La inteligencia
artificial y la transformación del periodismo. Narrativas, aplicaciones y herramientas es el
título del nuevo libro coordinado por el docente almeriense Francisco José Murcia Verdú junto a Rubén Ramos Antón. La inteligencia
artificial (IA) es una herramienta útil, omnipresente
desde las “búsquedas predictivas en internet hasta las sugerencias de las redes
sociales pasando por cómo se filtran nuestros correos
electrónicos”. Su alcance llega a todos los ámbitos desde el
positivismo para la educación, la salud o la comunicación. Supone una
transformación profunda de la sociedad de la que en muchas ocasiones ni
siquiera somos conscientes. Hasta puede decidir y que te conviene ver o leer, y
hasta es utilizada para despidos y ascensos. El pasado viernes supimos que los
despidos masivos complican el futuro de los videojuegos por la sombra de la IA.
Dice Juan José Millás, con su retranca y humor, que ChatGPT escribe y habla con
sintaxis, algo que el 98 % de la población no sabemos hacer.
![]() |
Fran Murcia / María José Ufarte |
Medios, investigadores, docentes, científicos o
periodistas sabemos que esa herramienta se llena de contenidos nuestros. La
“maquinita” funciona con el trabajo de otros y sus aplicaciones elementales no
cita fuentes, tal como se puede comprobar a cualquier hora. No se trata solo de
lo que la IA puede hacer, sino de lo que debemos permitirle hacer. El
Ministerio de Función Pública acaba de implantar un código de buenas prácticas
y de una regulación que aproveche las experiencias de otros países y organismos
internacionales.
El periodista Francisco José Murcia Verdú, conocido popularmente por Fran Murcia, (Almería, 1983), es especialista en la obra del expresidente de la República Nicolás Salmerón y Alonso (Alhama la Seca, 1837-Pau, Francia, 1908). “Nuestro alhameño universal se postularía, hoy, en la defensa de la libertad de expresión, el feminismo y la educación para formar a la ciudadanía”.
Murcia, hijo de pescador, dejó el periodismo
local de su Almería por la docencia en la Facultad de
Comunicación de la Universidad de Castilla-La Mancha, donde imparte Redacción y
coordina el Grado de Comunicación Audiovisual. Rememora que todo lo aprendió
desde Pescadería, barrio que marca carácter y donde
nació su vocación investigadora. ¿Cómo sería su
rol en la actualidad? “Hay que pensar que Salmerón era docente, filósofo,
político y además trabajaba en los medios. Este tipo de perfil no es muy común
en la actualidad, pero seguiría destacando por su oratoria y forma de
expresarse en los distintos mítines e imaginando mucho. Se postularía al lado
de los distintos colectivos, del feminismo, la libertad de expresión y las
leyes que aboguen por tener a una ciudadanía más formada en la toma de
decisiones”.
Periodismo local. ¿Cómo fortalecer la calidad del periodismo local que tiene la servidumbre de toxicidad política y es fundamental para la vertebración de nuestra tierra? “Es un tema delicado, pero hay caminos que podemos explorar. Para empezar, es clave contar con códigos éticos sólidos que protejan a los periodistas de las presiones partidistas, que por desgracia son demasiado frecuentes. También hace falta más transparencia en los procesos editoriales y mecanismos reales de rendición de cuentas”.
“La IA puede ser muy útil, sí, pero como una herramienta al servicio del periodista, no como un reemplazo. Y debemos apostar por la diversidad: más voces, más enfoques, más cobertura de temas que suelen quedar fuera del foco mediático. Eso también ayuda a recuperar el vínculo con las audiencias, pero no desde arriba, sino desde la escucha activa, la participación y el diálogo. Si queremos medios realmente independientes, hay que pensar en su viabilidad económica. Apoyar desde lo público a los medios locales, sin injerencias, puede ser una forma de garantizar su sostenibilidad sin sacrificar su autonomía”.
Todos los estudios científicos para
recuperar la confianza en los medios conducen que el porcentaje más elevado es
el que debe ser el de un medio que sea transparente, abierto, altos estándares
periodísticos y ausencia de intoxicaciones. Hay que insistir en que
las redes sociales no son medios de comunicación. El poder de
las redes sociales, las pantallas, han venido para democratizar el panorama
mediático, dice. “Cada vez es más común ver
modelos híbridos en los que la IA se encarga de tareas rutinarias: hacer
borradores, resumir textos o clasificar contenidos. Eso libera tiempo para el
trabajo más analítico y creativo, pero también transforma el perfil del periodista.
Ya no hablamos solo de redactores, sino de profesionales que también entienden
de tecnología: lo que algunos llaman exoperiodistas o periodistas
tecnológicos”. Doctor
en Comunicación Social, es coautor de La inteligencia artificial y la
transformación del periodismo. Narrativas, aplicaciones y herramientas, junto
a su colega Rubén Ramos.
¿Cómo combatir la desinformación?, le
preguntamos en unos tiempos en los que desde Apple se piensa en un dispositivo de hardware que sustituya al
iPhone. La revolución es continua. “Creo que para
hacer frente a la desinformación no basta con actuar desde un solo frente. Es
fundamental que apostemos por una ciudadanía formada en educación mediática,
capaz de identificar fuentes fiables y comprender cómo se construyen los
mensajes. Necesitamos reforzar el periodismo de proximidad, que es el que mejor
conoce los territorios y las realidades concretas de la gente. También es clave
que seamos transparentes en cómo usamos algoritmos e IA en la producción de
noticias. Si queremos generar confianza, el público tiene derecho a saber si lo
que está leyendo ha sido elaborado por una máquina, un humano o ambos. Y, por
supuesto, la verificación no puede quedar solo en manos de periodistas:
tecnólogos y ciudadanía también deben ser parte de este proceso colaborativo.
Es urgente que las políticas públicas garanticen el acceso a una información
plural y veraz, sobre todo en aquellas zonas despobladas o en riesgo de
exclusión informativa, donde más se resiente la presencia de medios”.
Conviene tener formación para saber interpretar. El
pasado martes, Teresa María Ortega López,
catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada, denunció en
el Curso de Verano, celebrado en el Castillo del Marqués de los Vélez de Cuevas
del Almanzora que el millonario Elon Musk se mostró públicamente
avergonzado de que la IA generativa Grok, que viene empaquetada de serie en su
red social X osase tener opiniones diferentes a las suyas. Una preocupación que
debe trasladarse a las aulas y a la juventud para que entiendan que no todo
vale. Es conveniente buscar herramientas que eviten la contaminación. El
razonamiento es más necesario que nunca.
Frente a la crisis de confianza donde no se distingue la verdad de la mentira, Fran Murcia fomenta el buscar fuentes rigurosas, junto a su colega y docente, la doctora alhameña María José Ufarte, reconocida como una de las mejores investigadoras españolas. En un ranking de Google Académico según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas /CSIC). Un logro que "contribuye a reducir la brecha de género y a inspirar a nuevas generaciones de investigadoras".
No hay comentarios:
Publicar un comentario