Cantoria

Juan Chirveches
Historiador

Gerardo Diego (Santander, 1896 – Madrid, 1987), destacado miembro de la llamada Generación del 27, es, todos lo sabemos, un gran poeta. Compuso el soneto más famoso y perfecto, quizás, de la pasada centuria: el dedicado y titulado Al ciprés de Silos, que muchos expertos señalan como uno de los mejores de la literatura española. Escribió versos redondos y bellos, impregnados de música; alta poesía tanto tradicional como de vanguardia: él declaraba, a este respecto, que le atraían por igual “la tradición y el futuro; me encanta el arte nuevo y me extasía el antiguo”… Fue también músico y, durante muchos años, crítico musical.

Cantoria

En 1979 recibió el Premio Cervantes, el más alto galardón de las letras hispanas. Libros suyos como Soria (1923), Versos humanos (1925), Alondra de verdad (1941), La suerte o la muerte (1963), entre otros, son referencia obligada en cualquier manual de Literatura…

Juan Berbel fue un notable poeta nacido en la cortijada de las Pocicas (Albox) en 1907. Murió en Almería en 1977. Su libro Cielo arriba recibió unánimes elogios de la crítica. Es un conjunto de textos escritos en buena prosa poética, donde muestra su amor por las cosas sencillas del campo y su vocación por la Enseñanza. Libro de gratísima y muy recomendable lectura.

Don Juan Berbel, durante bastante tiempo, a mediados del siglo XX, ejerció como maestro nacional en Cantoria, localidad de la que, además, fue alcalde. Desde nuestro pueblo envió a Gerardo Diego uno de sus libros. Muchos años después el escritor Julio Alfredo Egea (Chirivel, 1926) contó, en un fascículo dedicado a los pueblos del Alto Almanzora, que un día Gerardo Diego, sabiéndole almeriense, le dijo: “Hay por tu tierra un pueblo que para mí, tan amante de la música, tiene el nombre más hermoso que nunca oí. Se llama Cantoria”. Y le refirió que había conocido ese nombre por el libro que don Juan Berbel le había enviado desde aquí.

Para Gerardo Diego, el gran poeta, el mago musical de las palabras, el conocedor de los nombres de multitud de lugares españoles, catedrático de instituto en Soria, en Gijón, en Santander y en Madrid, para Gerardo Diego no había nombre más bonito que el de Cantoria. Ciertamente el de nuestro pueblo es nombre bellísimo; rico en matices sonoros. Combina cierta dureza consonántica central con blanduras líquidas que se derraman por las últimas vocales, trayéndonos ecos de una ría suave y luminosa, cuyas dulces aguas regaran un jardín de notas musicales.

A la etimología de tan bello nombre nos ha acercado el magnífico estudio de don Pedro Lozano Blesa, publicado en el número 2 de Piedra Yllora. Sostiene don Pedro, con muy fundamentados argumentos y amplia cita de autores, que el vocablo Cantoria pudiera ser un teónimo, de origen íbero y celtíbero, formado por dos partes: “cant”, lo blanco, lo brillante; y “oria”, derivado de “ur”, el agua, el río.

De manera que, según eso, podría significar “agua que brilla”, “río luminoso”. Aludiría, probablemente, al Almanzora, que, cuando sale, visto desde lo alto, viene lleno de espejos refulgentes, de luminarias y estrellas líquidas que emiten destellos blancos, como si la corriente fuera un ancho chorro de luz derretida. Lo cual ya observarían los antiguos pobladores.