La herencia envenenada de Ana Rosa Quintana

Emilio Ruiz
@opinionalmeria 

Ana Rosa Quintana dio el salto de las mañanas a las tardes de Telecinco para potenciar una franja horaria de la cadena de Mediaset que se había quedado huérfana tras la liquidación de Sálvame. TardeAR llamó a su programa potenciando con mayúsculas las letras AR -Ana Rosa- para que nadie ignorara cuál era el sello de identidad que le iba a dar. “Cualquier audiencia por debajo del 14 % la consideraré un fracaso”, comentó eufórica el día de la presentación. El programa se estrenó con una audiencia que superaba incluso esa meta, pero poco a poco fue perdiendo fuelle y muchos días tenía dificultades para reunir dos dígitos de audiencia.

Verónica Dulanto y Frank Blanco recibieron la herencia envenenada de Ana Rosa Quintana / Telecinco

Ana Rosa no está acostumbrada a jugar a caballo perdedor y, ante el fracaso de su invento, hizo un viaje de retorno a las mañanas de Telecinco, donde el público es más escaso. También parece que esta batalla la está perdiendo por la potencia de un programa de La 1.

La herencia envenenada de las tardes se la dejó a Frank Blanco y Verónica Dulanto, que, más que un regalo, recibieron una patata caliente. Este viernes, TardeAR –sí, conserva su nombre- ha anotaba un pobre 7,8% de cuota de pantalla, el mínimo desde su creación por la propietaria de Unicorn. Tan solo 613.000 espectadores tuvieron interés por verlo. El futuro del invento de Ana Rosa está más oscuro que nunca.

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