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Cospedal, la primera


Emilio Ruiz

➤➤➤➤Mañana lunes tendremos entre nosotros al primero de los precandidatos del Partido Popular a la presidencia del partido y a la presidencia del Gobierno (ambos cargos se funden en una sola persona en el PP). Se trata de María Dolores de Cospedal, hasta ahora la número dos del partido y la mujer “que siempre ha dado la cara”, según manifiesta ella misma en contraste con su oponente Soraya Sáenz de Santamaría, desaparecida de la escena política en los momentos más críticos del partido. La decisión de la exsecretaria general de elegir Almería como la primera ciudad andaluza que visita no es casual. Almería es la provincia de Andalucía donde más adeptos contabiliza, al menos a nivel de dirigentes y altos cargos institucionales del partido. Cuestión diferente serían los votos de las bases, que pueden ser distintos, como ya se comprobó en la nominación de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE.

María Dolores de Cospedal

De las ocho provincias andaluzas, cinco (todas menos Almería, Jaén y Córdoba) se han posicionado implícita o explícitamente a favor de la exvicepresidenta, que cuenta como principal valedor a Juanma Moreno, presidente regional. O sea, a Arenas. María Dolores de Cospedal fue la primera en anunciar su precandidatura. Tras tener conocimiento de ello, Moreno desplegó una intensa labor para evitar que afiliados andaluces le avalaran. Era mejor no señalarse, les decía. El anuncio de Sáenz de Santamaría alivió mucho al presidente regional. “Se sabe que Juanma Moreno abrió botellas de champán en San Fernando (sede del PP andaluz) cuando Soraya dio el paso”, advierte alguien que fue testigo directo de esas presiones que, por supuesto, la dirección regional niega, ha informado El Confidencial en un tono de exageración. "Soraya es solvente, con gran formación, con conocimiento profundo del partido (...) el futuro del PP y de España estaría en muy buenas manos con ella", ha manifestado el presidente del PP de Málaga, Elías Bendodo. Lo que sale por la boca de Bendodo es como si saliera por la boca de Moreno.
Fue Soraya, con la complicidad de Javier Arenas, quien, hace cuatro años, abortó el plan de Cospedal de situar como líder en Andalucía a Juan Ignacio Zoido
La actitud de Moreno Bonilla en esta disputa Cospedal-Sáenz de Santamaría a favor de ésta tiene su explicación. Fue la vicepresidenta, con la complicidad de Javier Arenas, quien, hace cuatro años, abortó el plan de Cospedal de situar como líder en Andalucía a Juan Ignacio Zoido. El exministro del Interior es el más importante peso pesado que Cospedal tiene ahora en Andalucía. Si ésta ganara, la silla de Juanma Moreno podía ser removida. En las primarias del PP no se dilucida solo la cabeza visible del partido en Génova, sino también el reparto interior de poder en cada una de las comunidades autónomas, incluso en las provincias. Amat es ‘arenista’ cien por cien. ¿Qué piensa de los suyos que se van con la competencia?

El ministro Zoido se está mereciendo otra medalla


Juan Torrijos
Periodista

Es una historia que se veía venir. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, se cuenta en los mentideros políticos, se pavoneaba el hombre en el pasado Consejo de Ministros con la medalla otorgada por don Gabriel Amat, presidente de la Diputación Provincial en Almería. Le preguntaron que qué había hecho para ello. Poner unos euros para la rehabilitación de un hospital, dicen que contestó. Y disfrutando anda el ministro más deseado del gobierno de Mariano Rajoy con su medalla sobre el pecho.

Zoido y Amat

No tan buen mozo, algo más bajo y un poquito más metido en carnes está el sevillano Juan Ignacio Zoido, al que últimamente le hemos visto muy vinculado a nuestra provincia. Lo último es la firma de un protocolo por el que el Ayuntamiento de Roquetas va tener ciento noventa números de la guardia civil que van a procurar tranquilidad y seguridad a los vecinos del municipio. Y eso se lo ha conseguido el ministro Zoido al alcalde Roquetero y líder del Partido Popular en Almería, Gabriel Amat.
No deja de ser una marginación, don Gabriel, lo que hace usted con el ministro Zoido. El hombre creo que se merece ser medallista, lucir sobre su pecho una medalla, su medalla, don Gabriel
No es que el señor ministro de Interior necesite una medalla de don Gabriel, pero tras lo que ha hecho por el Ayuntamiento de Amat, deberá entender, lo mismo lo hace, que él también se merece, está necesitando, una medalla de Amat. No deja de ser una marginación, don Gabriel, lo que hace usted con el ministro Zoido. El hombre creo que se merece ser medallista, lucir sobre su pecho una medalla, su medalla, don Gabriel.

No se está portando usted bien con él y lo sabe. Entiendo que en estos momentos usted no se atreva a darle una medalla a su amigo Zoido, no se ha vendido bien la otorgada a de la Serna, le han llovido las críticas y no quiere que le apoden como el hombre que va regalando medallas a los ministros de Rajoy. Y lo mismo el ministro Zoido tiene más argumentos para lucirla en la solapa.

La partida de nacimiento de los ministros

Emilio Ruiz

Quienes nos dedicamos a este oficio de escribir en los periódicos nos dejamos llevar por ciertas rutinas que no por persistentes tienen importancia alguna. Una de ellas es la de buscar alguna identificación con nuestra tierra de los en cada momento elegidos ministros. Por la parte provincial que nos corresponde, el periodista Simón Ruiz ha buceado en los recientes nombramientos de Rajoy  y su ‘trabajo de investigación’ –me perdonará que se lo entrecomille- ha tenido un resultado más bien modesto: uno de los elegidos, Íñigo de la Serna, ministro de Fomento, es amigo de quien ha sido alcalde de Almería y ahora es senador, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador. Menos da una piedra. Otro, el nuevo ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, está casado con una almeriense, Beatriz Alcázar. La verdad es que el exalcalde de Sevilla siempre ha hecho gala de este “medio almeriensismo” de sus hijos. Recuerdo que la primera vez que hablé con él hizo mención a esta circunstancia. “Mi mujer –me dijo literalmente- también es de Almería, de apellido Alcázar, de los Salinas y Alcázar, los concesionarios de Citroën”.

Consejo de Ministros

Que no piense el lector que este exacerbado interés patriótico es exclusivo de los almerienses o de los andaluces. Qué va. Me he dado una vuelta por los medios de comunicación de diversas comunidades autónomas, y prácticamente todos ahondan en la cuestión. “Otro Gobierno Central sin presencia de ministros aragoneses”, dice El Diario Aragonés. “La Comunitat Valenciana se queda sin ministros en el Gobierno de Rajoy”, proclama Las Provincias. Levante es contundente: “Rajoy prescinde de valencianos”. La Opinión de Murcia ya está resignada: “Tampoco hay ningún ministro murciano (no lo hay desde Trillo)”. El Digital de Castilla-La Mancha ve el vaso medio lleno: “Cuatro de los nuevos ministros tienen relación, o la han tenido, con Castilla-La Mancha”. Y El Periódico de Aragón, pues ya no sabe qué camino tomar: “Aragón vuelve a quedarse sin ocupar ninguna cartera ministerial”.

Si nos fijamos en la partida de nacimiento de los miembros del Consejo de Ministros vemos que hay un gallego, dos castellano-leoneses, un vasco, una catalana, cuatro madrileños y cuatro andaluces. Andalucía comparte con Madrid el cuadro de honor de procedencia de ministros. De Jerez de la Frontera es el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis. De Cambil (Jaén) es Cristóbal Montoro. De San Juan del Puerto (Huelva) es Fátima Báñez. Y Zoido nació en Montellano (Sevilla).

“Rajoy elige un Gobierno donde predominan los madrileños y los andaluces”. De esta forma abrió la Ser su informativo matinal del viernes. Correcto, así es y nada hay que objetar. Pero, ¿significa ese dato que estas dos autonomías van a disfrutar de un poder político del que van a carecer las otras? Me temo que no, que esa circunstancia es más bien fruto de la casualidad que de un reparto territorial de poder. Además, por lo que respecta a Andalucía, Alfonso Dastis es un hombre que carece de perfil partidario. Montoro es Montoro y punto. El ministerio de Báñez es más de pedir que de dar. El ministro más político es Zoido. Simón Ruiz ya se ha apresurado a pedirle para Almería unos cuantos guardias civiles más y -¡ahora, sí, se puede!-la ansiada comisaría de Roquetas. Yo también tengo una petición que hacerle, y además a coste cero: que no ponga más radares. Y si puede quitar alguno, mejor.

Zoido queda en evidencia ante Susana Díaz por su falta de autoridad en el PP-A

Agustín Rivera
Periodista / El Confidencial

Con el casting del partido abierto en canal, Juan Ignacio Zoido pierde cada día su credibilidad como líder del PP–A. La prueba más evidente ocurrió ayer: el alcalde de Sevilla y presidente de los populares andaluces se vio sorprendido por Susana Díaz, investida presidenta de la Junta de Andalucía. Díaz le echó en cara que no era más que un hombre de transición, entre Javier Arenas y el próximo candidato a las elecciones autonómicas.

Zoido, que sigue insistiendo una y otra vez que su prioridad es la alcaldía de la capital andaluza, ya ha pedido el relevo como máxima referencia del PP-A, pero Génova no tiene prisa. La dirección nacional del Partido Popular, concentrada en su preocupación por el caso Bárcenas, cree que la situación política en Andalucía aún no es urgente, a pesar de que tanto el PSOE (con Díaz) como IU (con Antonio Maíllo, nuevo líder de la coalición de izquierdas) son los dos máximos referentes frente a José Antonio Griñán y Diego Valderas, el vicepresidente del bipartito andaluz, ambos ya en retirada institucional y orgánica.

En el PP, sobre todo en las presidencias provinciales, están hartos de la situación. Elías Bendodo, número 1 del PP de Málaga y presidente de la Diputación Provincial, ha vuelto a recordar la necesidad de conocer el candidato antes de que acabe 2013, pero las últimas declaraciones de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, no dejan espacio para un cambio inminente. Más bien todo lo contrario, frente a las intenciones del mes de junio cuando la resolución del casting se preveía para otoño.

“Zoido no puede estar un rato en la Alcaldía de Sevilla y otro en el Parlamento. Así no se puede hacer oposición alguna”, destacan a este diario fuentes del PP-A. Cospedal prevé que una posible imputación de Javier Arenas por parte del juez Ruz permita suprimir ya de raíz toda la posible influencia que pudiera tener el exlíder de los populares andaluces en la elección del candidato que podría nombrarse a principios de 2014. Sería en enero y febrero, justo antes de la Convención política prevista, en principio, antes de final de año y que coincidiría con posibles cambios en el Gobierno de Mariano Rajoy y en la dirección de la calle Génova.

El portavoz del PP-A, Carlos Rojas (i), conversa con el presidente de su partido, Juan Ignacio Zoido. (EFE)
Zoido y Sanz

Un dirigente del partido en Andalucía lo expresa así de claro en declaraciones a El Confidencial: “El casting está caliente. El partido está tenso, no he visto cosa igual. Los militantes consideran que  hemos hecho el ridículo, carecemos de referencia y la incertidumbre es tal que todo es un despropósito político”, argumenta, tras señalar a Carmen Crespo, delegada del Gobierno en Andalucía; Juan Manuel Moreno, secretario de Estado de Asuntos Sociales; José Luis Sanz, secretario del PP-A, y Carlos Rojas, portavoz parlamentario, como los tres principales aspirantes. Fátima Báñez y Miguel Arias-Cañete han perdido el interés.

Cada provincia hace “lo que le da la gana”
El enfado ha llegado a alcaldes y cargos políticos del PP-A, decepcionados por la falta de iniciativa de la dirección regional y nacional. “Tenemos una hemorragia electoral y nadie es capaz de elaborar una estrategia, y esto puede generar problemas. Es una falta de respeto a la madurez del partido en Andalucía. Nos tratan como una delegación de tercera fila, como si no pudiéramos tomar nuestras propias decisiones”, señala a El Confidencial este político de la dirección andaluza, que recuerda que el PP-A ha conseguido controlar cinco diputaciones provinciales y la Alcaldía de las ocho principales ciudades andaluzas.

“Cada provincia hace ahora lo que le da la gana y ahora cualquiera que sea el candidato tendrá que enfrentarse no sólo al todopoderoso aparato de la Junta de Andalucía, sino a la división interna después de un año de absoluta interinidad, en el que José Luis Sanz no ha sido capaz de generar consenso: sólo les apoyan los que quieren mantener su statu quo: los cuadros intermedios no le quieren ver ni en pintura”, resaltan a este diario fuentes populares.

Un Zoido “sin pulso” ni “autoridad”
“Cuanto más tarde será peor”, cuenta un exdirigente del PP-A. Mientras Mariano Rajoy y Cospedal deciden quién sería la mejor opción, en el partido ha cundido el desánimo ante el debate de investidura y la actitud del presidente de los populares andaluces. “Se le ve sin pulso. Hay dirigentes que ya pasan totalmente de él. Zoido ha perdido toda la autoridad. Si encima se le junta el daño que nos está haciendo todo el caso Bárcenas, sufrimos un nivel de desconfianza que lo complica todo bastante", señalan estas fuentes.

Un parlamentario socialista andaluz también lo ve de la misma manera. “No sé quién asesora a Zoido cuando dice que Susana tiene que convocar elecciones. Es el Parlamento quien elige. Es un procedimiento que está en la Constitución y en el Estatuto de Autonomía”, explica el diputado autonómico. “Todo es culpa de Mariano. El PP no puede hacer una oposición de ratos libres o de fin de semana. Así no vamos a ningún lado”, remata un histórico dirigente popular.

La 'espantá' de Arenas

Marcial Vázquez
Comentarista político

Es muy posible que la retirada de Griñán no sea todo lo ejemplar que pudiera ser pero siempre mucho más decente y respetuosa que la de Arenas. Hay que reconocer que en el PP andaluz están tan perdidos que no hacen otra cosa que ahogarse en su propia demagogia al pedir elecciones anticipadas en Andalucía cuando ellos aún no tienen ni candidato; y cuando hacen de la marcha de Griñán un motivo de crítica permanente, olvidando que su líder mitológico, Javier Arenas, no tardó ni 24 horas en coger el AVE a Madrid después de que su victoria impotente no le sirviese para acabar en la presidencia de San Telmo. En este sentido ni la viagra electoral de Zapatero que tanto dio al resto del PP nacional sirvió para llevar a la Junta andaluza al personaje más tóxico que ha dado la vida política de nuestra región en toda la democracia. 

Qué tiempos aquellos...
Llegados a este punto hay que poner las cartas encima de la mesa y reconocer los errores y aciertos que presenta el balance de Griñán una vez que ha dado paso a Susana Díaz. Yo no diré, como Mario Jimenez, que el ya ex presidente andaluz es lo mejor que le ha pasado al PSOE, pues considero que lo mejor que le ha pasado al socialismo, a España y a la democracia ha sido Felipe González. Pero dejando a un lado afirmaciones tan rotundas que no deben ser tomadas como guía hegemónica del socialismo andaluz sino como una expresión de agradecimiento y admiración a nuestro aún presidente del PSOE a nivel nacional, Griñán ha marcado un camino de no retorno en cuanto no solamente a la ética sino también a la estética que maltrata diariamente el Partido Popular. Nadie en el PSOE andaluz puede sentirse orgulloso del escándalo de los ERE ni siquiera por la respuesta del partido y de la Junta, pero de ahí a que venga la derecha a dar lecciones de moral y de responsabilidad política hay un trecho que no se puede recorrer sin un grado de sectarismo y varias dosis de incoherencia. 

Porque en el PSOE andaluz no se le ha hecho ningún homenaje ni se ha sacado a hombros de una plaza de toros a ningún imputado en la trama de los ERE. Ni tampoco se ha negado la creación de una comisión en el parlamento andaluz para investigar sobre la trama. ¿Se ha negado Griñán a hablar, en sede parlamentaria, de este caso de corrupción? Al revés que Rajoy, ha ido a dar la cara. Y en estos momentos que decide dar un paso atrás para asumir de manera preventiva una responsabilidad que muchos defenderían incluso injusta, es una ofensa a la dignidad política que venga el partido de los sobres y los maletines a criticar el gesto del ex presidente y a decir que Griñán "ha maltratado y ensuciado el nombre de Andalucía?". Pero, ¿sabéis quien maltrata y ensucia el nombre de los andaluces?, esa derecha que en Madrid nos ahoga para que luego salga Zoido en Sevilla pidiendo a la Junta inversión y criticando recortes; esa derecha que insulta a los niños andaluces asegurando que dan clases sentados en el suelo, como hizo la incompetente y corrupta de Ana Mato; y nos maltrata y ensucia esa derecha que nos califica a los andaluces como borregos y cautivos porque nunca le hemos dado a ellos la llave de nuestro destino. 

Algunos, en definitiva, se preguntarán si es justo que tras la marcha de un candidato se proclame como presidente a otro miembro del partido. Y, sinceramente, aquí se pueden aceptar ambas interpretaciones. Para mí el mandato del candidato investido inicialmente debería de agotar siempre la legislatura, excepto en caso de extrema enfermedad o fuerzas mayores. Yo lo establecería por ley. Pero también es cierto que nuestra Constitución deja abierta la posibilidad de que incluso pueda ser presidente del Gobierno alguien que no haya ido en las listas electorales y se proponga como candidato contando con el apoyo de la mayoría del Parlamento. Y hay que entender estos mecanismos de la democracia parlamentaria como perfectamente legales aunque desigualmente legítimos. 

Lo que nunca será legítimo en democracia, y dudosamente legal, es un partido, como el PP andaluz, que ha afirmado abiertamente que los ERE han sido un mecanismo del PSOE-A para ganar las elecciones autonómicas. Pero mira, Sanz, aquí el único partido que lleva 20 años financiándose ilegalmente y cobrando 22 millones en sobresueldos no es el partido socialista andaluz, sino el Partido Popular. Lo dice un tal Bárcenas, vuestro ex tesorero. 

El relevo en la Junta deja en evidencia el caos interno del PP andaluz

Isabel Morillo
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía

El Partido Popular de Andalucía consideró una “aberración” y una “indignidad” la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía. El presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, compareció ayer con un guión cargado de contundentes descalificativos contra la operación sucesoria en el Gobierno andaluz pero con pocas claves sobre qué ofrece su propio partido en este escenario. “Hay que dejar la decisión en manos de los andaluces”, insistió el también alcalde de Sevilla en varias ocasiones, subrayando la tesis de los populares de que lo correcto sería celebrar unas elecciones anticipadas. Pero ¿entre qué elegirían los andaluces? ¿A quién ofrece el PP como candidato? ¿Cuál es la alternativa? Ante esta ronda de preguntas la respuesta de Zoido fue la misma de las últimas semanas: ninguna. Del “no toca” y “no nos van a marcar los tiempos” al “quizás yo si lo sé, otra cosa es que usted no lo sepa” o “será en el momento que consideremos más razonables para los andaluces”.

Zoido
En ese galimatías se consume el discurso del principal partido de la oposición, que ganó las últimas elecciones autonómicas y cuenta con 50 de los 109 diputados andaluces, pero que, a día de hoy, es incapaz de señalar un rumbo más o menos cierto sobre su futuro inmediato. La situación no es nueva pero sí se ve agudizada por la precipitada marcha de José Antonio Griñán y la designación de Susana Díaz como candidata y presidenta de la Junta. Zoido accedió a la presidencia del PP andaluz hace poco más de un año, en julio de 2012, por encargo directo de Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal cuando Javier Arenas estaba hundido por su amarga victoria. Asumió las riendas del partido pero desde el primer momento no ocultó que no quería ser el candidato del PP andaluz en unas autonómicas. Desde entonces, están enredados en ese debate sobre el futuro liderazgo sin más señales que las que de vez en cuando lanza algún líder provincial, como el alcalde de Málaga, que azuza para que los populares echen mano del “sentido común” y designen cartel electoral.

Según fuentes populares, el guión recoge que este tema deberá de quedar resuelto este otoño y que el candidato se designará, sin congreso extraordinario, en una reunión de la Ejecutiva del PP andaluz. Pero luego, ante el micrófono, ningún dirigente de la actual cúpula del partido ha sido todavía capaz de despejar este escenario. ¿Por qué? Es una incógnita. Quizás porque Génova, atrapada en el caso Bárcenas, aún no ha dado el visto bueno. En una de sus últimas visitas a Andalucía, la secretaria general jugó a dejar claro que por ahora tenían a un “ganador” y ese era Zoido. El alcalde de Sevilla volvió a autodescartarse el martes, el día que Griñán presentó su renuncia. “Me debo a los sevillanos”, dijo. Ayer lo eludió. Aseguró que mantiene conversaciones “fluidas” sobre este asunto –“que no es un problema”, apostilló– con “las más altas instancias”. Con Rajoy y Cospedal, aclaró. Insistió en que Andalucía es una prioridad y que en Génova son conscientes de la “fortísima inestabilidad” del escenario político andaluz.

El lunes hay reunión de la Ejecutiva del PP en Madrid. Zoido asistirá pero no aclaró si pondrá sobre la mesa la necesidad de poner rostro de una vez al futuro del PP andaluz. “Pase lo que pase, en cualquier escenario, el PP estaría preparado para todo”, dijo enigmáticamente.

Candidatos PP Andalucía: por qué no Rosario Soto

Ignacio del Río
Exsecretario General del PP de Madrid

Ignacio del Río, cualificado militante del Partido Popular, en el que ha ostentado cargos de especial relevancia, se interesa en este artículo por la necesidad de que el PP nomine a su candidato a presidente de la Junta de Andalucía. Entre los posibles nombres, avanza el de la almeriese Rosario Soto, que en la anterior ejecutiva del PP de Andalucía era su portavoz y actualmente ocupa un escaño en el Senado.

Rosario Soto
El Diario de Cádiz publica este domingo en portada que Rajoy quiere que Miguel Arias sea el candidato del PP a la Junta de Andalucía. En páginas centrales abría el abanico y ofrecía otros nombres de posibles candidatos, como la ministra Fátima Báñez o el secretario general, José Luis Sanz, Alcalde de Tomares. El elegido tendrá que enfrentarse a Susana Díaz y a IU, cuya pinza en el Gobierno parece bastante asentada y que, previsiblemente, acoplaran su estrategia para repetir, ya que parece difícil que el PSOE, lastrado por el escándalo de los ERES a sus espaldas -IU ha pasado de la denuncia al chitón-esté en condiciones de obtener una mayoría absoluta.

Lo que sin lugar a dudas  ha sido un error es la salida de Javier Arenas del liderazgo del PP de Andalucía, después de ganar las elecciones y obtener el mejor resultado del centro derecha en la historia democrática. Así lo reconocen analistas y personajes más vinculados a la izquierda que al PP y confirman el diagnóstico de que la mayoría absoluta se perdió por la “arriolada” de un campaña de baja intensidad en el último tramo -no comparecer en el debate de Canal Sur fue un error, tremendo error- aderezado por la aprobación de la reforma electoral en las fechas preelectorales.

Pero siendo ciertos estos hechos contrastados, no cabe duda que el resultado que tuvo fue excelente y el empujón final que faltó para la mayoría absoluta estaba dentro de lo previsible en un análisis racional y no emocional de la sociología andaluza. El testigo que se pasó a Juan Ignacio Zoido ha tenido desde el primer momento un marcado carácter transitorio, a pesar de que reúne todas las condiciones personales y políticas para ser líder del PP en Andalucía. Pero difícilmente se puede compaginar la oposición con la Alcaldía de Sevilla que requiere ciento por ciento de atención, sobre todo después del tiempo y del esfuerzo que ha costado a los populares la victoria electoral.

Una vez que el PSOE ha movido ficha con la salida de Griñán en tracto continuado con Susana Díaz, después del paripé de las primarias teledirigidas desde el “aparachick”, al PP no le queda otro remedio que mover ficha.

Miguel Arias tiene sobradas virtudes profesionales y políticas para ser candidato a la Junta de Andalucía, pero es un despropósito y un acto de prodigalidad mandarlo a enfrentarse con Susana Díaz  y el candidato de IU. Primero porque para gestionar bien una campaña electoral hay que hacer oposición en el lugar adecuado que nos otro que el Parlamento andaluz. Hay tantos ejemplos de errores cometidos por los partidos en la designación de candidatos extra parlamentarios que no merece la pena ni citarlos.

En segundo lugar, porque un buen político no quiere decir que sea intercambiable a cualquier situación. La idoneidad es importante –Miguel Arias ya cubrió en su tiempo la asignatura de Andalucía- y tiene proyección suficiente para jugar en otras demarcaciones en las que se aproveche la experiencia labrada en su trayectoria política.

Desde revalorizar su posición en el Gobierno que falta hace, hasta su ubicación en la Comisión Europea en la que puede aportar importantes servicios a España. Si además se añade que se va a tener que enfrentar a una mujer Susana Díaz, con denominación de origen “solo aparato”, lo inteligente es reconocer el futuro escenario electoral y adopta una estrategia inteligente. Luego, mejor situar a otra mujer enfrente y utilizar algunas de las opciones de políticas populares que han ganado ya  al PSOE  en Andalucía. Desde Fátima Báñez o las alcaldesas de Cádiz, Teófila Martínez o de Marbella, Ángeles Muñoz o de Jerez, María José García Pelayo o algunas de las portavoces en el Parlamento, como Rosario Soto. Y todo sin olvidar al actual portavoz Carlos Rojas que está haciendo un buen trabajo.

En las elecciones de 2012 el PP-A obtuvo 50 diputados a solo 5 de la mayoría absoluta. El reto no puede ser otro que mantener los votos conseguidos y abrirse y conectar con los jóvenes y nuevos sectores andaluces.

El PP debería situar a Andalucía entre los tres primeros objetivos de las futuras elecciones autonómicas. Con más de ocho millones de habitantes y lo que representa políticamente sería un tremendo error dilapidar lo que ya se ha conseguido en Ayuntamientos y en el Parlamento andaluz. Y la experiencia dice que los votos siempre son para el que los trabaja en los años anteriores.