El ascua, la sardina y el arrimado

José Fernández
Periodista

Puede que una de las razones del enconado distanciamiento entre la llamada clase política y el resto de la sociedad (como si fuera posible entender a los unos sin los otros y a los otros sin los unos) es la fastidiosa manía de muchos políticos por buscar de modo contumaz el rédito para sus siglas. 

Rafael Esteban
Hay ocasiones en las que escucha uno a un político y, de modo automático, salta el chispazo de pensar “mejor habría estado callado” o preguntarse “¿cómo es posible que una persona medianamente inteligente ande enredando con semejante majadería?” Y se me ocurre que si bien todos los partidos políticos deberían mirar con atención este asunto, mucho más aquellos grupos o coaliciones que basan buena parte de su discurso en la aparente disolución de vínculos entre políticos y ciudadanos.

En este contexto debemos situar las recientes declaraciones del portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Almería, Rafael Esteban, pretendiendo reclamar para su coalición el “éxito” del “desbloqueo” de la rehabilitación de la Plaza Vieja. Si todos nos reímos mucho cuando la Junta de Andalucía festejó con un copetín haber traído la A-92 a Almería con “sólo” diez años de retraso, arrimar la sardina política a la gélida ascua que suponen ¡catorce años! de retraso y ruina en la Plaza Vieja (el convenio lo firmó en 2000 el entonces concejal de Urbanismo, Diego Cervantes, también de IU) resulta bastante penoso.

Y eso por no hablar de la desafortunada, pero significativa, elección del término “desbloqueo”, que forzosamente ha de explicarse en la comisión de un consciente bloqueo previo. ¿Es que ha habido alguien que ha estado bloqueando el tema todos estos años, don Rafael?

En fin, ya digo que una cosa es arrimarse a las ascuas y otra bien distinta ponerse a caminar innecesariamente sobre ellas. Y más doloroso que todo eso es pretender arrogarse éxitos venideros donde ahora sólo florece la cochambre.

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