Cataluña: nefasto presente y esperpéntico futuro

José-Tomás
Cruz Varela

Adiós a la esperanza. Tras los resultados de las pasadas elecciones del 21-D, Cataluña no podrá recuperar la tan anhelada normalidad. Desmoraliza constatar hasta qué punto el maldito “procés” ha conseguido nuevamente fanatizar a la sociedad catalana, parte de cuyos electores han renunciado a juzgar y examinar la desastrosa gestión de sus líderes, a los que siguen favoreciendo con sus sufragios, a pesar del daño económico y social que ha ocasionado el desastroso secesionismo.

Los votos cosechados por el huído Puigdemont  y el recluso Junqueras, ambos pendientes de un proceso penal, con su victoria, pretenden que sus delitos sean olvidados, algo que no conseguirán, dado que como imputados serán juzgados por rebelión y sedición. El ex presidente de la Generalidad ha logrado con su influencia sobre un considerable colectivo de catalanes alzarse con le hegemonía del bloque separatista a costa de ERC,  lo cual sin duda desembocará en un nuevo enfrentamiento con el Gobierno vía artículo 155 con las consiguientes consecuencias.
Lo previsible, lamentablemente, es que la fuga de empresas retorne e incluso se incremente porque los empresarios necesitan estabilidad política y seguridad jurídica, justo lo que no les proporcionará el independentismo
En lo que respecta al tema económico, lo previsible, lamentablemente, es que la fuga de empresas retorne e incluso se incremente porque los empresarios necesitan estabilidad política y seguridad jurídica, justo lo que no les proporcionará el independentismo.

Sobre el PSC de Iceta poco se puede decir y menos ahora. Al margen de su errática estrategia, con su actitud no representa precisamente una referencia contra el nacionalismo y menos aún con el alarde de ambigüedad de su líder. Por su parte Domenech y Colau ya no son necesarios para disponer de una mayoría.
El fracaso del Albiol merecía la dimisión irrevocable, si bien en su comparecencia se limitó a criticar a Ciudadanos con inoportunas disculpas de mal perdedor
En cuanto al PP, con cuatro diputados, tal resultado supuso un tremendo batacazo. Cuando menos, albergaban mantener el mismo número conseguido en el 2015. El fracaso del Albiol merecía la dimisión irrevocable, si bien en su comparecencia se limitó a criticar a Ciudadanos con inoportunas disculpas de mal perdedor. La formación de Rivera salió de estos comicios muy reforzada y con la intención de ocupar  en el futuro un espacio mucho más amplio en el centro derecha español.
Rajoy repudia el hacer política, pero visto lo visto no le quedará otro remedio, si no quiere verse sobrepasado por otro partido más joven y telegénico
De cualquier forma, con los 36 diputados conseguidos por Cs, vinculándose al PSC y PP, solo sumaría 57 escaños, con lo cual se reproduciría la misma situación previa a las elecciones. Cuestión aparte será cómo los conservadores recomponen su formación de cara a las próximas elecciones generales. Lo que sí queda meridianamente claro es que el PP en Cataluña no goza del más mínimo predicamento. Ciudadanos planteó una campaña totalmente distinta, con un discurso emocional perfectamente expuesto y defendido por Arrimadas. Nada que ver con la perorata administrativa y reiterativa del jefe del Ejecutivo, quedando demostrado que tampoco Albiol es el dirigente más idóneo para superar la crítica y compleja situación catalana. Rajoy repudia el hacer política, pero visto lo visto no le quedará otro remedio, si no quiere verse sobrepasado por otro partido más joven y telegénico.
A partir de ahora, el PP deberá enfrentarse a una situación muy enrarecida: la tensión separatista en la calle será permanente, con manifestaciones y provocaciones de distinta índole
El tan cacareado artículo 155 se estrelló contra las urnas. Para muchos, Rajoy se precipitó apostando por propiciar a la mayor brevedad el derecho a decidir, decantándose la ciudadanía a favor del secesionismo. A partir de ahora, el PP deberá enfrentarse a una situación muy enrarecida: la tensión separatista en la calle será permanente, con manifestaciones y provocaciones de distinta índole. Justo en el momento en que el Gobierno tenía previsto dedicarse por entero a cuestiones urgentes y trascendentes para la nación. Podría ocurrir también que el estado de preocupación derivase en una posible convocatoria de elecciones anticipadas....
El éxito electoral de Ciudadanos en Cataluña convierte a este partido en una alternativa de Gobierno que sin duda aprovechará Albert Rivera para vender su proyecto político en toda España, apoyándose en la victoria sobre el independentismo
El éxito electoral de Ciudadanos en Cataluña convierte a este partido en una alternativa de Gobierno que sin duda aprovechará Albert Rivera para vender su proyecto político en toda España, apoyándose en la victoria sobre el independentismo. Fernando Páramo, secretario de Comunicación y cabeza pensante de Ciudadanos, tiene previsto trasladar al resto de la nación el mensaje de triunfo que les permita presentarse como partido de Gobierno.

Entre los dirigentes del PP y tras el apabullante fracaso, ya comienzan a escucharse críticas sobre diversos aspectos como el haber construido la campaña sobre la aplicación del artículo 155, o la excesiva implicación de Rajoy al que acusan de aparecer como "el perdedor" en lugar de Albiol, etc. Todavía no está escrita la última palabra ni mucho menos sobre esta complicada situación, toma de posesión, dudoso desplazamiento de Puigdemont a España y un largo etcétera. ¡Tiempo al tiempo!

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