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Los Gallardos, mucho más que cien años de historia

Antonio Torres
Periodista

El libro sobre la historia del ya centenario municipio, Los Gallardos. Mucho más que cien años de historia, y el trabajo que hay detrás no han caído del cielo. El libro de la historia de Los Gallardos ha sido un ejemplo dinamizador para el Levante almeriense y un nexo de unión. Hay una foto significativa con mascarillas por los últimos coletazos de la Covid-19 sobre la génesis del libro, fechada el primero de mayo de 2021 en la que aparece el alcalde Fran Reyes, Esther González, Manu Flores, el autor de esta información, Isabel María Haro y Alonso Guerrero. Luego sumamos a Rocío Muñoz García (Los Gallardos, 2003), que ha trabajado de forma denodada, como los citados. 

Acto de presentación del libro

El libro reúne la firma de 30 personas cualificadas, entre ellas cuatro catedráticos de la Universidad de Almería (UAL), tras mucho derroche de reuniones y de escaleta como si fuera una redacción para darle forma al trabajo que ha editado el Instituto de Estudios Almerienses (IEA). Tenemos el compromiso de una segunda edición para que nadie se quede sin la historia que es también parte del conjunto de la provincia. Obviamente, hay errores. De lo contrario no sería un libro, frase atribuida a Jorge Luis Borges. Nos llegó tarde la foto de Diego Rodríguez Pérez (Los Gallardos, 1921-2005), hijo de Juan el Meco. Este tenía el carro más grande del pueblo desde antes de 1890 y el encargado de regar los pinos actuales que se sembraron en la carretera N-340. 

La actual Plaza de Abastos fue durante la Guerra Civil Plaza de la República y casi todo el siglo XX la Era de los Mecos donde se hacía la trilla. Hay algunas fechas de nacimiento equivocadas como la mía. Faltó el repaso final del conjunto de la obra, reiteramos imprescindible. No está la referencia que Los Gallardos inauguró el campo del Aguilón de Pulpí, con un 0-3, los tres goles de Juan Llorente. Hay que poner en valor la figura de Salvador Gallardo Jódar (Los Gallardos, 1915-Sant Just Desvern, Barcelona, 1982) inspirador del escudo de Los Gallardos sobre el que he conversado en los últimos días con su hija Montse. La segunda edición resolverá todo. En cualquier caso, reitero que estamos ante un documento, imprescindible, documentado y revelador, escrito con precisión, gracias a los desvelos de Esther González Alarcón, docente en la UAL y concejala de Cultura.

Ese citado grupo de trabajo, génesis del libro, surgió con la convicción de culminar el trabajo, a sabiendas de que nos enfrentábamos a un escenario por definir con elecciones en medio. Emulando a nuestro César García Flores, el hijo de Melchor, el director creativo de la agencia Sra. Rushmore, “un pueblo sin memoria es algo así como una urbanización sin alma”. 

Tenemos los documentos audiovisuales de Juan Grima y de Pedro Padilla que contribuyen también a explicarnos de dónde venimos. El valor de los pueblos no se limita solo a su historia y sus tradiciones. El periodista de Oria,José Luis Masegosa Requena, el que mejor retrata la sociología de nuestros pueblos, escribe desde Granada para La Voz de Almería que ahora que “el individualismo y el aislamiento parecen dominar, recordar y valorar la esencia de los pueblos es un acto de resistencia y de amor hacia nuestro pasado, presente y futuro, pues los pueblos son un tesoro oculto, el alma de la humanidad, de la que hay que aprender de su sabiduría y su forma de vida”. 

En cada casa, las puertas estaban abiertas. Ejemplos están en todo el municipio como las historias que contaban en el lavadero conocido como Los pilares donde pasaba el agua procedente de La Cimbra. La cochera del añorado Agustín Ros, donde cada tarde había un ateneo de entrada y salida de personas, para leer en mi infancia los deportes que traía su suscripción del Abc, tal como recordé el pasado miércoles en esa casa a Luis Ros Ortega (Los Gallardos, 1934), residente en Nueva York desde hace 70 años, que vino acompañado de varios nietos y de sus hijos Luis y Agustín. 

Sabemos en los pueblos calle o esquina donde hubo un grifo de agua, cuando paseamos, tomamos el fresco o acudimos a un bar sabemos quién vivió ahí, qué historias de amor se cocieron, la evolución de familias o el patrimonio urbanístico. Esa generosidad de conocimiento se plasma en Los Gallardos. Mucho más que cien años de historia que constituye una herramienta de estudio útil para hoy y el futuro. Esther González afirma que se rinde homenaje a los ciudadanos que un 15 de septiembre de 1924 se reunieron en una casa-almacén de granero de la calle Mayor, actual Ayuntamiento, para celebrar el primer pleno de Los Gallardos como municipio independiente, tal y como así teatralizamos el verano pasado. “Este libro”, reitera Esther González, “es un mero recordatorio de lo orgullosos que nos sentimos de nuestros mayores y el gran respeto que les tenemos. Decían nuestras madres que como mejor se educa es con el ejemplo. Con estas páginas hemos intentando hacer eso, seguir el ejemplo de nuestros padres y abuelos. La mejor herencia que nos dejaron fue el amor a nuestras raíces y esta publicación es prueba de ello”. 

Alonso Guerrero Cabezas: “Han sido cuatro años de reuniones, ideas, investigaciones, trabajo de campo para intentar abarcar la mayor información posible”, subraya Guerrero que destaca cómo ha cristalizado la obra de teatro del centenario, la teatralización del pleno de constitución del municipio, el renovado Auto Sacramental de los Reyes Magos, etc. “Ha sido una tarea apasionante hecha por gente muy transversal en lo generacional y en lo profesional. Aunque suene a tópico, ha sido un trabajo sellado únicamente por el cariño al pueblo”. Ese ha sido el nexo de unión. Hay una voluntad regeneradora con la incorporación de jóvenes para que el futuro investigador continúe tal como ha ocurrido con el imprescindible Los Gallardos. Mucho más que cien años de historia.

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