La alocada apertura de la Puerta de Purchena ha dejado boquiabiertos a los almerienses que contemplamos con horror la tarde del 5 de diciembre a casi un centenar de trabajadores afanándose por adecentar la zona, minutos antes de que se encendiera el árbol de Navidad. Si se ha debido a un capricho, a un error de cálculo o a simple desidia, ya no importa.
Lo que ha quedado bien a las claras es la falta de planificación de la alcaldesa, que parece gestionar los fondos públicos en función de la foto, en lugar de hacerlo pensando en el beneficio de la ciudad, pues, lejos de ser motivo de orgullo, estas obras se han convertido en un dolor de cabeza para comerciantes y vecinos. Para la antología del disparate quedará ese carrusel infantil cubierto de polvo, los memes de los almerienses sobre las jardineras que parecen huertos urbanos y los monumentales atascos que la alcaldesa ha generado, al hacer coincidir estas obras con las del Puerto, además de las que ya se venían realizando para el soterramiento del AVE.
Claro que queremos obras. Pero Almería merece un desarrollo urbano de calidad que haga florecer el centro de la ciudad y nuestro malogrado Casco Histórico, no para la foto, sino para todo el año. Y la alcaldesa nos ha demostrado, una vez más, que se olvida de lo más importante: el bienestar de los almerienses y la correcta planificación de los trabajos. ¿Es este el modelo de gestión que queremos para Almería? Desde luego que no. Los almerienses aspiramos a más. Con el Ayuntamiento convertido en una empresa de eventos y marketing, la ciudad sufre la falta de planificación y de rumbo. No se trata de hacer inauguraciones rápidas, sino de asegurar que cada proyecto contribuya a mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos y a fortalecer nuestro delicado tejido comercial.
Por eso, hoy más que nunca, necesitamos un Ayuntamiento que escuche, que actúe con responsabilidad y que esté a la altura de las expectativas de sus ciudadanos. Las obras deben ser una oportunidad para construir un futuro mejor, no una carga que asfixie a quienes forman el corazón de nuestra ciudad.
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