Roberto Ruiz Oliva
Periodista
A semejaba de la batalla que Don Quijote libró junto a su fiel escudero, 
Sancho Panza, contra molinos convertidos en gigantes, los ecologistas se 
concentraron en la mañana de ayer a las puertas del Tribunal Superior de 
Justicia de Andalucía (TSJA), sito en Granada, para denunciar irregularidades en 
el procedimiento abierto por el hotel El Algarrobico, en primera línea del 
litoral almeriense.
«En un lugar de la costa, de cuyo nombre no quiero acordarme, hace ya algunos 
años que corruptos y especuladores, de los más variados pelajes, vinieron a 
acordar construir un monumento a la avaricia y la sinrazón…». Así dio comienzo 
una particular representación en la céntrica plaza Nueva de Granada, cuyo 
protagonista fue el macrohotel de 21 plantas y 411 habitaciones, que fue 
autorizado primero por la Junta y luego denunciado por ésta, logrando que la 
justicia paralizara las obras.
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| Foto: Elcorreoweb | 
Vecinos, turistas e incluso algún que otro magistrado fueron sorprendidos en 
plena calle por el mismísimo Don Quijote y su escudero, que escribieron ayer un 
nuevo capítulo de la famosa obra de Miguel de Cervantes, cambiando–eso sí– sus 
escenarios y a algunos de sus protagonistas. El penúltimo episodio de esta 
«historia interminable», convertida en un auténtico galimatías jurídico, ocurrió 
precisamente en la sede del TSJA, que hace unas semanas sentenció que el terreno 
del término municipal de Carboneras, en el parque natural Cabo de Gata-Níjar, 
donde se ubica el hotel, es urbanizable.
En lugar de molinos de viento, rebaños de ovejas o pellejos de vino, ahora 
los ecologistas libran su particular batalla contra los grandes intereses 
inmobiliarios, los políticos «de todos los colores», las administraciones y 
hasta «los mismísimos jueces», señaló un enérgico Sancho Panza.
De hecho, la 
plataforma Desmontando el Algarrobico, integrada por grupos sociales, culturales 
y ecologistas, convocó ayer esta particular protesta para exigir la recusación 
de cuatro magistrados del alto tribunal andaluz.
El colectivo respaldó así la 
querella criminal presentada ante el Supremo por la asociación Salvemos Mojácar 
por presunta prevaricación contra el presidente y los tres magistrados de la 
Sala de lo Contencioso-Administrativo que ha dictado la última sentencia. 
También apoya la petición de Greenpeace a la Fiscalía Especial contra la 
Corrupción y la Criminalidad Organizada para que estudie si la sentencia que 
declara urbanizable El Algarrobico puede ser constitutiva de delito, al entender 
que contradice veinte resoluciones judiciales que inciden en la ilegalidad del 
hotel.
De esta manera, explicó Jaime del Val, portavoz del colectivo, la plataforma 
aprecia «graves irregularidades» tanto de los jueces que dictaron la referida 
sentencia como del presidente de la sala, Rafael Toledano. Entre esas 
irregularidades, está el cambio «repentino» de sección del pleito que dio lugar 
a ese «contradictorio» fallo, así como las dilaciones «inadmisibles» en el 
proceso y la total «arbitrariedad» de argumentos en una resolución judicial que 
hace prevalecer «el urbanismo contra el medioambiente».
Además, considera que los magistrados habrían vulnerado sentencias del 
Supremo al dictar un pronunciamiento que choca con los anteriores en relación 
con una disposición general como es la norma reguladora del Parque Natural, lo 
que afecta al interés general y genera «inseguridad jurídica».
«Consideramos esencial que el caso lo lleven unos jueces que no pretendan dar 
al proceso un giro de 180 grados», dijo Del Val, que anunció que la plataforma 
seguirá convocando actos de protesta para lograr restablecer la legalidad 
respecto a El Algarrobico, la próxima una manifestación el 10 de mayo en 
Almería.
(El Correo de Andalucía)


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