El paro de larga duración en Almería

Javier Menezo
Letrado del INEM
La sobredosis de informaciones sobre el paro hace que algunos pasen desapercibidos, y de ellos hay uno que, especialmente en Almería, tiene importancia. No sólo porque demuestra por lo que hemos pasado, sino, sobre todo, nos indica que el camino será largo. Ese dato es el del tiempo en desempleo. Hemos pasado un verano que no ha tenido malos datos de paro en nuestra provincia y, paradójicamente, quizás eso sea lo malo. En los viejos tiempos precrisis, Almería registraba en verano un incremento del desempleo que nos hacía abrir los telediarios.
Evolución del paro de larga duración
A la interrupción del trabajo en los almacenes se sumaban las vacaciones en Construcción, la incorporación de jóvenes al mercado laboral y la llegada de mano de obra extranjera, que no se compensaba del todo con las contrataciones turísticas. Luego, al llegar el último trimestre, el empleo crecía y, por poner un ejemplo, en octubre se llegaban a firmar más de 35.000 contratos de trabajo. Temporales, es cierto, porque la contratación indefinida nunca ha sido muy popular en nuestro mercado laboral, a pesar de las más de 53 veces que se ha reformado el Estatuto de los Trabajadores, con el objetivo, más bien deseo, de fomentar el empleo indefinido. Y así fueron las cosas durante quince años.

Eso ya ha cambiado. La Construcción está en vacaciones perpetuas, los flujos migratorios toman la dirección opuesta y muchos jóvenes no buscan empleo porque sus esperanzas de encontrarlo son escasas. Así, el trabajo en Hostelería y el alargamiento de la campaña agrícola ha servido para que dulcificar las cifras del verano. Pero, bajo la superficie, está lo preocupante, el dato a que me refería antes. La composición del paro registrado en Almería según tiempo en esa situación ha dado un vuelco.

En agosto y por primera vez desde que existe el registro del paro (nótese la seriedad que le he dado a la frase) las personas que llevan más de dos años apuntadas al paro se han convertido en el grupo más importante, el 19,42 % del total. Así que no son parados de larga duración, lo son de larguísima. Tradicionalmente era un porcentaje que en nuestra provincia no superaba el 7 %, es decir 13 puntos menos. Si sumamos los otros parados de larga duración, los que llevan entre uno y dos años, llegamos al 38,30 %.

Es decir, justo lo contrario de lo que hemos visto durante quince años. Antes la mayoría eran los que llevaban poco en paro, ahora lo son los que llevan muchos. Los mismos porcentajes, pero invertidos. Cuanto más tiempo en paro más dificultad para volver al empleo y, en ese marco, no tiene ni justificación ni lógica recortar las políticas activas de empleo.

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