El "embahadó"

José Fernández 
Periodista 

En Nuestro hombre en La Habana, Graham Greene cuenta la historia de un inglés (vendedor de aspiradoras, por cierto) que, estando al frente de una delegación comercial en la Cuba previa al castrismo, decide aceptar una oferta de los servicios secretos británicos para actuar como espía en la isla y pagar así los estudios de su hija. Pero como el buen hombre no valía para agente secreto y tampoco había demasiados asuntos que espiar, acaba inventándose informes falsos y mandando planos de sus propias aspiradoras asegurando que eran peligrosos artefactos explosivos. Es, probablemente, uno de los mejores y más divertidos relatos de la necesidad de buscar una ocupación que justifique un sueldo.

Antonio Lucas
Y me he acordado de eso al leer unas declaraciones del nuevo “representante” de la Junta de Andalucía en Madrid, Antonio Lucas (exalcalde de Olula), asegurando que su puesto, lejos de ser decorativo, es “imprescindible”. Ya ven que a veces la política es el arte de corregir errores aumentándolos. Si tenemos en cuenta que el señor Lucas sustituye a otro almeriense, Julián Martínez, para el que se diseñó este cargo de modo que pudiera estar en la capital de España con su novia, la inconsistente y zapateril (valga la redundancia) ministra Bibiana Aído, comprenderán que el desacierto no se elimina, sino que se potencia. Así que ahora tendremos a otro paisano continuando esas  nebulosas labores de “embajador andaluz” en Madrid, como si alguien en Madrid no supiera, como dice la copla, cómo reluce la calle Alcalá cuando suben y bajan los andaluces. Pero claro, no vamos a comparar al maestro Rafael de León con todos estos diplomáticos de opereta.

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