Edita: Fidio (Foro Indalo de Debate, Ideas y Opinión / Twitter: @opinionalmeria / Mail: laopiniondealmeria@gmail.com

El currículum

Kayros
Periodista

Este agosto de fuego no se presta que digamos para un artículo diario, enviado a hora fija. Más bien todo lo contrario; son horas de ocio, despreucupación playera, y ese eterno “dolce farniente” de los que nunca dieron un palo al agua. Como ven, los medios informativos están llenos de crímenes, de senegaleses furibundos, con un Rodrigo Rato que va y que viene. Desearía ser tan ingenuo que pudiera creer que el ministro Fernández Díaz y el vicepresidente de Aznar, Rodrigo Rato, a lo que de verdad iban al Ministerio era a rezar el rosario en familia. Pero, bueno, demos tiempo al tiempo. Al final todo se aclara y aquí paz y después gloria.

Francisco Alonso
director del IEA
Hoy, excepcionalmente, traigo un temilla cercano, de cosas almerienses cien por cien. Me entero de que la Diputación pone al frente del Instituto de Estudios Almerienses, a don Francisco Alonso, alcalde de Canjáyar. Dice la nota que conoce muy bien el funcionamiento interno del Instituto y por ello no le será difícil deslizarse por el mundo de la cultura. No sabe cómo me alegro. Aunque no le conozco de nada, me resulta simpático con solo saber que se trata de un profesor de piano con cátedra en el Conservatorio de Baza, el Ejido y Almería. Y paso a explicarle por qué.

Cuando era director del IEA don Rafael Lázaro, yo fui también del Consejo Editorial ejerciendo como miembro de jurado en algunos premios importantes. En el Instituto habían sabios reconocidos para parar un tren. Unos eran geógrafos, otros arqueólogos, otros publicistas. No faltaban ni historiadores ni pintores amén de la turba de poetas que nunca faltan en ningún sitio. Ahora bien, nadie sabía un pajote de música.

Lo digo porque es muy conveniente que cuando se da un premio, el jurado sepa de qué va. Presidía el jurado don Enrique Arance. Y los votantes miraban la partitura presentada como si estuvieran delante de un jeroglífico egipcio. Al final, tras muchos titubeos y de leer una y otra vez las bases del concurso, dimos el premio a un señor desconocido entonces pero ahora famoso y gran acaparador de medallas en composición musical. Parece que no erramos. En lo sucesivo, el Instituto no deberá pasar estos agobios técnico-musicales. Tiene al frente un hombre con gran currículum.