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De Rubalcaba a Zapatero

Rebeca Gómez
Economista

El presidente Obama no está especialmente estremecido por lo que ocurre en Grecia, sino por lo que pueda desencadenar a partir de ahora. Esta semana ha manifestado que le preocupa más la situación de Italia y España, pues constituyen los auténticos obstáculos a la recuperación de la economía mundial. Ya en 2010 Obama conminó a Zapatero a hacer las reformas que tuviera que hacer para reducir el gasto. Y Zapatero bajó el sueldo a los funcionarios y congeló las pensiones. Así las cosas, los españoles fueron los únicos europeos que perdieron poder adquisitivo en 2010, mientras los precios subieron un 3,5%.

El mayor riesgo en España, amén de la situación social y económica que estamos viviendo, reside en lo externo: el peligro creciente de suspensión de pagos. ¿Cuál es nuestra capacidad de devolver lo que nos han prestado? ¿Cómo devolver sin pedir otra vez prestado, intereses desmesurados incluidos, la deuda que el Gobierno socialista está generando? Este es el verdadero motivo de las llamadas de atención desde Europa y de la llamada telefónica de Obama. Hoy somos una de las principales amenazas para la economía mundial. Si España cae, lo harán los bancos franceses y alemanes y quienes han comprado nuestra deuda, lo que repercutirá virulentamente en la economía de la eurozona y en la estadounidense.

Pero al Gobierno de Rubalcaba y Zapatero le ha costado siempre reducir el gasto superfluo, y las únicas vías ideadas para seguir el ritmo desmesurado de dispendio han sido el endeudamiento y la subida de impuestos. Con más del 20% de la población activa en desempleo, los socialistas han subido el IVA, el IRPF, los impuestos especiales, la luz y el gas. Porque aunque subir los impuestos, decían, no era de izquierdas, al final ha resultado serlo.

Ahora Rubalcaba ha dicho a Zapatero que suba el impuesto que grava el patrimonio, que ambos eliminaron en 2008. Quizás, de no eliminarlo entonces, no habría sido necesario recortar sueldos y pensiones. Pero lo hicieron. El impuesto sobre el patrimonio era en sus orígenes un impuesto de escasa cuantía recaudatoria, pues obedecía a otro objetivo: servir de base de datos a través de la aportación informativa del contribuyente a la administración de cuál era su situación patrimonial cada 31 de enero. Por lo cual, por contraste entre un año y el siguiente, se podían determinar cuáles eran las diferencias positivas y negativas y compararlas con las rentas declaradas en el IRPF. Era, pues, un impuesto de los llamados censales. Hoy el uso de las nuevas tecnologías permite el seguimiento de datos por parte de la Administración Tributaria, por lo que esa misión había perdido interés.

Queda así únicamente la faceta recaudatoria, que históricamente fue escasa y cuya gestión, por tratarse de un impuesto tan específico, resultaba cara. Con el impuesto se grava la tenencia de patrimonio, el ahorro, y si no se hace más extensivo, se concentra sobre los patrimonios altos, incitando a invertir fuera y deslocalizando España como un país de inversión. Esgrime Rubalcaba que el objetivo de restablecerlo es "gravar la capacidad contributiva adicional que representa la posesión de un patrimonio a partir de determinada cuantía". Así se parece más a un argumento -de izquierdas- de los que gusta usar en campaña. Resultaría algo así como "que paguen los ricos, que tienen dinero". Pero no es cierto. De ser así, el PSOE habría pensado en la progresividad de los impuestos y no habría subido el IVA. Y es que el impuesto sobre el patrimonio se restablece únicamente para los años 2011 y 2012. Entonces, cambia el argumento. Puesto que ya se grava al ciudadano en la obtención de renta con la que adquiere el bien, sea obtenida por el comprador o sea recibida mediante herencia, y se le grava también anualmente en el IRPF por la mera tenencia, el impuesto que Rubalcaba y Zapatero eliminaron en 2008 y ahora restituyen -solo para dos años-, grava triplemente. Amén de estar también gravados los bienes por los impuestos municipales, esto es, el bien es gravado cuádruplemente.

La que Rubalcaba intenta que demos sería una fácil lectura. Pero el PSOE no defiende el impuesto sobre el patrimonio, sino la mayor recaudación para no dejar de realizar gasto superfluo. De modo que el Gobierno de Zapatero parece estar hoy más liderado por Rubalcaba que cuando aun éste asistía a los Consejos de Ministros de los viernes. Visto de lejos, tiene mérito que el candidato tenga más que decir que el propio presidente del Gobierno. Quizás debería Obama haber llamado a Rubalcaba y no a Zapatero. O quizás lo ha hecho.

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