Las portadas de los tres periódicos de Almería
¡Limpieza ya!
La suciedad en todos los barrios de Almería ha dejado de ser una molestia para convertirse en una herida abierta que afecta a nuestra vida cotidiana. La calle, el termómetro infalible de la gestión municipal, habla claro: aceras sucias, contenedores desbordados, parques descuidados, plagas de insectos y roedores, plásticos acumulados en los caminos y malos olores. Esta palpable realidad es la queja que escuchamos cada día en los barrios, cuando llevamos a los niños al colegio o bajamos a tirar la basura.
La situación no es casual y apunta a la negligencia administrativa del equipo de gobierno del Ayuntamiento. El contrato de limpieza, valorado en 193 millones de euros para siete años, caducó en febrero de 2023 y languidece en una prórroga interminable. La alcaldesa, debido a una flagrante falta de planificación y previsión, no tuvo listos los pliegos a tiempo, y ahora la ciudad paga la factura con una suciedad constante. Pero los almerienses no pueden esperar a que se resuelva un laberinto burocrático del nuevo contrato, que no sabemos cuánto se alargará.
Por ello, exigimos un plan de choque de limpieza por barrios, inmediato, que refuerce el mantenimiento hasta que entre en vigor el nuevo contrato. La ciudad necesita una medida urgente, que devuelva a nuestros barrios la dignidad. Y la solución no solo pasa por las barredoras, sino que hace falta un plan de choque complementado con el refuerzo de la Policía Local y campañas para combatir el incivismo porque todos conocemos los “puntos negros” donde la suciedad se acumula por conductas inaceptables.
En definitiva: más medios para limpiar y más educación y vigilancia para evitar que se ensucie. Lo que sí es un clamor es que la alcaldesa no puede seguir mirando para otro lado pues los vecinos y vecinas de Almería no merecen vivir entre tanta la suciedad. Queremos una Almería limpia, agradable y cuidada porque la dignidad de los barrios no admite más dilaciones.
Aumentan los fraudes a personas con discapacidad
Hoy, 3 de diciembre, se celebra el Día
Internacional de las Personas con Discapacidad, y la Asociación Española de
Consumidores quiere que este día cuente con la reivindicación de que una
sociedad inclusiva es la que el entorno no interfiere y no obliga a quien tiene
otras necesidades a cambiar ni excluirlo.
Desde un punto de vista del Consumo, las
personas con discapacidad están protegidas por los principios generales
establecidos en la convención internacional sobre los derechos de las personas
con discapacidad. Un reconocimiento de derechos que hace que en muchas
ocasiones se tenga que reivindicar sus derechos plenos como consumidores y
usuarios para las personas con discapacidad ante determinadas vulneraciones.
Cabe recordar los casos en los que no se
ha permitido el acceso a un establecimiento con los perros de asistencia o la
falta de accesibilidad de determinados establecimientos.
En el ámbito del Consumo son aplicables
los principios generales establecidos en la convención internacional sobre los
derechos de las personas con discapacidad:
• El
de no discriminación.
• Derecho
de participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad.
• Respeto
por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte
de la diversidad y la condición humanas.
• Derecho
a la igualdad de oportunidades.
• Accesibilidad
Uno de los principales obstáculos a los
que los consumidores con discapacidad deben hacer frente en su día a día, es la
falta de accesibilidad a servicios, entornos y productos que impide, limita o
imposibilita el acceso a los mismos en iguales condiciones que el resto de
consumidores. Por tanto, cabe realizar actuaciones de mejora de esa
accesibilidad por parte de todos y en esa línea está trabajando la Asociación
Española de Consumidores junto con diferentes entidades del ámbito de la
discapacidad.
De hecho, una de las líneas que vamos a
desarrollar en los próximos meses será el de solicitar la accesibilidad plena
de las ciudades en el siglo XXI lo que conlleva también la accesibilidad de los
edificios con el fin de que los ciudadanos no puedan salir de sus propias casas
por la falta de ascensores.
Además, desde la Asociación Española de
Consumidores denunciamos el aumento de fraudes y engaños a los que se ven
sometidas las personas con algún tipo de discapacidad (problemas de salud
mental, mayores en situación de dependencia, etc.) que son víctimas de estafas
relacionadas con falsas inversiones en criptomonedas, compras irregulares, etc.
En todos estos casos es nula la atención
que se hace por parte de las Administraciones Públicas para proteger a estos
consumidores vulnerables. Es más, uno de los principales problemas es la falta
de una atención especializada por parte de los organismos públicos de
protección al consumidor que carecen de la empatía y sensibilidad necesarias
para atender y conocer este tipo de circunstancias.
Finalmente, cualquier ciudadano que tenga problemas relacionados con este ámbito puede ponerse en contacto con la Asociación Española de Consumidores en el correo electrónico consultas@consumoenpositivo.es.
"Identidades": una exposición sobre identidad desde la mirada de 10 fotógrafos
El nuevo Espacio expositivo del Consultorio de Salud Cabo de Gata, perteneciente al Distrito Sanitario de Almería del Servicio Andaluz de Salud, acoge desde este lunes 1 de diciembre la exposición “Identidades” del Grupo fotográfico “Diez miradas”, que aborda la identidad individual y social desde un punto de vista subjetivo, destacando que cada persona es única y está influenciada por su entorno y grupos sociales de los que forman parte.
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| Cartel de la exposición |
El proyecto expositivo está focalizado en 10 series fotográficas, cada una de ellas llevada a cabo por un fotógrafo. Estos trabajos fotográficos, son: “Gold Men”, de Xavier Ferrer Chust; “Filosofía en la calle”, de Joan Forteza; “Pequeñas alegrías”, de Juan Carlos Gargiulo; “Retratos”, de Rui Morâo (ya fallecido); “Daymare”, de Manel Quiros; “Buscando la identidad”, de Ramón Siscart; “Identidades alternativas”, de Pablo Tarrero; “Cartografía soñada”, de Paz Vicente; y “Protagonistas del Viejo Oeste” y “Arcanos”, de los almerienses Rubén García Felices y Cristóbal Carretero Cassinello, respectivamente.
Durante los cinco últimos años, la provincia de Almería ha sido, y sigue siendo, escenario de esta exposición itinerante que ya ha sido exhibida en el Museo de Arte de Almería – Espacio 2 (09 de jul. – 20 de sept. de 2020) y en el Centro Cultural de Garrucha (05-27 de feb. de 2024), y que ahora se puede ver en el nuevo Espacio expositivo del Consultorio de Salud Cabo de Gata (hasta el 31 de en. de 2026). Dos son sus principales objetivos. En primer lugar, ilustrar lo que los fotógrafos quieren reflejar sobre el concepto de identidad respecto a cuestiones concretas del mundo que les rodea. Y, en segundo lugar, ayudar al espectador a descubrir las distintas miradas de estos dilatados fotógrafos de “Diez miradas” que dialogan entre sí en un tema en común: la identidad; en unos intentos de fijar tradiciones que aún perduran o en una búsqueda de identidades perdidas o que día tras día se rehacen.
Una muestra de fotografía que también ha visitado espacios de la altura del Palacio Quintanar de Segovia (abr. - jul. de 2020) y el Centro Português de Fotografia (C.P.F.) de Oporto (dic. de 2020 - abr. de 2021), entre otros.
En esta ocasión, la exposición de “Identidades” se ha dividido en dos partes, dos exhibiciones distintas (una en diciembre y la otra en enero), para poder mostrar la obra de todos los fotógrafos expositores de una manera más profunda. La primera parte se ha inaugurado hoy martes 2 de diciembre y, el próximo mes, del 2 al 30 de enero de 2026, se exhibirá la segunda parte de esta primera serie de obras y artistas expositores. Dos exposiciones colectivas bastante singulares por las distintas miradas de los fotógrafos que exponen. En esta primera muestra exponen sus obras Xavier Ferrer Chust, Rubén García Felices, Joan Forteza, Juan Carlos Gargiulo y Cristóbal Carretero Cassinello; y en la segunda exposición lo harán Rui Morâo, Manel Quiros, Ramón Siscart, Pablo Tarrero y Paz Vicente.
La inauguración se ha celebrado con la presencia de un gran número de usuarios de dicho consultorio de salud y de profesionales sanitarios y de gestión y servicios, entre los que se encontraban el propio Rubén García Felices, gestor del espacio expositivo y también participante en la muestra con dos fotografías, además de la fotógrafa valenciana afincada en Cabo de Gata, Cristina Almansa.
El consultorio de salud de Cabo de Gata está en la calle San Francisco sin número, en el barrio almeriense de Cabo de Gata, un lugar emblemático que ha inspirado a artistas de todas las disciplinas y de todo el planeta.
Las diez series fotográficas
"Gold Men" es el título del proyecto de Xavier Ferrer Chust, que explica así su trabajo: "La extracción artesanal de oro en la zona del País Bassari de Senegal, es realizada por mineros sin ninguna medida de seguridad, que picando manualmente realizan perforaciones de menos de 1 metro de diámetro y más de 50 metros de profundidad, para subir la tierra rica en partículas de oro, y procesarla posteriormente para su venta".
El reto de buscar la identidad del sujeto retratado es algo que siempre ha fascinado a Ramón Siscart. Sentarse, colocar las luces, y charlar con la persona que tiene enfrente de la cámara y descubrir quién y cómo es. Es un acto de intimidad que supone un reto en cada caso por el respeto y la grandeza del ser humano.
En las imágenes que se exponen de "Protagonistas del Viejo Oeste”, Rubén García Felices muestra a los especialistas que se ganan la vida realizando diferentes shows de cowboys en los famosos decorados de cine de estilo western ubicados en Tabernas: Western Leone y Fort Bravo-Texas Hollywood. A pesar de encontrarse en este ambiente del Viejo Oeste americano y de que todos los protagonistas visten con sus ropas de vaquero, al fotógrafo lo que realmente le interesa es reflejar a través de su cámara la esencia propia de estas personas y no la de sus personajes. Entre los retratos aparecen los de José Novo (Frank), Ricardo Cruz (el Pala), Robert Bardinet (Pecos el Francés), Vidal Venteo (el Mexicano), Víctor Rodríguez...
"Pequeñas alegrías" es un trabajo documental de Juan Carlos Gargiulo sobre las capacidades artísticas de las personas con diversidad física e intelectual, realizadas en la "cocina" de la Escuela de Teatro Paladio de Segovia, entre 2015 y 2018. En esta serie el autor se centra en la expresión del rostro como reflejo genuino de su humanidad.
Rui Morão, en su serie fotográfica "Retratos", utiliza el formato usual del retrato, pero sin revelar al retratado. Opción elegida por el autor para reflejar cómo se masifica el sujeto en nuestros días.
"Arcanos" es la serie fotográfica presentada por Cristóbal Carretero Cassinello, en la que nos acerca a esas identidades ocultas que habitan más allá de nuestra percepción visual y racional de las cosas. Que nos lleva a un plano onírico y misterioso, a un universo paralelo de abstracción que emerge de la invisibilidad. Un código secreto nos revela, un nuevo sentido de percepción de realidad y una nueva identidad del hombre en su relación vital con el mundo que lo rodea.
El propósito del trabajo de Joan Forteza se basa en reflejar lo que nos identifica socialmente, pero al autor también le interesa manifestar esta soledad y abandono que igualmente nos determina. Algo que, según sus palabras, "no es fácil de entender en un mundo tan conectado. Paradojas de la vida".
"Daymare" es un ensayo fotográfico de Manel Quiros que explora el miedo que siente su madre al tener apnea, la historia de una pesadilla mientras se está despierto. Ve lo que su madre ve, escucha lo que ella escucha y se agarra a su miedo. Decide captar sus temores analizando con su cámara el lado oscuro de su experiencia de una manera psicoanalítica para liberar emociones y hacer visible lo invisible. En esa conciencia explora la magia eterna de la narración visual, los vínculos entre el sueño, la realidad, la enfermedad, la muerte y la sensación de estar inmerso en una pesadilla mientras estás despierto: "Daymare".
Pablo Tarrero alerta, a través de su serie de retratos “Identidades alternativas”, ante nuestra propia vulnerabilidad para advertir de los peligros que encierra aquello que damos por sentado. El objetivo del fotógrafo es hacer al espectador dudar de si es cierto todo lo que nos enseña.
Vendas, mordazas y recortes como etiquetas impuestas, y el deseo de quitarlas. Las manos o los ojos cerrados para no verlas en un conato de construcción de una nueva identidad, de un nuevo mapa. Retrato y lenguaje como señas identitarias de esa "Cartografía soñada", de Paz Vicente.
Cumplir años
Cuando llegas a la edad “senior”, como yo
-un eufemismo de viejo o anciano-, siempre hay alguien compasivo que te dice,
después de escrutarte el rostro, que por ti no pasa el tiempo, que la edad se
lleva en el alma o que la vejez es como el trigo que entra en el molino y sale
convertido en harina. Eso te dicen.
Acabo de cumplir años y la Administración
me ha regalado siglos para no tener que renovar el DNI. Me ha asignado una
fecha de caducidad imposible: el 1 de enero del 9999. Un chiste burocrático
que, lejos de sorprenderme, me hace sentir una ráfaga de furia. Es como si no
hubiera hecho nada en la vida: una concesión, un margen de generosidad para
saldar cuentas y cerrar el ciclo con la serenidad que dan los años
A mí me basta con llegar a los 100. No
aspiro a edades de leyenda. La inmortalidad que me concede el nuevo DNI es la
de los patriarcas bíblicos, pero yo lo que quiero es la longevidad activa de un
Clint Eastwood o la vida sin ataduras de Indiana Jones.
Ahora que he llegado a “senior”, me
declaro un anciano adoptado por los años. El tiempo que me regaló la
Administración es el mismo que la sociedad me roba: el de la pausa, el cuidado
y la memoria sin prisa. Por eso, mis próximos treinta años no serán una simple
lista de pendientes, sino un acto de resistencia activa.
Quiero volver a las calles de esta ciudad
con el paso lento de la memoria, leer los libros que me enseñan a dudar y
escribir para quienes ya no tienen voz. Cumplir no es sumar años, sino afinar
la mirada para descubrir, acá y allá, las pinceladas virtuosas del vivir con
dignidad en el lienzo de la vida.
Me restan años para hacer aquellas llamadas pendientes, empezar a querer a quienes olvidé y domesticar la soledad donde antes había vacío, dibujándole ojos al sillón de mi casa. Quiero latir lo que reste de tiempo en un orden de luz y dignidad, y, si llega el momento de partir, gritar con Bruna Lombardi: “Que me den el veneno más lento, los cafés más amargos, las bebidas más fuertes, los delirios más locos, porque he vivido suficiente”. Qué más da; también me gusta volar, nunca he dejado de ser un niño.
Las portadas de las cinco revistas semanales
Almazaras desde Alcolea a los Vélez pasando por Los Gallardos
En
Almería existe una relevante tradición olivarera desde de la Edad de Bronce con
el referente de El Argar (Antas). Buena campaña de aceite en el
conjunto de la provincia. Alcolea, localidad de la Alpujarra almeriense,
representa con su Monumento a los aceituneros y aceituneras, diseñado por María
del Pilar Moya, natural de Berja, la actividad propia de nuestra tierra como es
la producción de aceite. Unas 30 almazaras desarrollan su actividad en la
provincia de Almería con un directorio que tiene marcas de prestigio de aceite
en Alcolea, Laújar, Abrucena, Canjayar, Abla, Tabernas, Albox, Arboleas,
Zurgena, Lubrín, Pulpí, Gafarillos, Sorbas, Uleila del Campo, los Vélez, o Los
Gallardos, donde se localizan almazaras antiguas como las de los añorados
Martín Ruiz Hernández y de José Agüero en Los Martos que marcaron a distintas
generaciones con aquellos inviernos de sabañones y pobre. Una cosa no cambia
desde hace unas semanas con el verbo varear, al margen de la mecanización,
método tradicional de recoger aceitunas golpeando las ramas con una vara para
que caigan al suelo. Recuerdo de niño que poníamos una manta o mantel en el
suelo, en los bancales del Ventorrillo de mi tía Pura Flores Soler, la que
luego nos ayudaba en “las matanzas” de diciembre con los embutidos y aquel rico
moscón. Los familiares siguen ayudando a los minifundios de la mayoría de
recolección de aceituna del conjunto de Almería como ocurre con el farmacéutico
de Mojácar Juan José Crespo Haro que sigue la tradición de sus abuelos y padres
con la finca de los Chicharrotes. Lo que ocurre en esta zona con la implicación
de las familias de agricultores nada tiene que ver con las almazaras de Córdoba
o Jaén que dan abasto a las mayores cosechas españolas. Ofrecen trabajo a
personas que vienen de fuera y en algunas ocasiones lamentamos que migrantes
tengan que dormir a la intemperie o en centros sociales, los más
afortunados.
| La vieja almazara de Los Gallardos / A. Torres |
| La nueva almazara de Los Gallardos / A. Torres |
La
historia de la provincia de Almería explica que sus almazaras constituyen una
tipología arquitectónica basada en la economía, la simplicidad, la racionalidad
y la adaptación al medio geográfico y social. Estos edificios siempre se han
construido con materiales del entorno inmediato y de escaso coste. Entre sus
elementos constructivos más representativos destacan los muros de mampostería y
ladrillo revestidos con cal o yeso, así como los forjados de cañizo sobre
rollizos de madera que sustentan la cubierta, normalmente inclinada y de teja
cerámica. Esto puede observarse en numerosas almazaras antiguas del territorio
almeriense, como la Almazara del Benzal, en Pulpí, o la Almazara de Martín
Ruiz, padre de Ramona y Pedro Ruiz Cabezas, exalcalde que trajo el
alcantarillado y los primeros asfaltos de las calles Mayor y La Palma a Los
Gallardos en los años setenta. “Ambos ejemplos conservan en su interior prensas
hidráulicas con las que se obtenía el aceite mediante la presión ejercida sobre
los cojines de esparto, también conocidos como capachos, que recogían la
pasta de aceituna molida en los conos de piedra”, afirma Almudena García Ruiz
(Los Gallardos, 1994), arquitecta y doctora por la Universidad de Granada,
coautora de un libro referente para el sector Tradición, olivo y
arquitectura. Las almazaras del Levante Almeriense, editado por Círculo Rojo,
escrito junto a María Paz Sáez Pérez de la Universidad de Granada. “Sin
embargo”, subraya Almudena García, “con el paso del tiempo, estos materiales y
técnicas constructivas han dejado de ser de procedencia local, ya que han sido
sustituidos por otros más modernos y de carácter industrial. Hoy en día, el
sistema empleado es el continuo, con tracción por motor, para la obtención del
zumo de la aceituna: la pasta resultante de la molienda pasa a una batidora con
el fin de homogeneizarla y favorecer la agrupación del líquido”.
Actualmente,
existen ejemplares de olivos monumentales que se consideran de gran valor por
la influencia que han supuesto en obras literarias y artísticas a lo largo de
la historia destacan en el citado libro. “Además, el fruto de este árbol, la
aceituna, era muy preciado, ya que de él se obtenía el aceite de oliva, cuyas
técnicas de producción han evolucionado desde el siglo XXVI a.C. hasta nuestros
días”. “En la provincia de Almería existe una relevante tradición olivarera,
destacando la comarca del Levante por su vinculación con el olivo desde de la
Edad de Bronce. En este territorio se localizan almazaras actuales y antiguas,
aunque algunas de ellas han desaparecido por no otorgarles el valor etnológico
y patrimonial que merecían”.
La moderna almazara de Los Gallardos Virgen de Lourdes, impulsada por el promotor Fernando Ortega Castro, hijo de agricultores, en la zona conocida por Las Norias-Huerta Nueva, lugar donde nacieron los abuelos y padres de ese empresario que ha desarrollado su vida profesional en Cataluña, Argentina y Sevilla. Ortega asegura que “el aceite es el viagra natural y una fruta que da salud y muy recomendable en la dieta mediterránea”. Con su almazara ha querido homenajear a su familia de Bédar con su esposa María Castro a la cabeza y de Los Gallardos. Dueño de una marca consolidada, el Complejo Turístico Molino de Saydo, en Mollina (Málaga). Sus hijos mantienen el negocio. La tecnología es alemana, con una gran centrifugadora, y tiene un carácter medio ambiental dado que los huesos de la aceituna se trituran y se utilizan como combustible. Todo se aprovecha y esa técnica permite un plus ecológico y económico que beneficia a los bolsillos en estos tiempos en el que se debe aprovechar todo. Ese reciclaje tiene una turbina que produce energía limpia.
















