La crisis de
audiencia de Telecinco parece no tener solución. A estas alturas del mes de
julio se vislumbra ya como imposible que supere la barrera del unidígito. La 1
le ha comido definitivamente la tostada. Mientras la cadena pública ha entrado
en un periodo de innovación, la cadena que tanto éxito consiguió bajo la batuta
de Paolo Vasile se encuentra adormecida repitiendo programas insulsos y colaboradores insoportables. La
llegada de Alberto Carullo a la dirección de Contenidos no se ha traducido en
un retorno de la audiencia perdida. Insiste en más de lo mismo.
Son muchos los expertos que establecen el momento del declive de Telecinco en la ruptura con el mundo Sálvame. Se hizo de una forma traumática, dando palos de ciego y sin tener claro cuál sería el proyecto que le iba a sustituir. Un todoterreno de la casa como Joaquín Prat ha concedido una amplia entrevista a El Televisero en la que se expresa con claridad: “Yo no hubiese quitado nunca un modelo de programa (Sálvame) que era barato, funcionaba y te llenaba cuatro o cinco horas de la tele”, ha manifestado con una sinceridad que le honra.
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