La Familia de la Tele reflota tras el tsunami de críticas

Marián Lozano
@marian65x

La llegada de La Familia de la Tele a RTVE, un simple programa de entretenimiento, ha generado en nuestro país más titulares, comentarios y tertulias que la llegada de Trump a La Casa Blanca. ¿Qué se espera de una televisión pública? Esta es la frase en la que se han apoyado prácticamente todos los críticos en sus alegatos contra el programa producido por La Osa para construir sus narrativas.

La Familia de la Tele, ayer / La 1

¿Verdaderamente es solo la preocupación por una televisión pública de calidad lo que ha generado esta inmensidad de reacciones contrarias a La Familia de la Tele? Para obtener una respuesta, que seguramente no la habrá -no todo es blanco ni todo es negro-, es interesante ordenar cronológicamente el punto de origen de la polémica. Se puede partir de los que no han visto nunca un Sálvame y han puesto el grito en el cielo por no querer una reproducción del programa en “su televisión pública”; seguir con los que instrumentalizaron una campaña contra La Fábrica de la Tele por la emisión de una docuserie que plasmaba la realidad de muchas mujeres que sufren violencia de género; continuar con los periodistas que se hacen eco de una crítica y la reproducen casi con puntos y comas, dándola por suya; y finalizar con el corporativismo de los trabajadores de RTVE, que no quieren producciones ajenas en su medio.

Ante el anuncio hace unas semanas del estreno de La Familia de la Tele en la tardes de La 1, “supuestos consumidores” de la cadena de RTVE presentaban, llenos de prejuicios, su incomodidad ante la presencia en sus pantallas de los antiguos colaboradores de Sálvame. Muchas de las críticas previas al estreno se formularon en términos como: “No queremos personajes zafios en nuestra televisión” o “No permitiremos a individuos con actitudes machistas que atacan a las mujeres”, Algo que demuestra que quienes emitían estas críticas eran, en muchos casos, poco conocedores de la evolución de Sálvame y hablaban de oídas.

Es una obviedad que el extinto programa de Telecinco no ha estado libre de polémicas a lo largo de sus casi tres lustros en pantalla. Estereotipos machistas, faltas de respeto hacia ciertos personajes públicos y la agresividad verbal de algunos colaboradores marcaron parte de su trayectoria. Pero también es cierto que en su última etapa, y ante la demanda de las audiencias, el programa experimentó un giro de 180 grados, corrigiendo muchas de las actitudes señaladas, justo antes de que Mediaset decidiera cancelarlos, supuestamente por motivos ideológicos.

Por otro lado, es bien conocida en el mundo de la televisión la campaña política que se llevó a cabo contra La Fábrica de la Tele tras la emisión de la docuserie Rocío, contar la verdad para seguir viva. No es ninguna idea peregrina pensar que esos mismos sectores que ya batallaron contra La Fábrica de la Tele retomaran sus campañas ante el anuncio de la llegada de La Osa Producciones Audivisuales (antes La Fábrica de la Tele) a la televisión pública. Y al ruido de estos se suman los medios y seudomedios expertos en televisión.

Tras el desfile, afeado por la intensa lluvia en Madrid y algo de desorganización, llega el primer programa en plató. Y solo ha bastado la crítica de un prestigioso analista de televisión, no con poca razón en algunas cuestiones, pero quizás otras subjetivas y bastante duras para ser el primer programa, y un concluyente “esto en la televisión pública no”. Cuestión que aprovechan el resto de periodistas “expertos” en televisión para, como si de una vieja vietnamita reproductora se tratara, generar críticas en el mismo sentido. No sea que yo lleve la contraria, aunque tenga razón, y quede mal en el mundillo.

Durante esta semana, el programa ha querido reconducir el formato ante el miedo a la cancelación, debido al tsunami de críticas y a las bajas audiencias. El jueves, tras una catarsis colectiva de los protagonistas ante la presión que sufren por tanta valoración negativa y un giro radical en su segunda franja con un formato de reportajes y actualidad que recordaba mucho a otro de los exitosos programa de RTVE, España Directo, lograron una pequeña remontada en cifras. Ya el viernes el programa parecía mucho más asentado en sus dos franjas de emisión. La primera, dinámica y divertida, con esa marca inconfundible de la dirección y los colaboradores. Y la segunda franja, con Carlota Corredera y Aitor Albizua a los mandos y algunos de los míticos colaboradores en modo tertuliano serios.

A La Familia de la Tele le han atizado por los cuatro costados. No sin falta de razón en algunas cuestiones, pero, aprovechando que el Pisuerga pasaba por Valladolid, unos se han subido a empujar “el carro de los herejes” y otros directamente han asumido el papel de Inquisición ¿Qué se espera de una televisión pública? Todo el mundo lo sabe…

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