266 días de soledad


Mar Verdejo
Ingeniero Paisajista
266 días, 40 semanas, 9 meses de tristeza absoluta, en soledad, sintiendo cómo un nuevo ser crecía en su vientre. Mujer, inmigrante, sin techo que la cobijara, sin trabajo que la alimentara, y abandonada por su pareja al saber que estaba embarazada: dio a luz sin ayuda. Nadie la consoló, ni la limpió, ni cuidó de ella y de su bebé. ¡A saber en qué condiciones lo hizo! Imagino que en un sitio frío y oscuro, lleno de carencias, sin solidaridad y amor.  Lo hizo en una tierra cada vez más injusta y crue con los que vienen a buscar un horizonte, y a los que vamos a agredir quitando los derechos fundamentales de las personas. Cerramos fronteras, los hacinamos en centros de internamiento y les vamos a negar el derecho a la asistencia sanitaria. Y mientras, ellos, de manera abnegada, trabajan entre nosotros, cuidando a nuestros hijos, a nuestros enfermos, a nuestros familiares: están con los que más queremos.
No fue atendida ni en la gestación ni lo fue en el parto, desoladora situación de desesperanza infinita. Esta vez no ha sido motivada aún por los recortes. Con una nota que decía “Es lo más duro que he tenido que hacer en mi vida”, dejó a su hijita de seis horas de vida en la puerta de una guardería. Este caso nos ha tocado la fibra, ha salido en los medios y nos ha dejado atónitos y emocionados ante la valentía de esta mujer que intenta tener una vida digna, y que seguro, hasta el último momento, también tuvo la esperanza de dársela a su hija recién nacida, juntas compartiendo “el proyecto de vida”.
La sociedad, no puede permitir los recortes planteados por el Gobierno. Con los recortes propuestos en sanidad van a agredir los derechos fundamentales de las personas, y dan una imagen falsa, con datos estadísticos camuflados de los  inmigrantes, que  interpretan según interesa. No podemos permitir unos recortes, en este caso, los propuestos en sanidad, porque supondrán una amenaza para toda la sociedad, pues dejan fuera de control a colectivos enteros. La sociedad sufrirá aún más un empobrecimiento, y no sólo lo harán los colectivos a los que discriminaremos con los derechos fundamentales contemplados en la Constitución Española y el Estatuto Andaluz. Las próximas medidas, que son de gran calado, en sanidad, y de las que realmente no sabemos mucho, las van sacando poco a poco como un mago y  su chistera.
El miedo a la situación económica y social que estamos padeciendo agónicamente, y que parece que no tiene fin, hace que alarmantemente esté aumentando la xenofobia. Los grupos fascistoides van tomando auge en una Europa incierta. Hay que movilizarse y concienciar a nuestro entorno para evitar profundizar en los pensamientos racistas y xenófobos. Juan Goytisolo, en su artículo “‘Apuntes para una película invisible’”, publicado en El País, explica cómo en los años 60 los emigrantes españoles forzados a buscar un trabajo digno (cuenta cómo José Ángel Valente era testigo en Ginebra), recién llegados a la estación, eran separados del resto de pasajeros y desinfectados antes de pisar suelo suizo. Hoy, esto nos parece increíble que nos lo hicieran, pero hace unos pocos años los españoles no éramos dignos para los “limpios” suizos. Espero que estemos a la altura de las circunstancias y que seamos, entre todos, capaces de hacer un mundo mejor, más solidario, equitativo y humano, y que la “mamá valiente”, si quiere, pueda disfrutar con nosotros de las travesuras de su hija.

3 comentarios:

  1. Esta constituciòn,,,,y estos partidos que nos gobiernan,,,,partidos y sindicatos,,,estàn deslegitimizados. Ante estas circunstancias solo nos queda salir a la calle y crear las Asambleas Constituyentes

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  2. Es tan evidente, Mar. No hay más ciego que el que no quiere ver. Hay recortes que, en breve, y por desgracia, vamos a pagar todos. Y lo que hoy es un recorte será un gasto extra.

    Estos recortes son, en mi opinión, mala gestión.

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  3. Totalmente de acuerdo Mar. Nuria desde Gijón.

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