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Trofeo 'Quite providencial': por alusiones


Beatriz Guerrero Barranco
Médico

➤ Nuestro editor, Emilio Ruiz, publicó el pasado 26 de agosto su habitual artículo de los domingos en La Voz de Almería y en La Opinión de Almería con el titular "El taurino Colegio de Médicos", que se puede leer aquí. Al mismo respondió el farmacéutico Juan José de Torres López con otro artículo titulado "El Colegio de Médicos, ejemplo de ética", que igualmente se puede leer aquí. Una tercera voz entra en el tema. Es la de la médico Beatriz Guerrero Barranco:

Entrega del trofeo "El quite providencial"

Con la corriente iniciada contra el trofeo taurino entregado por el Colegio de Médicos de Almería, el Quite Providencial, me resultaba extraño que no surgieran detractores de este movimiento. Es por ello que no fue ninguna sorpresa leer el artículo de opinión de Juan José de Torres titulado “El Colegio de Médicos de Almería, ejemplo de ética”.

He de reconocer la intriga desmesurada que me suscitó el título, a la par que breve. Como firmante de dicho escrito considero vital darle una réplica. En su artículo expone haciendo referencia a la reseña de Emilio Ruiz: “su referencia a la ética deja claro que no sabe, ni por aproximación, de qué habla”. Pues si nos remontamos a aclarar conceptos según la RAE podemos definir ética como “Conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida. Parte de la filosofía que trata del bien y del fundamento de sus valores”, siendo solo el primero de los desaciertos que encuentro en su escrito.
Defender la vertiente médica de dicho premio porque el primero fue concedido al equipo de médicos de la plaza cuando los cinco restantes han sido otorgados a toreros, más que ser un argumento a su favor, constituye un claro ejemplo de la cortina de humo que se creó en un inicio
Defender la vertiente médica de dicho premio porque el primero fue concedido al equipo de médicos de la plaza cuando los cinco restantes han sido otorgados a toreros, más que ser un argumento a su favor, constituye un claro ejemplo de la cortina de humo que se creó en un inicio. Una artimaña para confundir a todos los colegiados y evitar el movimiento que al final ha surgido. Aunque ni siquiera nos sirve como falacia puesto que tirando de hemeroteca “El diestro Jesus de Almería ha sido premiado por el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Almería con el galardón al mejor «Quite Providencial» de la pasada Feria de Almería, por el quite realizado en la tarde del día 29 de agosto 2014”. Además, citaba Francisco José Martínez Amo: “Este Trofeo Taurino está constituido desde el año 2014. El propósito de este reconocimiento es premiar la mejor acción, que tenga lugar dentro del coso taurino”.

Más allá de todo lo anterior, me ha resultado francamente molesto su artículo por la acusación realizada de “me gustaría comprobar si hay alguno de los firmantes que renuncia a la productividad en función de la ética hipocrática de procurar el beneficio del otro o es más importante o prioritaria la defensa animal que la de sus pacientes”. Es indignante usar una movilización en particular para acusarnos de falta de compromiso con nuestros pacientes. Para su información existe la remota posibilidad de tener más de una inquietud moral.

Me resulta frustrante como continuamente cuando un sujeto toma una actitud proactiva en la defensa de un sector siempre hay alguien para subrayar lo que no hace: si alguien se manifiesta contra el cambio climático le recriminarán que no se preocupa por los animales en peligro de extinción, si tratamos de salvar los osos polares nos reprocharan que hay niños que se mueren de hambre, si nos movilizamos por los niños de África seremos insensibles porque en nuestro país hay gente que también tiene necesidades… y así hasta conseguir que nos quedemos callados en el sofá de casa sin levantar ampollas y ahogando nuestra conciencia social.

Parece que en lugar de usar ese empuje para sumarnos o buscar nuestra propia iniciativa con objetivo de mejorar ya no la sociedad, sino el planeta, es mucho más fácil criticar al vecino para tener una justificación con nosotros mismos para sentirnos menos mediocres. Soy médico, antitaurina y evidentemente me parece fatal la subasta de medicamentos entre otros miles de problemas a nivel mundial.

En resumen, si para usted dicha subasta constituye su principal preocupación (de la que imagino quizás incluso tenga una visión más global que yo) le animo a movilizarse y luchar contra ello. De hecho contará con mi apoyo y seguro con el de muchísimos compañeros, pero solo le pido que no lo haga a costa de desprestigiar otras causas. Sumemos para ser el cambio.

El Colegio de Médicos de Almería, ejemplo de ética


Juan José de Torres López
Farmacéutico

El 26 de agosto aparece en La Voz de Almería un artículo de opinión firmado por Emilio Ruiz titulado El taurino Colegio de Médicos (puede leerse pinchando aquí), sobre el Trofeo creado en el año 2014 por la Junta directiva del Colegio de Médicos de Almería, a fin de premiar el mejor quite efectuado durante la lidia en las plazas de toros de Almería y provincia.

Acto de entrega del trofeo del Colegio de Médicos

Emilio Ruiz opina que los motivos para la concesión del Trofeo no pueden ser de tipo ético o deontológico: "No consigo determinar en cuál de los fines fundamentales del Colegio de Médicos de Almería tiene encaje este galardón (…). En el de la salvaguardia y observancia de los principios deontológicos y éticosociales de la profesión médica y de su dignidad y prestigio, tampoco lo creo".

Al final, acaba alineándose con un colectivo de médicos que está en contra de que el Colegio financie con sus fondos corporativos el citado Trofeo: "Un grupo de médicos de Almería se ha dirigido al presidente del colegio para quejarse de estas parafernalias festivas que nada tienen que ver con la profesión. Lo ha hecho con un escrito tremendamente duro. “Con la celebración de este acto y entrega de dicho premio se promueve el pretérito salvajismo alejando a la institución del progreso moral propio del siglo que vivimos”, dice en uno de sus párrafos. “Consideramos indigno e inadecuado que se use parte de nuestra cuota como colegiado para sufragar un premio de un espectáculo que consideramos constituye un acto de maltrato institucionalizado”, dicen en otro". En medio, y como gracieta, ironiza sobre que el Trofeo se denomine Quite Providencial
Ignora Emilio Ruiz que cualquier Código ético o Deontológico actual –modernamente enlazados con la Bioética‐ deriva de Hipócrates y Galeno, se llama Juramento Hipocrático al que en público pueden pronunciar los que se gradúan en medicina ante los otros médicos y ante la comunidad
Es evidente que se puede opinar de todo, faltaría más, pero lo que no se debe es opinar sin saber como demuestra Emilio Ruiz en este artículo. Está claro que el escrito del citado colectivo de colegiados de marcado carácter antitaurino le ha valido para sumarse al carro y alinearse contra los toros, pero su referencia a la ética deja claro que no sabe, ni por aproximación, de qué habla. Ignora Emilio Ruiz que cualquier Código ético o Deontológico actual –modernamente enlazados con la Bioética deriva de Hipócrates y Galeno, se llama Juramento Hipocrático al que en público pueden pronunciar los que se gradúan en medicina ante los otros médicos y ante la comunidad. Su contenido es de carácter ético, para orientar la práctica de su oficio.

Con Hipócrates se supera la era pretécnica de la medicina y la creencia de que la medicina sea una combinación de empirismo y magia, con un trasfondo sobrenatural y con unos médicos que eran sacerdotes, Hipócrates niega que las enfermedades obedezcan a causas sobrenaturales. A partir de esta visión, una nueva actitud es imprimida por Hipócrates: la «era de la técnica de la medicina». Debemos recordar que los conocimientos médicos se heredaban, se transmitían de generación a generación. La profesión tenía carácter de secta; es evidente que dentro de este clima los ciudadanos dudasen y desconfiaran de los médicos, pues no existían disposiciones que obligaran al practicante a ser responsable de sus actos.

Hipócrates indujo a la secta a dictar sus propias normas de conductas, las cuales quedaron consignadas en un documento que pasó a la posteridad con el nombre de juramento hipocrático. Se puede decir que de la ética médica hipocrática se desprende la ética moral profesional, aplicable a cualquier actividad, que obliga a quien la desempeñe a ejercerla a la perfección, con el fin de procurar el beneficio del otro. Esa es la clave.
El Colegio de Médicos no crea el Trofeo por su taurinismo sino porque dentro de las disciplinas médicas existe la Cirugía y, por supuesto, la Cirugía Taurina que ha contribuido y muy mucho a mejorar los niveles científicos de la Cirugía en general 
El Colegio de Médicos no crea el Trofeo por su taurinismo sino porque dentro de las disciplinas médicas existe la Cirugía y, por supuesto, la Cirugía Taurina que ha contribuido y muy mucho a mejorar los niveles científicos de la Cirugía en general con sus aportaciones técnicas en contra de lo que ironiza Emilio Ruiz (Pudiera ser que los dirigentes del Colegio pensaran en el fin que establece “la promoción por todos los medios a su alcance, de la constante mejora de los niveles científicos…").

La prueba de ello es que el primer Trofeo que se concede es al Equipo de Médicos de la Plaza, tan colegiados como los demás y transmisores en el ejercicio de su actividad de los principios de Hipócrates de procurar el beneficio del otro, en este caso el torero, y trasladar sus conocimientos a los demás compañeros de profesión.
Me gustaría comprobar si en el colectivo de médicos firmantes hay alguno que en virtud de la ética hipocrática de procurar el beneficio del otro se haya manifestado en contra de las llamadas Subastas de medicamentos de Andalucía
Sin entrar en consideraciones taurinas, me gustaría por último comprobar si en el colectivo de médicos firmantes hay alguno que en virtud de la ética hipocrática de procurar el beneficio del otro se haya manifestado en contra de las llamadas Subastas de medicamentos de Andalucía.

Consisten las Subastas en que a los andaluces se les tiene que dispensar, si el médico prescriptor cumple las normas establecidas por la Junta, unos medicamentos de laboratorios que están prohibidos en muchos países occidentales por su ínfima calidad. Se sabe, sin discusión alguna, que muchos de ellos, si no la mayoría, no producen los efectos terapéuticos deseados. A pesar de ello son muchos los médicos que, por un puñado de euros léase productividad recetan medicamentos de las Subastas.

Repito, me gustaría comprobar si hay alguno de los firmantes que renuncia a la productividad en función de la ética hipocrática de procurar el beneficio del otro o es más importante o prioritaria la defensa animal que la de sus pacientes. Si es así, los espero en esa lucha contra las Subastas que llevamos un grupo de profesionales desde hace años. Si ya lo hacen, si ya renuncian a ese puñado de euros pero quieren participar de la lucha activa, no solo firmando contra el Trofeo de la polémica, ruego se pongan en contacto conmigo.

¿Qué cuesta la quimioterapia?

María Jesús García

Usuaria del Hospital Torrecárdenas

Nota de la Redacción: La autora de este artículo ha quedado plenamente identificada ante La Opinión de Almería.

Aprovecho la amabilidad que me brinda su periódico para expresar mi indignación ante la medida anunciada por el Gobierno de España de obligar a los pacientes crónicos a pagar parte de la medicación que se les suministra en los hospitales públicos. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, justifica esta decisión en la necesidad de reducir el déficit público, olvidando que la enfermedad es un asunto perentorio, que no admite espera. Durante un tiempo se puede reducir el gasto corriente o las prebendas a determinados estamentos, pero la persona que, por ejemplo, no pueda pagar su tratamiento de quimioterapia, dentro de unos meses, lo más probable, es que no esté aquí.

Quimioterapia / Foto: Wikipedia
Desconozco el coste de una sesión de quimioterapia, como el de una radiografía o de un simple análisis de sangre, pero admito que la medida del Gobierno de Rajoy me ha hecho reflexionar sobre la suerte que hemos tenido hasta ahora de no tener que reparar en estos asuntos. Uno se ponía enfermo y no pensaba en el dinero, sino en el dolor, el malestar, la depresión de ver disminuida tu autonomía personal y, sobre todo, en el miedo a la muerte, la inmensa tristeza de tener que organizar tu vida ante la posibilidad de que en un corto o medio espacio de tiempo ya nada importe.

Ante este panorama me duele también la postura del Colegio de Médicos de Almería, abogando por la construcción de una nueva infraestructura sanitaria, el hospital materno-infantil, a sabiendas de que ello repercutirá gravemente en el presupuesto sanitario de Andalucía. A la vista de los planteamientos del Gobierno de Rajoy, no me extraña que dicha petición se haya visto oportunamente respaldada por los responsables locales del Partido Popular en la provincia. El órgano colegial debería haber reflexionado antes de realizar dichas declaraciones en este momento tan sensible para muchos enfermos; si no por ellos, al menos por sus colegiados y el personal sanitario en general, que trabajan días completos para pagar lo que llaman “jornadas marianas”, es decir, el aumento de su horario laboral de 35 a 37,5 horas a la semana.

Es posible que en Almería la sanidad pública tenga algunas carencias –personalmente las desconozco- y lo mismo que un padre vela por sus hijos, los usuarios debemos estar atentos para que no se nos tuerza, que cada día esté más fuerte y que crezca en solidaridad, aunque para conseguirlo tengamos que poner el dedo sobre aquello que no funciona correctamente. En mi caso he de decir que me citaron para una resonancia magnética un sábado por la mañana; que en varias ocasiones he sido atendida por mi cirujano, Miguel Lorenzo, en domingo, incluso en sus días de libranza, y que tanto el personal de quirófano como el del Cirugía Ambulatoria, en todas las ocasiones que he acudido, se ha portado con exquisita profesionalidad, desde los auxiliares hasta los anestesistas. Creo que se han unido dos factores importantes en el Hospital Torrecárdenas, la excelencia de sus profesionales y la buena gestión de los recursos públicos -humanos y materiales-, que está llevando a cabo su gerente, Francisca Antón, a quien felicito, pues dudo mucho que tanta eficacia pueda darse en otros centros públicos.

Por suerte en Andalucía contamos con un Gobierno de izquierdas cuya presidenta ya ha anunciado que ningún enfermo pagará su medicación hospitalaria, lo que supondrá un nuevo giro al grifo de la financiación, pues ese dinero que dejará de llegar del Gobierno central habrá que detraerlo de algún sitio. Por favor, no sigan menguando el presupuesto de sanidad, no aprieten más las tuercas a la Junta de Andalucía, no hagan política con estos asuntos, no asusten a los enfermos.

Pacto por un hospital

Juan Megino
Exalcalde de Almería

Por esta vez, y sin que sirva de precedente, voy a estar en desacuerdo con la propuesta planteada a los partidos políticos por mi compañero y, sin embargo, amigo el Dr. Martínez Amo, Presidente del Colegio de Médicos de Almería y Presidente de Consejo Andaluz de Colegios Médicos, de un Pacto por el Hospital Materno Infantil de Almería.

Estando de acuerdo en el fondo, estimo, modestamente, que la petición, más bien, la exigencia, a las autoridades sanitarias competentes de la Junta ha de ser muchísimo más contundente que un más que, por otra parte, difícil Pacto político.

Veamos. Después de una serie de años de debate profesional y social en Almería, se llegó a la conclusión de la necesidad absoluta de completar la red hospitalaria pública con un nuevo hospital. No fue fácil hacerle ver a la Junta que todos los ratios manejados eran, una vez más, un agravio para Almería, desde un punto de vista asistencial y desde cualquier otra referencia, con respecto a otras ciudades andaluzas, siendo como somos, creo, ciudadanos con la misma condición y derechos que el resto, y no de menor categoría ni de menores necesidades.

Pues bien, hace aproximadamente tres años, la Junta decidió políticamente la construcción de dicho hospital, y tras la presentación del correspondiente proyecto ante el Ayuntamiento, luego ampliamente corregido en muchos aspectos básicos y fundamentales, obtuvo la correspondiente Licencia municipal.

Doy por sentado el amplio conocimiento que de estas circunstancias tiene el Presidente del Colegio. De lo que no estoy tan seguro es de qué estén tan al corriente los ciudadanos, al final enfermos potenciales todos.

Con el proyecto aprobado, la Junta licitó la obra y la adjudicó a una empresa ampliamente solvente, que, seguro, hubiera ejecutado la obra en tiempo y forma, y es aquí donde está la “madre del cordero”.

Para poder adjudicar una obra es imperativo legal disponer de la partida económica correspondiente en los presupuestos. Por tanto, si se adjudicó, debemos entender que existía el dinero. Si después, al poco de comenzar las obras, la Junta dejó de pagar y, lógicamente, la empresa abandonó el proyecto, quedan en el aire dos interrogantes trascendentales: ¿Había dinero para adjudicar la obra? Y si lo había ¿dónde fue a parar, a donde se derivó, a qué otra atención, para dejar de pagar a la empresa?

Estamos, pues, ante dos presuntas ilegalidades que, en su caso, debieran aclarar los tribunales de Justicia y nunca hacerlo a través de un Pacto político que, por otra parte, sería difícil de alcanzar, para poder dar la respuesta que los ciudadanos precisamos.