Portavoz del Grupo Municipal de IU-LV-CA
Bruselas parece ser un buen lugar para dar ejemplo y exponer las mejores 
intenciones municipales. Y hasta allí se ha ido nuestro alcalde y senador del 
Partido Popular, Luís Rogelio Rodríguez Comendador, acompañado por sus 
concejales de Alcaldía y Obras Públicas, Carolina Lafita y Manolo Guzmán, 
respectivamente. Gracias a los medios de comunicación locales, el grupo político 
que represento, Izquierda Unida, ha conocido de este viaje. Y por la prensa 
también hemos conocido el modelo de casco histórico que quiere el Partido 
Popular para nuestra ciudad.
Han tenido que pasar nueve años y medio para 
que nuestro alcalde senador del PP se haya dado cuenta de que Almería tiene 
casco histórico, y digo esto porque lamentablemente en las tres corporaciones 
que lleva ejerciendo como tal poco ha hecho por esta zona emblemática de la 
ciudad. Nuestro alcalde ha estado muy ocupado en realizar concesiones 
administrativas nefastas para los bolsillos de los almerienses, como el caso 
Telvent; en privatizar patrimonio público municipal para destinarlo a negocios 
privados (caso Escuela Municipal de Música o caso complejo deportivo 
Almadrabillas); en gastar ingentes cantidades de dinero público en decoración 
urbana (caso Faluca), o en firmar convenios urbanísticos leoninos para los 
intereses de los ciudadanos. Eso sí, nuestro alcalde supo cortar muy bien las 
cintas de inauguración de las obras que otros proyectaron en la corporación 
anterior (urbanización de El Toyo, Edificio Polivante (hoy por fin puesto en 
valor después de siete años cerrado), casas para jóvenes, Estadio Mediterráneo, 
etc.).
Y tras esos nueve años de dudosa gestión y repleta de sueños 
propios de nuevo rico (recuérdese el planeado Palacio de Norman Foster), nuestro 
alcalde senador nos sorprende con el modelo “slow city” para el Casco Histórico. 
Al parecer quiere convertir esta zona en un lugar sin estrés donde el tiempo 
fluya sin agobios y sin prisas. ¡Qué bonito!
En España, solo siete 
localidades poseen este reconocimiento. Entre los requisitos que deben reunir 
una ciudad o pueblo para alcanzar este distintivo del llamado “movimiento lento” 
que garanticen el buen vivir de sus gentes se encuentran el uso de energías 
renovables, una legislación coherente con la Naturaleza o poseer una 
arquitectura medioambiental. Y de esto parece que el casco histórico almeriense 
no tiene mucho.
Tengo que reconocer que en este sentido, nuestro 
alcalde del PP sabe de lo que habla porque precisamente en sus nueve años en el 
consistorio, ha venido practicando ese movimiento lento y tranquilo para nuestro 
casco histórico. Desde que tomara posesión en el año 2003, algunos ejemplos 
demuestran el slow de nuestro alcalde: la rehabilitación de la Casa Consistorial 
y Plaza Vieja, frenada; la rehabilitación privada en el Casco Histórico, parada 
desde hace dos años; el acondicionamiento paisajístico de la Hoya y San 
Cristóbal, parado; los alrededores de la Alcazaba, parado; solares municipales, 
como la antigua perrera, sin desarrollar, parados; el patrimonio municipal como 
el solar de la calle Arráez previsto para uso municipal, parado; la 
rehabilitación del antiguo Hospital Provincial, “ni está ni se le espera”, como 
dice el dicho popular, etc.. Estos proyectos municipales necesarios para la 
reactivación de la vida económica, social y cultural del casco histórico se 
encuentran en estado “pausado”, como el slow anunciado por nuestro alcalde. En 
definitiva, nueve años perdidos en el casco histórico que ahora quiere borrar el 
PP con un viaje a Bruselas para enseñar el proyecto del Mesón Gitano y poco más, 
y porque paga Europa: catorce millones de euros.
El Ayuntamiento de 
Almería ha desaprovechado la oportunidad de mejorar nuestra zona más simbólica 
de la ciudad en los últimos años. El alcalde senador y todo su equipo llegaron 
al Consistorio cuando las arcas municipales se encontraban más llenas y 
prefirieron gastarlas en suntuosidad, en el centro urbano o en museos que 
permanecen cerrados a cal y canto.
De nada sirve lamentarse ya. Pero por 
favor, Sr. Alcalde, no más slow en nuestro Casco Histórico.

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