Martín Soler y José Luis Aguilar

Juan Torrijos
Periodista

Dos políticos que han tenido mucho poder dentro de sus respectivos partidos acaban de ser jubilados de sus cargos públicos. Martín Soler, el que fuera principal gallito del PSOE en Almería durante años, no cuenta en estos momentos con la confianza de la militancia socialista para ir en la lista de su partido al parlamento andaluz. José Luis Aguilar, que durante años ha estado al frente de la coordinación del PP como segundo gallito provincial, se ha encontrado que ya no cuenta con la confianza de sus jefes políticos en Almería y Sevilla. Dos despedidas que tienen su importancia personal, pues los dos han marcado a sus formaciones durante algunos años. La diferencia es que mientras el PP está en el poder y con futuros cargos a repartir si se quiere recuperar a Aguilar, o a cualquier otro militante hoy caído en la desgracia de perder escaño.

En el PSOE, tras el veinticinco de marzo, la situación se puede convertir en totalmente distinta. Martín está sufriendo en sus carnes políticas lo que él le hizo a Nono Amate, con el agravante para el primero de que entonces el PSOE tenía puestos de trabajo político a mogollón para casi todos los militantes, críticos o no, caso como el de la presidencia de la autoridad portuaria. Ahora esos puestos penden de un hilo, tan-delgado-tandelgado, que todo indica que se puede romper el mes que viene. La situación para Martín y otros renovadores socialistas se ha complicado con la terrible pérdida de poder por parte del Partido Socialista en el ámbito provincial y nacional, y más con el posible regional. En el PSOE nace un nuevo tiempo, el del recorte, el del silencio, el del frío.

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