Diego Fernández 'El Lunano', decano de los pastores almerienses

Antonio Torres
Periodista

La producción ganadera nada tiene que ver con la del siglo pasado. Los pastores y ganaderos tienen una dedicación que no es propia de los tiempos actuales. En la zona de Los Gallardos, los ganaderos son dignos de admiración, pero les ocurre, como a la agricultura minifundista, que tiende a desaparecer. Las grandes empresas se imponen.

Diego Fernández 'El Lunano' / Ricardo Alba

La vida en el campo es dura con agua y sin agua, no cabe la menor duda. Es el momento de las grandes empresas. Las malas condiciones de los pequeños ganaderos, las dificultades para organizarse en cooperativas, hace que los jóvenes se dediquen a otras tareas menos duras y no sigan la estela de padres y abuelos. En la actualidad, existen dos granjas de ganado caprino, cabras y ovejas, en Alfaix, regentadas por Damián Cano y Juan Galera Fernández, conocido popularmente por Juan de Maravillas. Cada vez es más difícil ser pastor y los que mantienen la tarea son los hijos de Francisco García Haro y Francisco García Martínez.

Una excepción la representa un pastor de vocación que sigue al pie del cañón y que es merecedor a un gran reconocimiento. En ese sentido, el decano de los pastores de la provincia es Diego Fernández Cazorla, conocido popularmente por El Lunano (Los Gallardos, 1932). Lleva desde 1948 dedicado al pastoreo. Admite que el trabajo es muy sacrificado y que las nuevas generaciones quieren tener vida. Su vida pasa por el campo. En 2021, con 86 años, vendió el ganado, pero viendo que la vida se le podía escapar volvió a recuperar parte del ganado. Es su vida.

Cogerle el “berimbó” es título que utilizó el periodista y escritor madrileño Ricardo Alba Santamaría, expresentador del informativo regional Telesur, de TVE Andalucía, en una de sus colaboraciones para La Voz de Almería. Sobre ese titular pregunté al pastor de Los Gallardos en el otoño de 2023. “El berimbó consiste en cogerle la martingala, o el ritmo, a cualquier trabajo“.  Alba lo describió como un pastor apasionado de su trabajo: “Si te pica la curiosidad de adónde van sus pensamientos en los largos días de caminatas y soledad, él lo tiene claro: en la que está buena, la que está mala, la que come, la que no, y así. Ni radio, ni libro, nada, su rebaño y el campo que, por decir como él dice, este trabajo no es aburrido, es como todos los trabajos, es cogerle el berimbó, que te guste lo que haces”.

Uno de los pastores de Los Gallardos que hacía la “trashumancia” fue Emilio López Amo, natural de Bayárcal, casado con Ángeles Gallardo Martos, fijó su residencia en la calle Nueva de Los Gallardos. Su hijo es Juan López Gallardo (Los Gallardos, 1963), un modelo de currante, hasta el punto de que su vivienda de la calle Rafael Alberti, de Los Gallardos, se la construyó durante los fines de semana, poco a poco, con sus propias manos. Recuerda a su padre trasladando el ganado paso a paso desde Los Gallardos hasta la Alpujarra cada verano. “Ya en los años 70 hacía el traslado sus centenares de cabezas de ganado con su propio camión, pero es notable las dificultades, el sacrificio, que hubo en ese tiempo, sin mecanización en el campo”.

El pastor José Simón, conocido por José de Torcuato (Los Gallardos, 1937-2012), fue el más grande de los ganaderos. Fue uno de los que más apostó por la ganadería y el que tuvo más cabezas de ganado de la historia de Los Gallardos, según el testimonio recogido a varios pastores.  Diego Torres Oller (Los Gallardos, 1966), hijo de Dolores, de la calle La Estrella, y hermano del fallecido pastor Juan Andrés Torres (Los Gallardos, 1958-2022), afirma contundente. “El más grande de la historia ha sido José de Torcuato, que se movía especialmente por la zona de la Ballabona, y mi hermano Juan Andrés llegó a contar con 1.196 ovejas que llevaba a pacer al cortijo Albolunca”.  Ese dato lo confirmó el decano Diego Fernández, cuando nos vimos en la tienda de Noe de la calle Molino: “Quien más ha hecho a lo largo de la historia por la ganadería de Los Gallardos han sido los hijos de Torcuato Simón, Juan y José. También el tío Juan Torres, conocido por el Picante, que procedía de la barriada de La Huelga, y los descendientes de Diego Reyes Morales, familia conocida por los Serrano”.

El actual alcalde de Los Gallardos, Francisco Miguel Reyes Martín (Los Gallardos, 1976), señala con orgullo que su abuelo fue el pastor Diego Reyes Hernández (Turre, 1918-Los Gallardos, 1983), conocido popularmente por el Serrano, debido a su procedencia de Sierra Cabrera, en concreto de la barriada turrera de La Carrasca. Tuvieron una carnicería en el barrio La Luna, actual calle San Francisco de Los Gallardos. 

Otros pastores de mediados del siglo pasado fueron: Andrés Piñero Alonso (Turre, 1904-Los Gallardos, 1989), agricultor y su pequeño ganado que junto a sus cuñados fueron dueños de Los Martos. Su hijo Juan Andrés Piñero Agüero (Los Gallardos, 1927-2010), casado con Tomasa Rodríguez, también agricultor y ganadero, tras su etapa de emigrante en Venezuela, padre de Andrés y Antonio Piñero Rodríguez, nacido en Antas en 1958 y residente en Los Gallardos desde los cuatro años. Tiene muchos trienios en dos grandes empresas como Nila que desde Los Gallardos se extendió por toda la provincia y Probasur, empresa ejemplar de construcción de cubiertas, trabajos de hormigón e impermeabilización, situada su razón social en Almocaizar; en la calle San Francisco estaba José Piñero y su esposa Antonia; el tío José Campos, procedente de El Chive (Lubrín), padre de Estanislao y de Antonio, quienes siguieron la tarea por el término municipal gallardero; Roque, conocido popularmente por el Carloto y su hijo José, se trasladaron a Roquetas de Mar. Tenían la casa y el corral en la calle San Diego y una carnicería con puerta de entrada en la calle Molino, actual comercio conocido por el 24 horas de Los Gallardos que regenta  Clara Meca López (Lubrín, 1974).

A muchos de ellos, ya desaparecidos, se les pudo ver durante buena parte del siglo pasado por las calles del pueblo llevando el ganado y la leche a todos los hogares. Eran tiempos en los que cada casa tenía un pozo y un corral para cerdos y gallinas. El pozo era el frigorífico de la mayoría. Los pastores estaban en las calles a primera hora de la mañana con las lecheras metálicas de un litro, medio y un cuarto de leche. Los Gallardos estaba bien surtido de pastores y lecheros. Con sus cacharras metálicas, vertían la leche recién ordeñada en cazos o botellas de cristal. Era un ejercicio natural, aquella leche fresca de verdad, la crónica diaria del pueblo y de las capitales. Ahí está el ejemplo de la Plaza del Educador de Almería, conocida popularmente por la Plaza de la Leche. Los perros guiando a las cabras y su correspondiente figura del “macho cabrío” o la cantimplora formaban el paisaje de los montes de Los Gallardos, Bédar, Alfaix, Antas, Vera y Turre.

El pastor José Simón y su hermano Juan fueron tratantes de ganado en el buen sentido de la palabra que aprendieron el oficio del padre Torcuato Simón. La familia residió y se crio en el Barrio San Francisco de Los Gallardos. El añorado José Simón y su esposa Josefa Escánez Collado, hermana de Paco del prestigioso restaurante Escánez de Garrucha, criaron y educaron a sus hijos. La dureza de la vida en el campo con días enteros pendientes del ganado contribuyó a que ninguno de los hermanos Simón-Escánez hayan seguido la estela del padre. Hay otros nombres propios como los de Diego Gómez Tudela que fue un gran defensa y compartí infancia y fútbol con el equipo de Los Gallardos CF, Manuel Crespo Jódar, Manuel Crespo Pérez, Juan Torres Piñero, José Torres Piñero y Juan Antonio Crespo Cano, jubilado de Alfaix.

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