La Legión, 18 años en Viator

Iván Gómez
Jefe de Local de Diario de Almería

En los actos del LXXV aniversario fundacional de la Legión, el 20 de septiembre de 1995, el general jefe al mando de la BRILEG, Carlos Gabari, se dirigió a los más de 4.000 militares desplazados a la base Álvarez de Sotomayor y, en presencia de los Reyes, afirmó que por fin se materializaba el antiguo “sueño legionario” de tener una gran unidad con el deseo de ser la mejor, empleada como punta de vanguardia del Ejército español. Y así ha sido. Terminó su discurso con tres vivas a España, al Rey y a la Legión antes de que entonaran “Soy el novio de la muerte”, el himno de los caballeros legionarios.

En Viator
Aunque la base de Viator fue creada en 1924, inaugurada por el general Primo de Rivera como campamento de tránsito para las unidades que iban y volvían de África tras la sangrienta guerra del Rif, no fue hasta ese año 1995 cuando se produjo el desembarco masivo de efectivos gracias al Plan Norte del Ministerio de Defensa. El 1 de junio partieron los legionarios desde el Campamento Benítez de Ronda en convoy a las seis de la mañana para estar a las doce del mediodía en Almería, tierra con la que desde entonces mantienen un estrecho vínculo y, según el propio Rey Juan Carlos, una “deuda de gratitud” por el cariño con el que los recibió.

En 1995
La creación de la Brigada de la Legión (BRILEG) fue fruto de una resolución del 31 de mayo de 1995 que determina el cambio de ubicación geográfica del mando de la Legión, heredero de la antigua subinspección, desde Málaga hasta Almería. Por otra resolución, del 11 de agosto, de la que exactamente hoy se cumplen 18 años, el Mando de la Legión (MALEG), ya en Almería, pasó a denominarse Cuartel General de la Brigada de la Legión (BRILEG). Era el origen de una de las unidades más prestigiosas del Ejército a la que, tras diversas adaptaciones orgánicas, se incorporarían el resto de las unidades que inicialmente la constituyeron. La BRILEG se organizó sobre la base de los Tercios Don Juan de Austria, 3º de la Legión, y Alejandro Farnesio, 4º de la Legión, a los que unieron las Unidades de Apoyo de la disuelta Brigada XXIII: Grupo de Artillería, Grupo Logístico y Unidad de Zapadores. Todas las unidades se instalaron en la base Álvarez de Sotomayor situada en Viator con la excepción del Tercio 4º que permaneció en el acuartelamiento malagueño de Ronda.

Visita del ministro de Defensa
La fama de pendencieros, de tipos con barbas que celebraban la muerte, preocupó y mucho a los vecinos de Viator cuando se comenzó a plantear el posible traslado a finales de 1993. El Plan Norte del Gobierno contemplaba la conversión de la Legión en brigada y también su mudanza a Almería. Respondía, según se explicó desde Defensa en aquella época, a un cambio sustancial de la doctrina aplicada por el Ejército en la que se concede mayor peso a su implantación homogénea en el territorio nacional y se aumenta la capacidad de participación en misiones con nuestros aliados y con Naciones Unidas. Todo un eufemismo propio de las comunicaciones oficiales de entonces.  ”Ronda se quedará huérfana sin la Legión”, lamentó el portavoz del PP Cristóbal Carrasco. Los empresarios rondeños aseguraban que los legionarios percibían 2.000 millones de pesetas, de los que buena parte se invertían en bienes y servicios de la localidad y se irían para Almería, donde el partido político CDS pidió una consulta previa a los ciudadanos que no llegó a efecto.

Un revulsivo
En Viator ya tenían claro, tanto la corporación municipal como los propios habitantes, que le Legión sería el revulsivo que necesitaban. El primer teniente de alcalde de la época, Cristóbal Urrutia, confiesa que visitaron Ronda para ver si eran formales los legionarios. “Venían de maniobras a la base y tenían mala fama, pero cuando llegaron se difuminó esa preocupación”. La convivencia desde aquel 1995 ha sido “ejemplar” y, de hecho, son muchas las familias de militares que se han instalado en el Bajo Andarax en la última década. Recuerda el que años después sería primer edil que la Policía Militar era bastante severa y en cuanto se producía un mínimo exceso acudían al municipio a buscar a los responsables. A veces los llamábamos desde el Ayuntamiento, pero eran incidentes muy puntuales.

Una visita real
Cuando llegaron a jurar bandera en los tiempos de la antigua mili más de 6.000 soldados en el campamento eran 38 los bares y discotecas y un cine lo que les brindaba el municipio. Una oferta de ocio que pocas localidades tenían en la década de los noventa. Hoy no se concibe la historia de Viator sin la Legión, parece que llevan toda una vida juntos y eso que su relación acaba de alcanzar la mayoría de edad. “Nos pedían la barredora y ellos nos dejaban a nosotros el escenario y sillas cuando organizábamos las fiestas patronales y otros actos oficiales”, añade Urrutia, mano derecha del alcalde Joaquín Álvarez. Este verano, por ejemplo, los cursos de natación de los niños de Viator se imparten en la piscina de la base y no hay año en el que no haga escala el Día de la Bicicleta en el campamento.

Semana Santa
Hermanados con un sinfín de municipios de la provincia, cuyas cofradías se pelean por tenerlos en sus desfiles de Semana Santa, la unidad más popular y joven del Ejército de Tierra es también un referente internacional. Han participado en misiones humanitarias en Bosnia, Albania, Kosovo, Macedonia, Irak, Afganistán, República Democrática del Congo y Líbano. Han sobrevivido a metralla y mortero en su lucha por la paz, un sacrificio que ha estrechado sus lazos con la sociedad almeriense. Más de 200 personas suelen participar, un par de veces al año, en la jura de bandera de civiles. “La Legión siempre ha dejado huella, el que pasa por la base de Viator nunca lo olvida. El lazo de unión se mantiene de por vida”, asegura el subdelegado de Defensa en Almería, Javier Soriano. De hecho, existen colectivos vinculados a esta reciente historia de la BRILEG y Viator como la Asociación Provincial de Antiguos Legionarios y la Asociación de Artilleros de Honor.

Soriano argumenta que la integración fue muy rápida porque parte del personal que ya estaba en la base pasó a formar parte de la brigada y recuerda, entre otros, a personas como el teniente coronel Nieto, con fuerte arraigo en la provincia, que sirvieron de enlace con la sociedad civil almeriense. En estos 18 años, la mayoría de edad de toda una larga vida por delante, la Casa Real ha tenido un estrecho vínculo con los legionarios, especialmente el Príncipe de Asturias. La Legión se fundó con un decreto del abuelo del rey y el busto de Alfonso XIII es lo primero que ve cada vez que visita la base.

Los Reyes
De hecho, los Reyes estuvieron el 20 de septiembre de 1995 en los actos conmemorativos del LXXV aniversario de la fundación de la Legión que coincidieron con la creación de la BRILEG. Los acompañaron en su visita al a base autoridades como el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, la delegada del Gobierno, Amparo Rubiales, el presidente de la Diputación Provincial, por entonces Luis Rogelio Rodríguez, y el alcalde de Almería, Juan Megino. El Rey pasó revista a las tropas e impuso la “corbata” de UNPROFOR (Fuerza de Protección de Naciones Unidas) al guión del Mando de la Legión y al banderín de Cuartel General como muestra de reconocimiento de la ONU a la labor desempeñada por el contingente en el conflicto de la antigua Yugoslavia.

Descubrieron una placa conmemorativa de su estancia y departieron con los militares en el comedor. Ese especial apego y cariño del monarca y su familia con la BRILEG se ha puesto de manifiesto en los momentos más difíciles como la reciente muerte de los tres artificieros en mayo. Han sido 17 militates los que han perdido la vida desde que la Legión tiene base en Viator. Cinco en muertes en accidentes producidos durante las maniobras y prácticas que se realizan en el campamento y otros doce en misiones internacionales por diferentes países.

Modificaciones
A lo largo de su historia, la Brigada de La Legión ha sufrido varias modificaciones en su orgánica que han hecho variar su estructura interna como, por ejemplo, la creación de la Bandera de Cuartel General el 15 de abril de 1997 al amparo de la Norma General 7/97 EME que reunió a las diferentes unidades que dependían directamente del general de la brigada como la Unidad de Cuartel General, la Compañía de Defensa Contracarro, la Unidad de Inteligencia y la Unidad de Transmisiones, además de la Unidad de Música de la Brigada. Posteriormente, por Real Decreto 416/2006, la Compañía de Transmisiones volvió a segregarse de la Bandera de Cuartel General para depender directamente del General.

Por este mismo Real Decreto se creó en el seno de la Brigada una unidad de caballería con el nombre de Grupo de Reconocimiento de La Legión, se recuperaba la tradición y capacidades de este tipo de unidades cuya presencia en La Legión había perdurado hasta el 30 de junio de 1988, fecha en la que el Grupo Ligero de Caballería “Reyes Católicos” fue desactivado. La Brigada de Infantería Ligera Rey Alfonso XIII, II de La Legión, es la Brigada más joven del Ejército y la Unidad más grande de La Legión, con más de dos mil efectivos. Ha alcanzado la mayoría de edad en Viator, un municipio que en los noventa les abrió sus puertas y con el tiempo les ha abierto también el corazón de sus vecinos. Son los primeros 18 años de toda una vida.

1 comentario: