La culpa es del tío del taladro

José Fernández
Periodista

Nunca me han gustado las cacerías de brujas, ni tampoco he creído en el pensamiento tribal que nos exime de los peligros y amenazas por medio del sacrificio ritual. Pero lo cierto es que hay mucha gente que lleva en su interior una Salomé (la bíblica, no la eurovisiva) que en lugar de vivir cantando vive pidiendo continuamente cabezas en una bandeja de plata. Pero si la inercia supersticiosa siempre me ha parecido lamentable, mucho peor me ha parecido la solemnización de la burla. Es decir, que te orinen en la cabeza y te digan que llueve tibio. Y eso es lo que, una vez más, ha vuelto a hacer la Junta de Andalucía con Almería.

Amigos de la Alcazaba

Produjo vergüenza ajena (lo que antes se denominaba “alipori”) ver a la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, pretender zanjar el llamado taladrazo de la Alcazaba asegurando que la culpa era exclusivamente del tío del taladro. El daño a la fortaleza provocado por la instalación descontrolada de un andamiaje no lo arregla ni la destitución -disfrazada de renuncia- de la directora del conjunto monumental, ni el emplume con brea del delegado de Cultura, Alfredo Valdivia, alias Mister Berbiquí.

Sin embargo, toda la secuencia antes descrita empeora notablemente con el abuso del desparpajo y el desprecio a la inteligencia que supone tener que aguantar que la máxima responsable de la protección del patrimonio histórico andaluz diga a los almerienses que la culpa de los agujeros en la muralla milenaria no es de la administración competente, la Junta de Andalucía, sino que la tiene el operario que hizo los agujeros.

Pero no nos extrañamos ya de nada. ¿Se acuerdan de aquella delegada de Cultura, Isabel Arévalo, que dijo que las manchas de humedad de la Alcazaba eran “falsas humedades”? ¿Se imaginan que esto mismo hubiera pasado en la sevillana Torre del Oro? ¿Para qué sirve entonces la Junta de Andalucía? ¿De verdad los andaluces necesitamos una consejera de Cultura? Pues siguiendo el razonamiento de doña Rosa Aguilar, sería mejor tener un capataz competente.