A España servir hasta morir

Rafael Leopoldo Aguilera
Director del Instituto de Estudios Almerienses
 
No se sí en pleno periodo electoral es "políticamente correcto" expresar libremente como ciudadano español, la tristeza y la pena que me embriaga el corazón y el alma del escaso trato cívico-social que reciben nuestros soldados ante un hecho tan luctuoso, como el fallecimiento en actos bélicos de un militar de nuestras amadas Fuerzas Armadas de España.

Lo único que he percibido durante esta semana es la nula repercusión en la sociedad ante tan vil muerte ignominiosa a manos de un grupo de talibanes en Afganistán. Solo un Real Decreto publicado en el BOE, por el que se declara un día de luto oficial con motivo del fallecimiento de un militar del contingente español en la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán, es el único testimonio del dolor de la Nación española ante la cruel muerte en una guerra incivil.

Era un valiente sargento primero, q.e.p.d., que estaba al servicio de España para liberar a un país de la tiranía autoritaria y a su pueblo sacrificado por un grupo violento de intransigentes políticos y religiosos, para implantar un sistema democrático y evitar el patrocinio de terroristas. Por mucho que nos quieran explicar literariamente, al igual que sucedió con la crisis económica, nuestros soldados se encuentran en situaciones claramente declaradas de una guerra, más que, en una imaginable misión de paz. Pero el tema no es éste, es la forma como el Estado aplica el lema "laissez faire, laissez passer" (dejar hacer, dejar pasar), anulando, mejor dicho, borrando de la sierra de Tremp (Cataluña) el lema de "A España servir hasta morir".

Ese era el juramento de los suboficiales, entre otros, el sargento primero Moya muerto el pasado domingo, que se consagró con su juramento a estas sagradas palabras, poniendo a Dios como testigo.

Sé que cada día fallecen, desgraciadamente, algún/a trabajador/a por falta, en muchos casos, por la inaplicación de las normas de prevención de riesgos laborales, pero la muerte violenta de nuestros soldados en el frente de guerra tiene algo diferente. No sé para que ha servido otra muerte, la sangre derramada de un soldado de nuestro Ejército, uno de tantos militares caídos sin saber por qué, ni para qué fue a Afganistán, enviados por quien corresponde y que de guerras, honor y sacrificio solo saben lo que vieron en sus dibujos animados preferidos, cuando aún tenían pensamientos vírgenes. Unos minutos escasos de información, un funeral castrense "justito", para olvidar cuantos antes mejor este trance "burocrático maquinal", una medalla con distintivo de color….., algún abrazo lloroso institucional con vestimenta folclórica, una palmadita en la espalda, que la vida es un valle de lágrimas, y hay que seguir sobreviviendo. Y los términos de consuelo, ¿qué vamos a hacer?, "siempre estará entre nosotros", "lo que necesites nos llamas", por cierto mentiras, palabras, palabras, y en la vida, obras son amores. Todos pensarán "A rey muerto, rey puesto".

Y algún militar en su arenga para exaltar el apesadumbramiento a los pocos que estaban en el Patio de Armas, dirá con voz tenue, mirando a un lado y a otro, por sí las polémicas palabras se interpretan de forma "políticamente incorrectas", solo basta recordar al Teniente General Mena Aguado. La Constitución española en su artículo 8º, que "Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional." Y en colación con la norma constitucional, la Ley Orgánica de la Defensa Nacional, nos indica de obligado cumplimiento, que "La Defensa Nacional concierne a todos los españoles y constituye la misión específica de las Fuerzas Armadas. La citada Ley Orgánica de la Defensa Nacional señala que 'la política de defensa tiene por finalidad la protección del conjunto de la sociedad española, de su Constitución, de los valores superiores, principios e instituciones que en ésta se consagran, del Estado Social y Democrático de Derecho, del pleno ejercicio de los derechos y libertades, y de la garantía, independencia e integridad territorial de España. Asimismo, tiene por objetivo contribuir a la preservación de la paz y seguridad internacionales, en el marco de los compromisos contraídos por el Reino de España."

Señor de la Vida y la Esperaza en su advocación de la Buena Muerte, que tu infinita bondad nos consuele en el dolor de esta muerte inesperada e ilumine nuestra pena, con la firme confianza de que nuestro hermano en la milicia, vive ya feliz en tu compañía y la luz eterna le alumbre. Descanse en paz.

2 comentarios:

  1. Quizás no seas politicamente correcto en todas tus intervenciones.
    Pero los ciudadanos estamos cansados de falsos, las cosas hay que llamarlas por su nombre.
    ¡F.C.! que cumplas muchos más al frente del IEA.
    ¡VIVA ESPAÑA!

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  2. Pues la verdad es que hace más de 30 años que la apología del franquismo es políticamente incorrecta, sí. Además de constituir un delito, claro. España, además de ser un gran país lleno de contrastes, es un estado laico y aconfesional, según la constitución. Y que una persona que cobra de los ciudadanos, como es el responsable del Instituto de Estudios Almerienses, escriba artículos reinvindicando el nacional-catolicismo y el antiguo regimen es algo que denigra gravemente a los ciudadanos de Almería y de toda España. Un poco de respeto, por favor.

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