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Los valores catastrales de Almería

Laura Rodríguez-Carreterro
Excandidata a la alcaldía de Almería por UPyD

Hace unos días hemos conocido que Almería goza del honor de ser la octava ciudad española con el IBI más caro de España, y eso a pesar de que el Gobierno municipal ha bajado varias veces los coeficientes para calcularlo. Claro que por mucho que bajes un coeficiente, si has subido el Valor Catastral casi un 250%, con la bajada lo único que el almeriense ve es lo mucho que paga en comparación con lo que pagaba.

En cualquier caso, quizá sea conveniente recordar que el valor catastral lo fija Hacienda, pero que lo hace con el asesoramiento municipal, es decir, que los almerienses tengamos unos valores tan altos es responsabilidad del Ministerio, pero también del Ayuntamiento y de la Junta. Todos ellos en 2007 contribuyeron a establece un valor de la vivienda en Almería que, a todas luces, no solo era irreal, también era inmensamente injusto si tenemos en cuenta que es de los más altos de España. Hago esta apreciación porque se esta convirtiendo en común el hecho de que “en lugar de buscar una solución, buscamos un culpable”.

Resolución de un recurso de devolución
de IBI del Ayuntamiento de Almería
Y dado que somos la octava ciudad con el IBI más caro de España, como consecuencia de tener el cuarto valor catastral más caro, espero que nadie se moleste si digo que el Gobierno municipal debería de ser más humilde y no ponerse medallas por sus “bajadas de coeficientes”, en tanto han contribuido a que el valor catastral del metro cuadrado de una vivienda en Oliveros, en Almería, sea casi tres veces mayor que el de una vivienda en la calle Príncipe de Vergara de Madrid (lugar en el que tiene su residencia el ex-tesorero Luis Bárcenas), mientras ciudades en las que la renta es mayor, tales como Bilbao, Valencia..., tienen una presión fiscal municipal más baja.

Cualquiera se preguntaría: ¿Cómo hemos llegado a esta situación?. Quizá sea justo reconocer que algunos nos dimos cuenta y en 2014 presenté (bueno lo hizo mi compañero JLR, en nombre de UPyD) una moción para que el alcalde solicitara la revisión de los valores catastrales. En aquella ocasión ni el Gobierno ni la oposición (PSOE, IU)  pensaron que fuera importante este asunto, y ni tan siquiera fue discutido.

Hace unos días el PSOE y C's proponen lo mismo y el Ayuntamiento, “al quite”,  aprueba la moción pero indicando que “lo estamos estudiando”, lo que quiere decir que la moción pasa al grupo de mociones aprobadas y que se aplicarán tarde, mal o nunca. Eso sí, el Ayuntamiento apunta que ha solicitado una reducción del valor catastral lineal, es decir, “adherirse a un decreto dictado por el Gobierno en los presupuestos que permite reducir a todos los inmuebles, por igual, su valor”.

La adhesión al Decreto que reduce los valores catastrales y por tanto nuestra factura de IBI  se solicita por los Ayuntamientos y lo concede el Gobierno central si cumple una serie de características entre la que destaca el hecho de que el precio de la vivienda haya bajado sensiblemente. Digo esto después de comprobar que son pocos los Ayuntamientos a los que se le ha concedido (no sabemos si muchos lo han solicitado) y que este mismo Ayuntamiento podía haber pedido la bajada tres veces, y no lo ha hecho hasta que la oposición ha solicitado la revisión de valores.

En resumen, en 2008 subimos de media el valor catastral un 235%, en 2013 lo bajamos un 27%, en 2014 se pide la revisión catastral pero nadie lo considera importante, en 2016 se solicita de nuevo y el Gobierno del PP dice que va a solicitar adherirse al Decreto de reducción lineal del valor catastral. Somos la cuarta ciudad con el valor catastral más alto y la octava con el IBI más caro. Y eso sin contar los planes del Gobierno para modificar de forma lineal el IBI de las fincas rústicas, cuestión esta que tiene levantados a los agricultores de media España, pero que apenas ha tenido eco en Almería.

En cualquier caso, no desesperemos. La oposición ha hecho lo que debe, es decir, presentar una moción; el Ayuntamiento, lo suyo, decir que llegan tarde y que ya hace algo (no lo que pide la oposición por bueno que sea, hace otra cosa); y los ciudadanos seguimos pagando uno de los IBI más altos de toda España.

Seguramente esto pasa porque en Almería  no se ha creado la “Plataforma por un IBI y Valor Catastral Justo” tal y como se hizo en Vélez-Málaga, no hemos tenido actos y reivindicaciones publicas como los organizados por la AAVV de Sant Feliu de Llobregat, ni hemos llevado la valoración catastral ante los tribunales, tal y como hizo la Unión de Consumidores de Extremadura o José Luis Ballester, vecino de Chiclana quienes plantearon contenciosos sobre los valores catastrales aplicados en sus municipios y consiguieron sentencias favorables.

Aquí en Almería, los ciudadanos, recostados en el sofá, nos “cabreamos” con lo que hace el Gobierno o lo que dice la oposición, nos alteramos en la barra del bar lo más grande, pero al fin y a la postre “de ahí no pasamos y pagamos”.

De recibos y ventoleras

Antonio Quesada
@AntonioFQuesada

Los almerienses somos de naturaleza tranquila. Solemos quejarnos poco y, si lo hacemos, normalmente la crítica no va más allá de los comentarios que realizamos entre el grupo de amigos, de vecinos o en el entorno familiar. Es decir, somos vehementes de boquilla pero a la hora de la verdad muy suaves ante la reclamación.

Resolución de un recurso de
devolución de IBI en Almería
Nuestro carácter, para bien o para mal, se ha moldeado a golpe de ventolera, las que vienen fresquitas de Poniente y las calurosas de Levante. Entre vientos, en cambio, andamos por lo visto desamparados, buscando esa poquita de brisa que nos señale el camino. Así, hemos ido soportando -no me cabe en la cabeza otra explicación- una subida tras otra de los servicios municipales que recibimos del Ayuntamiento y que quien más y quien menos se las veas y se las desee para hacer frente a las habituales y descomunales facturas que nos pasan.

Lo sufrimos, especialmente, con el IBI que está por encima de ciudades como Madrid o Sevilla, según el estudio que hizo público el pasado año la Agencia Tributaria del Ayuntamiento de la capital de España. Sin embargo, el Levante, que sopla en verano –cuando se paga este impuesto- nos deja tiesos. Es lo que tiene.

El sablazo del IBI es insufrible para muchas familias, que tienen que destinar gran parte de su nómina a pagarlo. Si además, tienes hipoteca -quién no la tiene- ese mes toca pagar la luz y te sale un imprevisto, estás literalmente muerto. Pagamos tanto y con tal desmesura que no hay economía familiar a la que el Ayuntamiento no le haga un agujero.

Ahora, con el Poniente azotando, hemos conocido que la ciudad de Almería está a la cabeza de una nueva estadística perniciosa para nuestros bolsillos: el agua que sale por nuestros grifos es cada vez más cara y estamos entre las capitales andaluzas donde más subió el recibo de este servicio durante el pasado año.

A poco que nos descuidemos, este ventarrón también nos lleva por delante.

El IBI de Oliveros, más caro que el del Barrio de Salamanca de Madrid

José Luis Raya
Coordinador de UPyD Almería

Todo el mundo entiende que por un piso en el centro de Almería se pague más que por uno en el Barrio San Luis o en El Alquián, pero que un piso en Oliveros (centro de Almería) tenga un valor catastral más elevado que otro en el Barrio de Salamanca, en Madrid, resulta muy difícil de explicar. Sin embargo, y por descabellado que parezca, viene sucediendo de ese modo desde que, en 2008, se aplicase a los almerienses una nueva revisión de los valores catastrales.

Bárcenas es un afortunado: si viviera en
el Barrio de Oliveros de Almería pagaría
más IBI que por su casa del Barrio de
Salamanca
El hecho podría haber pasado desapercibido (pocos ciudadanos tienen ocasión comparar los valores catastrales de propiedades similares en distintos puntos de la geografía nacional) de no ser por las andanzas del architesorero popular Luis Bárcenas, cuyo proceso judicial nos ha permitido conocer que posee un piso de 315 m2. en el número 34 de la calle Príncipe de Vergara (Barrio de Salamanca, junto a las calles Goya y Velázquez, en plena Puerta de Alcalá), cuyo valor catastral es de 245.888 euros. De dividir los unos entre los otros, obtenemos una tasación de 780’60 €/m2.

El lector que resida en el centro de nuestra ciudad no debería comparar, si desea conservar su buen humor, estas cifras con las de su recibo de la Contribución.

Lamentablemente, el consejo llega tarde para nuestro convecino M. M. P. R., propietario de un piso de 244 m2. (zonas comunes incluidas), quien descubrió con estupor que la valoración catastral de su vivienda ascendía a 443.215 euros, es decir, a 1.816 €/m2. Más del doble que la de Bárcenas en pleno centro de Madrid.

Pero este tipo de tasaciones desmesuradas no sólo castigan los maltrechos bolsillos de los almerienses a través del IBI o de la Contribución, también lo hacen –y de manera muy notable- a la hora de vender la vivienda.

Puesto que la administración pública ha creado la ficción de que el valor de mercado de una propiedad jamás puede ser inferior al valor catastral, el primer problema con el que se encontrará nuestro vecino es el de reflejar el precio real de la venta, puesto que, como seguramente le explicará el notario a la hora de escriturar, de hacerlo, recibirá la famosa “complementaria” de Hacienda, reclamándole el pago de unos impuestos que no se corresponden con la realidad, pero que estará condenado a abonar en cualquier caso.

Así pues, y ante la imposibilidad de razonar con la Agencia Tributaria, nuestro vecino probablemente opte finalmente por reflejar como precio de venta el fijado por el catastro, por más elevado que éste pueda ser respecto al real, y por más mala leche que le provoque el sentirse víctima de una arbitrariedad semejante. A partir de ahí, y tomando como referencia el valor establecido por la administración, que no el real de la transacción, tendrá que pagar el IVA (7%, salvo para viviendas de protección oficial, que tributan al 4%), el ITP* (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales), el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, y el Impuesto sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana (Plusvalía).

A nadie se le escapa que en una situación como la que atraviesa aún el sector inmobiliario, con las actuales tasas de desempleo imposibilitando a los jóvenes el acceso a su primera vivienda, y con la supresión de las deducciones habituales para la compra de ésta; una fiscalidad sobredimensionada a causa de la valoración catastral no beneficia a nadie: ni al comprador, porque descubre que, una vez sumados los distintos impuestos, el precio es sensiblemente superior al que había previsto, y puede, incluso, que se encuentre fuera de sus posibilidades, o que le exija un esfuerzo adicional que ya no está dispuesto a realizar; ni al vendedor, porque se encuentra con que, a los precios actuales, y tras la razia del señor Montoro, probablemente no le interese vender.

Tal fue el caso de otro vecino de nuestra ciudad, J. A. I., de 72 años, quien tras decidirse a aceptar la oferta de un comprador, y cuando calculó las cantidades a las que tendría que hacer frente por los distintos impuestos (sobre el valor impuesto por la administración), tuvo que desistir de hacerlo. “Bien está que malvendas, pero que encima tengas que pagar impuestos de más para no tener problemas con Hacienda… ¡Por ahí sí que no paso!”, me repite cada vez que hablamos de aquel episodio.

El vecino almeiense al que nos referiamos no pasa por ahí, y no debería pasar nadie, porque no tiene sentido que los valores catastrales de Almería sean los más altos de Andalucía, y unos de los más altos de España; porque no tiene explicación que un piso en el centro de nuestra ciudad valga el doble para la administración que un piso en pleno centro de Madrid; y porque es una absoluta necedad continuar apretando la soga fiscal entorno al cuello de un sector inmobiliario que se encuentra de por sí en situación agónica.

El señor Rodríguez Comendador debería reflexionar sobre todo ello, y debería hacerlo cuanto antes, porque esta situación no sólo está costando mucho dinero a los almerienses, sino que nos está costando también puestos de trabajo.

Al Ayuntamiento le falta voluntad para devolver el IBI cobrado de más

Laura
Rodríguez-Carretero
Portavoz de UPyD

El Ayuntamiento no tiene ninguna intención de facilitar a los ciudadanos la devolución del dinero cobrado de más en los recibos del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) durante cinco años. Tras las declaraciones realizadas en el último Pleno municipal por parte de la concejala de Hacienda, Rafaela Abad, y del Alcalde Rodríguez Comendador, manifesté que alegando prescripciones y otras argucias legales lo único que se pretende es dejar de devolver a los ciudadanos el dinero que les fue cobrado irregularmente. 

Nos parece indignante la diferente vara de medir del Ayuntamiento cuando se trata de recaudar multas, tasas e impuestos que cuando se trata de devolver al ciudadano lo que le han cobrado indebidamente.

Igualmente hemos solicitado a los responsables municipales que en vez de buscar excusas para no pagar se dé información fácilmente accesible y comprensible para que los afectados puedan reclamar las devoluciones y se dote una partida presupuestaria para el pago de las mismas.

La sonrisa de Pinocho

Juan Carlos Usero
Presidente de la Diputación de Almería y candidato a la Alcaldía

No creo que necesite explicarle, respetado lector, quién era Pinocho, aunque sí me permito reclamar su atención en estas líneas para hacer una brevísima reflexión sobre la sonrisa de este muñeco de madera, hijo, como saben, de Maese Gepetto. Quiero plantear el dilema sobre si las mentiras de Pinocho horadaban su moral o si, por el contrario, las profería como si fueran verdades, entregado a la causa que las motivaba. Sólo bajo esta segunda premisa se podría explicar el insólito hecho de que estos chicos de derechas que gobiernan el Ayuntamiento de Almería se hayan presentado, nada menos que cuatro veces, ante la sociedad almeriense afirmando que han bajado nuevamente el IBI. Y es insólito, digo, porque si arriesgan a la verdad, ya que no hay nada más fácil de comprobar por todos los ciudadanos que las falsedades referidas al recibo de la contribución, pues la mayoría de nosotros tenemos varios de ellos en casa para constatar que, lejos de reducir su cuantía, no ha dejado de subir de forma desproporcionada, y que, además, lo ha hecho con más descaro desde que estos señores de la derecha ocupan el Ayuntamiento de todos los almerienses. Podrán gastar montañas de dinero público en pagar esos ríos de tinta con los que tratan de hacernos ver lo blanco negro, pero la verdad no tiene más que un camino y es que el IBI nuevamente sube, y mucho.

El maremagno de datos con que han envuelto el asunto puede resultar tedioso pero lo que todo el mundo tiene claro y es una realidad palpable es que cada año pagamos más, por mucho que se empeñe el equipo de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador en anunciarnos todo lo contrario.

Cuando apenas acabamos de digerir el último recibo del IBI, vuelven a la carga y aseguran que en 2011 'volverá a bajar'. Siguiendo sus indicaciones, podríamos pensar que va a bajar pero, lo cierto es que volverá a subir. Los ciudadanos pagaremos más que el año anterior, de eso no les quepa duda, al igual que ha pasado este año. El Ayuntamiento lo único que va a hacer es bajar de manera imperceptible el coeficiente que se aplica al IBI, que es el único concepto que puede variar según el criterio de cada ayuntamiento. Este porcentaje, por ley, podrían bajarlo hasta un máximo del 0,400 pero han preferido mantenerlo estos años en torno al 0,600 porque ese les deja margen para salir una y otra vez a la palestra a anunciar inapreciables bajadas que en nada contribuyen a aliviar la carga de los contribuyentes.

Este gravamen se tuvo que haber bajado en el recibo de 2008, que, como seguro recordarán, fue el primero en el que sufrimos una subida exponencial de dicho impuesto, subida que se justificó en la revisión del valor catastral de los inmuebles, como ocurre cada 10 años, pero también en el hecho de que el Ayuntamiento mantuviera ese coeficiente en el mismo nivel, en lugar de rebajarlo para contener el incremento.

Lo que no hizo entonces, cuando nos quedamos atónitos al ver los ceros de la cifra que teníamos que pagar, es lo que nos van vendiendo ahora por fases. Pero no se dejen engañar. Mientras la normativa permite que este tipo se baje hasta un 0,400, en la capital se acaba de fijar en un 0,575, lo que se traduce en que en 2011 nuestro recibo volverá a ser más caro. No en vano, desde 2007 hasta 2010, el incremento ha sido de entre un 40 y un 50 por ciento. Lo único que les honra es la capacidad de copiar iniciativas socialistas cuando les conviene, como la referida a la “cuenta 10”, que ya incorporábamos nosotros en el programa electoral de Nono Amate para el fraccionamiento de pagos.

Desde el Grupo Municipal Socialista, del que formo parte como concejal, no nos hemos cansado de hacer propuestas durante estos tres años para amortiguar la subida a los contribuyentes y bajar el tipo hasta el mínimo que permite la ley, que es lo que se tendría que haber hecho, si realmente se pensase en los ciudadanos. Lo que ocurre es que, por la vía de la subida del IBI, el gobierno del Partido Popular obtiene mayor liquidez para gasto corriente, eso sí, a costa de asfixiar a los ciudadanos, sin importarle que muchas familias pasen las noches en vela pensando cómo se las ingeniarán para hacer frente a sus facturas. Me consta que muchos ciudadanos empiezan ya a estar hartos de cuentos porque la realidad de una factura supera con creces el universo multicolor que estos chicos se empeñan en pintar ante nosotros.

Comparecen sus recibos de IBI


Juan Carlos Usero
Presidente de la Diputación de Almería y candidato a la Alcaldía de Almería
 
Insólito. El recibo del Impuesto de Bienes Inmuebles, IBI, o contribución, como se denominaba antiguamente, sube año tras año, mientras que el Ayuntamiento de Almería se empecina en anunciar, también año tras año, que va a bajar este impuesto. Una desafachatez. Y como muestra un botón: compare su recibo de 2009 con el que acaba de pagar de 2010 y verá cómo el importe se ha incrementado, a pesar de que también el año pasado el concejal de Hacienda hizo un nuevo anuncio de bajada del tipo. No son palabras, sino hechos. Miren y comparen.

Le podemos dar todas las vueltas que se desee a la tortilla pero, al final, lo que quedan, como siempre, son los datos. Y el hecho es que los almerienses, año tras año, tenemos que rascarnos más el bolsillo para hacer frente a este impuesto que el equipo de gobierno de la derecha ha dejado incrementar entre un 40 y un 50 por ciento durante los últimos tres años.

Si es cierto que con la revisión el valor catastral que se realizó en 2007, como marca la normativa cada 10 años -la anterior fue en 1997-, se incrementó el valor catastral de las viviendas, y por tanto, el IBI, existe un concepto que gestionan los ayuntamientos, que es el tipo de gravamen, que se tenía que haber bajado en 2007 para que los almerienses experimentasen la subida de forma gradual y no de golpe. Este tipo es el margen que tiene el Ayuntamiento para habernos hecho a todos esta subida más suave pero, sin embargo, optaron por mantenerlo, a pesar de que sabían que el recibo de 2008, tras la revisión, iba a ser enormemente más costoso que el del año anterior. Entonces el tipo del 0,755 -el que dice ahora el concejal de Hacienda, Pablo Venzal, que va a bajar- se mantuvo para 2008, a pesar del enorme sobreesfuerzo económico que iba a suponer para los contribuyentes.

Desde aquel momento, a través de mociones, de intervenciones en los plenos, en las reuniones de portavoces, en ruegos y preguntas, los concejales del Grupo Municipal Socialista, del que formo parte, nos hemos hartado de hacer propuestas al equipo de gobierno para reducir el tipo en el momento de inflexión y hacer más asequible ese incremento. Ya en 2007 les propusimos bajar el tipo al máximo que permite la ley, al 0,400, y se mantuviera de forma constante durante los 10 años siguientes a la próxima revisión catastral, pero no lo aceptaron. Han preferido mantener el gravamen, y no sólo eso, además tienen la desfachatez de decirle a los almerienses que les van a bajar este impuesto. ¿Qué pretenden? ¿Tomarnos el pelo? Los números demuestran que con el nuevo anuncio de establecer este coeficiente en el 0,575, que Venzal se atreve a calificar de bajada, el próximo año, el recibo del IBI de 2011 volverá a ser más caro que el de 2010. No son palabras, son hechos. Busquen sus recibos, miren y comparen.