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In memoriam: Juan del Águila, fundador de Cajamar


Manuel Gutiérrez Navas
Periodista e historiador

➤ Anoche fallecía en Almería, a los 88 años de edad, Juan del Águila Molina, impulsor del cooperativismo agrario en la provincia y fundador de la Caja Rural de Almería, hoy Cajamar. Por su contribución al crecimiento y desarrollo económico de Almería ha sido considerado el almeriense más influyente del siglo XX y uno de los personajes decisivos en los grandes cambios experimentados en la provincia en su historia más reciente.

Juan del Águila. Tras él, el autor de este artículo (Foto: José Antonio Arcos)

Abogado y cooperativista almeriense, fue un hombre adelantado a su tiempo. Fomentó la creación de numerosas cooperativas y empresas agrícolas y en 1963 promovió la constitución de la Caja Rural Provincial de Almería, que dirigió hasta 1992 y de la que fue presidente hasta 2006, año en que decidió apartarse de la función ejecutiva tras haberla convertido en la primera caja rural y en la primera cooperativa de crédito española.
Los últimos años los dedicó a la Fundación Cajamar, donde ha dejado el legado de sus ideas emprendedoras y su firme defensa de un modelo agrícola innovador y competitivo, ajeno a las subvenciones y orientado al mercado y al cliente
Los últimos años de su vida los dedicó a la Fundación Cajamar, donde ha dejado el legado de sus ideas emprendedoras y su firme defensa de un modelo agrícola innovador y competitivo, ajeno a las subvenciones y orientado al mercado y al cliente. Lo que Juan del Águila ha representado en el mundo del cooperativismo agrícola y de crédito durante una larga y fructífera etapa, que abarca más de 50 años de dedicación al trabajo, es ampliamente conocido.

Desde sus inicios como secretario y gerente de la Unión Territorial de Cooperativas del Campo (UTECO) en Almería y como impulsor, director y presidente de la Caja Rural de Almería (Cajamar, desde el año 2000), hasta su retirada en 2012 como presidente de la Fundación Cajamar, su trayectoria profesional estuvo guiada por lo que, al igual que otros grandes emprendedores de su generación, sería su lema vital: esfuerzo y anticipación.

En una época marcada por el inexorable éxodo del campo a la ciudad que se produjo en la España de las difíciles décadas de los 50 y 60 del siglo XX, Juan del Águila supo tener la visión de promover en Almería la constitución de cooperativas como pilares sobre los que basar la consecución de un futuro mejor, en una provincia caracterizada hasta entonces por el atraso de su estructura productiva y su carencia de medios.
Apoyó decididamente a la generación de agricultores y empresarios agrícolas que transformaron el campo almeriense de los tradicionales cultivos de secano a las modernas explotaciones de primor bajo plástico
Apoyó decididamente a la generación de agricultores y empresarios agrícolas que transformaron el campo almeriense de los tradicionales cultivos de secano a las modernas explotaciones de primor bajo plástico, que a mediados de los años 70 protagonizaron el llamado “modelo de transformación almeriense” con el acceso paulatino a los mercados europeos, y que a partir de los años 80 dieron origen al actual cluster agroindustrial existente en esta provincia.

Reacciones ante el fallecimiento de Juan del Águila (La Voz)

En el ámbito de las cooperativas de crédito, fue un firme partidario de la modernización, crecimiento y consolidación de las cajas rurales en el sistema financiero español, y en 1989 lideró la creación del Banco Cooperativo Español, del que fue presidente de 1995 a 2000. En un sector atomizado por un alto número de entidades de pequeño tamaño, se mostró partidario de acometer procesos de concentración, con el fin de aumentar su dimensión y mejorar su competitividad.

En el año 2000 propició la fusión de las cajas rurales de Almería y de Málaga, de la que surgió Cajamar y a la que años más tarde se fusionaron también la Caja Rural del Duero, la Caja Rural de Baleares, las valencianas Caja Campo, Ruralcaja, Caja Rural Castellón, Crèdit Valencia, CR Casinos y Caixa Albalat, así como la Caja Rural de Canarias. En sus últimos años de trayectoria profesional disfrutó, desde la presidencia de la Fundación Cajamar, de abrir nuevos espacios para la reflexión, la innovación y la transferencia de conocimiento.
Solía decir que con mayor conocimiento y una mejor tecnología, la juventud, con su trabajo, superará las coyunturas negativas que han de venir y dará un nuevo impulso a la generación de riqueza.
Entre sus grandes inquietudes estuvo siempre la educación y la formación de las nuevas generaciones de almerienses. Solía decir que con mayor conocimiento y una mejor tecnología, la juventud, con su trabajo, superará las coyunturas negativas que han de venir y dará un nuevo impulso a la generación de riqueza. “De igual modo que hemos conseguido hacer de Cajamar un referente dentro del sistema financiero español, nuestra juventud hará de las técnicas de la agricultura almeriense un ejemplo a seguir a nivel mundial, un elemento de prestigio para nuestra tierra en la sociedad. Pero no olvidemos que nuestra actuación ha de marcarla el mercado y nuestra guía ha de ser el cliente. Todo lo demás, para mí, resta en vez de sumar”, explicaba.

Aunque no fue un hombre dado a los reconocimientos, se enorgullecía de las distinciones y condecoraciones de las que fue objeto, especialmente de la Medalla de Oro de Almería. Y no por vanidad, que nunca la tuvo, sino como reflejo del afecto y admiración que siempre sintió por su tierra natal. Quienes trabajaron con él o estuvieron cerca suya en alguna de sus actividades, destacan especialmente su compromiso con el mundo rural y el movimiento cooperativo, su capacidad de trabajo, cultura, humanidad, sabiduría y compromiso.
Fue pionero en lo que hoy se llama “responsabilidad social”, especialmente en el plano de la economía social y del desarrollo local sostenible
Fue pionero en lo que hoy se llama “responsabilidad social”, especialmente en el plano de la economía social y del desarrollo local sostenible, primero en el seno de la entidad financiera y más tarde desde la Fundación Cajamar, dispuesto siempre a apoyar y desarrollar iniciativas de investigación, experimentación y transferencia de conocimiento, a las que dedicaba toda su atención. Así, en 1975 promovió la creación de una estación experimental dedicada a la investigación agronómica, imprescindible para la agricultura moderna; en 1998 un instituto de estudios socioeconómicos como herramienta de análisis y de difusión del conocimiento y de la cultura, como elementos imprescindibles para el bienestar de las sociedades.

Posteriormente, en 2006 impulsó un centro de investigación medioambiental, para ayudar a recuperar los daños colaterales ocasionados por la acción humana y propiciar un modelo de sostenibilidad, y en 2009 un centro sociocultural a través del cual canalizar y difundir iniciativas sociales y culturales en la provincia de Almería. Apasionado de la lectura y de la naturaleza, ha fallecido tras una larga vida plena y activa. Siempre le recordaremos.

In memoriam: Juan del Águila Gibaja

Emilio Ruiz
@opinionalmeria

El movimiento vecinal almeriense ha perdido a uno de los más importantes activistas de los últimos años: Juan del Águila Gibaja, presidente de la Asociación de Vecinos ‘Casco Histórico’ entre 2006 y 2015 y vicepresidente desde marzo de ese año hasta la actualidad, ya con Magdalena Cantero Sosa como presidenta. Reconocido defensor de la necesidad de promocionar los valores del casco histórico de la ciudad de Almería, Juan del Águila ha sido siempre una persona reconocida por ponderar los movimientos sociales y reivindicativos.

Juan del Águila, en una foto reciente


Poseedor del escudo de oro de la asociación que presidió durante diez años, Juan del Águila era un hombre de izquierdas que militó primeramente en el Partido Socialista Popular (PSP) y posteriormente en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). En el proceso de integración del partido de Tierno Galván en el de Felipe González, del Águila pasó a ocupar una vocalía en la nueva ejecutiva provincial socialista. En la actualidad colaboraba con el secretario general municipal de Almería, Fernando Martínez, al que le unía una profunda amistad.

Su fallecimiento ha producido una profunda consternación tanto en el Partido Socialista como entre los defensores del centro histórico de la capital. Han sido muchas las personas que han hecho llegar su reconocimiento a través de las redes sociales. Uno de los primeros en sentir su pérdida ha sido el senador socialista y portavoz en el Ayuntamiento de Almería, Juan Carlos Pérez Navas: “A Juan del Águila –ha manifestado- lo conocí en el movimiento vecinal hace 20 años; desde entonces lo he apreciado y querido como vecino, como amigo y como un luchador incansable de derechos al servicio de los demás”.

Juan Carlos Pérez Navas: "Era un luchador incansable de derechos al servicio de los demás"

También la gerente del Consorcio de Transportes, Clara Inés Rodríguez Foruría, compañera y amiga, ha tenido palabras de reconocimiento para Juan del Águila: “Me ha cogido de sorpresa, solo puedo decir que era un trabajador nato, comprometido con su barrio. Con los vecinos siempre luchando, estuve con su primera asociación de casco histórico hace como unos cuantos años ya, formé parte ella y solo tengo buenas palabras para ese gran hombre”. El portavoz de IU en el Ayuntamiento de Almería, Rafael Esteban Martínez, considera que era “una persona que se preocupaba y luchaba por el casco histórico”. 

Mar Perceval: "Ha trabajado, hasta el día de su fallecimiento, por la defensa de este barrio histórico"


También vinculada al movimiento vecinal del centro de Almería es Mar Perceval: “Hoy estamos de luto en la Asociación de vecinos "Casco Histórico", ha fallecido Juan del Águila, durante diez años presidente de la Asociación y un referente en el movimiento vecinal almeriense. Un hombre que ha trabajado, hasta el día de su fallecimiento, por la defensa de este barrio histórico”.

Trinidad Cabeo: "Siempre amable y divertido, comprometido y defensor del bien general en los ámbitos a los que la vida le ha llevado"

La hasta hace unos días presidenta de la Autoridad Portuaria, Trinidad Cabeo, igualmente muy amiga de Juan, lo recordará siempre “con su particular presencia, siempre amable y divertido, comprometido y defensor del bien general en los ámbitos a los que la vida le ha llevado”. También el expresidente del Instituto de Estudios Almerienses Rafael Leopoldo Aguilera Martínez-Oña tiene palabras de reconocimiento para Juan del Águila: “Ha sido un gran luchador social por su barrio y por Almería, un buen hombre”.

Magdalena Cantero: "Juan fue un hombre rotundo y enérgico cuando se trataba de defender sus convicciones"

La presidenta de la Asociación de Vecinos "Casco Histórico", Magdalena Cantero, considera irreparable la pérdida de Juan del Águila: “Juan ha sido un hombre que no ha dejado indiferente a nadie, rotundo y enérgico cuando se trataba de defender sus convicciones, a la vez que cercano y amable en las distancias cortas. Su pasión, además de su familia, el Casco Histórico de Almería por el que ha trabajado incansablemente durante décadas, estando al frente de la asociación de vecinos Casco Histórico a lo largo de diez años. Un referente histórico almeriense en la defensa de los intereses vecinales, por los que ha trabajado hasta su fallecimiento”. El alcalde de Almería se ha manifestado así:






La despedida a Juan del Águila será esta mañana a las 10 en el tanatorio Sol de Portocarrero.

Juan del Águila: el justo reconocimiento

Antonio Felipe Rubio
Periodista

Una de las señas de identidad que distingue a los pueblos cultos y civilizados es el respeto por las personas que señalaron el camino a seguir para emprender acciones conducentes a la generación de riqueza, enaltecer la cultura, facilitar la convivencia, potenciar el  bienestar social, la estabilidad, el futuro y la consolidación de los propios recursos.

Al contrario, el revanchismo y la envidia son la ponzoña que atenaza y envilece a los pueblos que se debaten en una interminable reedición de episodios pretéritos de naturaleza ideológica o sectaria que, en cualquier caso, son el reflejo de la mediocridad y afloramiento de miserias intelectuales.

Juan del Águila
Ante la convocatoria del Día de la Provincia, la Diputación de Almería propuso la imposición de la Medalla de Oro de la Provincia a Juan del Águila, presidente honorífico de Cajamar y fundador de la Caja Rural de Almería. La votación contó con el apoyo de PP y PSOE y el voto en contra de IU. Los motivos que IU adujo, según intervención del diputado Juan Pablo Yakubiuk, se fundamentan en que “no es el momento de hacer reconocimientos ni de dar premios a personas de este sector (…) Una banca merecería recibir esa medalla de oro si fuese una banca 100% pública y estuviese libre de ejecutar desahucios y sin comisiones abusivas”. Y, lejos de entrar en argumentos de “coleta seborreica”, me apresto a glosar una injusta -por apresurada- glosa de la personalidad de Juan del Águila.

En plena acepción de “esparto y legaña” (1966) Juan del Águila, junto Emilio Esteban Hanza y Jesús Durbán Remón, fundan la Caja Rural de Almería como vehículo de canalización de la financiación para una agricultura sustentada en la uva que vería su revolución en la reconversión del parral en incipiente invernadero. No en vano, la primera acción se dirigió a una cooperativa uvera de Canjáyar.

A finales de los sesenta Juan del Águila orilla su carrera como abogado y se entrega al contacto directo con los agricultores y ganaderos de la provincia y, pisando el terreno, conociendo y solidarizando alegrías y penurias, emprende un “apostolado” del nuevo modelo agrícola: sembrar, trabajar, recoger y ser responsables.

En 1973 llega una ruina con las riadas. La media provincial se establece en 151,2 l/m2; el nivel del agua llega en Vélez Rubio a los 15 metros de altura; por las cuencas discurren, sin provecho, 600 millones de m3… Fue el año que hubimos de perder diez vidas en la provincia y muchas más en La Rábita (Granada).

La Rural, como demuestran sus innumerables acciones posteriores, emprende una iniciativa de apoyo a los damnificados con créditos a interés cero y ayudas de dudosa reversibilidad. En 1973 la Rural se “retrató” con una filosofía desconocida e impensable para una entidad financiera al uso.

Juan del Águila se muestra un “obseso” del agua. Ya sea en foros organizados o abordándote por la calle, Juan no para de recordar que el futuro de la provincia pasa por garantizar el agua y la modernización de las infraestructuras agrarias mediante la inversión en tecnología, investigación… y predicó con el ejemplo (Las Palmerillas).

Me resulta imposible -por espacio- relacionar experiencias, innovaciones, reivindicaciones, apoyos… Sólo les propongo rememorar cuántas iniciativas brillantes para Almería han contado con el apoyo de la Rural. Seguro que muchas; más provechosas y gratificantes que el sectario rechazo a una persona de ejemplar comportamiento humano y profesional que, ahora más que nunca por carestía, hay que homenajear por esfuerzo, profesionalidad e integridad.

Enhorabuena, Juan. Tienes dos premios: el de Diputación y el de la necedad de los envidiosos.