Francisco Miguel Guerrero Montero (Los Gallardos, 1967), casado y padre de tres hijos, es autor de Los Gallardos. Historia de un Pueblo del Levante Almeriense 1750-1994, primer libro sobre la historia local, donde desgrana la evolución de un municipio joven, nacido en 1924, tras la independencia de Bédar, pero cuyo poblamiento se remonta a miles de años. Con una de las villas romanas más importante de la provincia como Cadimar situado junto a la línea del AVE a su paso por la localidad que tiene castillos medievales en Alfaix. Tierra de agricultores y mineros, de molinos y el patrimonio de la Fábrica de Harinas San Diego. Un patrimonio del que se siente particularmente orgulloso, y reivindicativo. Honor, orgullo y responsabilidad se le agolpan a este profesor de historia, al tener el privilegio de poder anunciar a los vecinos el inicio de sus fiestas patronales. Desciende por parte paterna de una familia de emigrantes, procedente de Serena de Bédar. Su tío, Juan Guerrero, vecino de este periodista en sus tiempos de jubilación en la casa que fue del exalcalde Pedro Morales, fiel oyente de RNE, hacía pueblo al amanecer y atardecer, en los días de verano tomando el fresco con su butaca y el aparato de radio. Me gustaba conversar sobre su experiencia militar. En una ocasión me confesó que su padre participó en la construcción, junto a otros trabajadores de Lubrín, Sorbas y Bédar, en calidad de remachadores de “un millón de púas” en torno a 1935 en el puente Golden Gate, símbolo de San Francisco.
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Francisco Miguel Guerrero Montero / Foto cedida |
La abuela
paterna del pregonero es Francisca Castro, conocida popularmente por la tía
Gumersinda que vivió en la calle gallardera de Canalejas, nombre poco común y
así se llamaba la nuera del pintor Goya. Dato desconocido en la historia de Los
Gallardos es que la tía Gumersinda fue una adelantada de su tiempo en la
provincia, “una emprendedora que construyó hace casi un siglo los edificios que
se mantienen en pie como el antiguo Bar Crespo, en la actualidad y un centro
moderno de estética regentado por británicos y la antigua vivienda de los
hermanos José Antonio y Diego Jesús Ramírez, entre otras obras”, datos
aportados por Juanita Torres Flores. El pregonero, Guerrero Montero, es hijo de
los vecinos del pueblo Miguel Guerrero que llamaba a este periodista “rubiales”
y, junto a mi primo Emilio Giménez Flores del Molino de Antas, fueron, caso
insólito en la zona, seguidores del Valencia CF y lo que me regalaron algún
poster de los internacionales Guillot, Sol y el irreductible centrocampista
Claramunt, pero Guerrero siempre tenía en sus conversaciones a Faas Wilkes, un
delantero centro que vino del Inter de Milán y tuvo la mala suerte de tener que
operarse de bocio. Anécdota que en algún momento le he contado a Miguel Ángel
Corona, el inteligente director deportivo del club de la capital del Turia.
Miguel Guerrero redactó la carta a Santiago Bernabéu que aceptó regalar la
vestimenta verdiblanca para Los Gallardos CF, y trabajador de la antigua Cámara
Oficial Sindical Agraria (COSA) que sustituyeron a las antiguas Hermandes
Locales de Labradores y Ganadores, según mi hermano Ginés, amigo de la familia
y futbolista que representó al pueblo con esa camiseta. Guerrero se casó con
Dolores Montero López, natural de Tabernas, pero toda su vida en Los Gallardos,
conocida popularmente por Dolores de la Farmacia de Angelines de la calle Mayor
de Los Gallardos. “Primero mi padre y después mi madre trabajaron en la botica
del pueblo. Dolores, mujer que hoy se diría adelantada a su tiempo, tras quedar
viuda, se hizo cargo de llevar la farmacia durante treinta años, partiendo de
una instrucción mínima, compensada por una enorme capacidad de esfuerzo,
sufrimiento y sentido de la responsabilidad”.
El
pregonero pasó así toda su infancia y juventud ligado a Los Gallardos,
licenciado en Historia por la Universidad de Granada, fue elegido concejal de
la corporación municipal. Dedicado a la enseñanza, trabaja como profesor y jefe
de Estudios en el IES Fuente Nueva de El Ejido. Tiene diversas publicaciones
sobre temas históricos y patrimoniales, siendo uno de los autores de la próxima
publicación de un libro sobre la historia de Los Gallardos, editado por el
Instituto de Estudios Almerienses, en la que participamos otros muchos y que se
presentará a mediados de agosto, tras cuatro años de investigación.
Los cien
años de la Historia del pueblo han dado para mucho. Según este historiador los
peores momentos vividos por los vecinos de Los Gallardos han tenido que ver con
la lucha por la pura supervivencia, cuando se practicaba una agricultura de
subsistencia asediada por sequías, tormentas y plagas, y con la falta de
trabajo que una efímera explotación minería no puedo remediar. “Como en otros
muchos pueblos de toda España, la guerra civil también golpeó a los
gallarderos, y aunque la convivencia no fue tan gravemente alterada como en
otros lugares, vecinos del pueblo sufrieron la acción de comités
revolucionarios, sobre todo de pueblos vecinos. En sentido opuesto, la gran
mayoría tuvieron un comportamiento ejemplar y hasta heroico, en determinadas
circunstancias, como cuando salvaron la vida del sacerdote del pueblo o cuando
rescataron los restos mortales de vecinos de otras localidades para darle digna
sepultura en el cementerio de Los Gallardos”. También hubo una decena de
republicanos, especialmente jornaleros que pasaron por las cárceles de Cuevas
del Almanzora y Almería. También simpatizantes comunistas, afiliados de UGT y
de la CNT de Alfaix que fueron trasladados contra su voluntad a campos de
concentración, dentro de una dura represión del régimen.
Guerrero
destaca momentos de regocijo en la historia de su pueblo: “Las celebraciones
que se produjeron en Los Gallardos con motivo de la Independencia del pueblo,
donde todos los vecinos se volcaron y participaron en todos los actos
convocados. Tal como ocurrió el año pasado, con la conmemoración del centenario
del municipio. O cuando se produjeron las primeras elecciones democráticas,
durante la transición, donde se mezclaban ilusiones y esperanzas, con todo el
pueblo expectante ante la nueva etapa que se abría”. “Desde hace una centuria,
los valores de esfuerzo, sacrificio y superación han acompañado a los vecinos
de Los Gallardos, enfrentando el paro, la emigración, la falta de agua o la
carencia de recursos, con perseverancia y confianza en el futuro. Las fiestas
patronales en honor a la Virgen del Carmen vienen a ser, además de una
manifestación religiosa y lúdica, la celebración de estos sentimientos y
valores”.
“Un pregonero puede preguntarse que algo bueno habrá hecho para merecer tal distinción. Amar a su pueblo, respetar a los vecinos, aportar en el desarrollo del mismo, destacar en alguna actividad u ocupación… Pero quizás el mayor galardón sea haber sido un vecino del pueblo, un buen vecino, y un buen gallardero”. Como ha sido y es el profesor Guerrero.