su disposición. Todas las sugerencias o comentarios que quieran hacer me las pueden hacer llegar. Estaré en Torrecárdenas, no en el Ayuntamiento, pero me van a tener. Y a todos les digo que mi voz se oirá, pero cobrando de mi trabajo.

Ha vuelto a Torrecárdenas, ¿cómo ha ido?
Muy bien. Lo echaba de menos.