Presondeos

Kayros
Periodista

Después de la victoria electoral sin paliativos del centro derecha en Almería, caben algunas inquisiciones acerca de lo que puede ocurrir en política social con el gobierno del PP. Suponiendo que no haya un golpe de timón de trescientos sesenta grados con Rajoy. Como principio nuclear hay que señalar el acento en lo privado frente a lo público. Como consecuencia es presumible que aumente el malestar en la calle, y no por culpa de los enanos infiltrados, como se decía en la dictadura, sino porque los económicamente débiles lo esperan casi todo del Estado.

Se habla bastante de colegios privados y concertados. Se hablará también de la Salle, superado ya el contencioso Junta-Ayuntamiento. No sé muy bien a qué jurisdicción pertenece lo de la Molineta pero habrá manifestaciones en pro del parque, si bien no descarto que triunfe el ladrillo y aquello sea al fin un barrio de alienígenas. También la contestación pudiera surgir en el Barrio Alto y otros andurriales. No echen en olvido que con dinero del Gobierno socialista se arreglaron bastantes calles, especialmente las del centro donde se cree que estaban los votos de la derecha. Los impuestos subirán lo más seguro. No cabe otra solución en el sistema capitalista que nos sustenta al mismo tiempo que nos ahoga.

Respecto a la cultura ya no es posible una orientación nueva. Tendremos una cultura historicista, entretenimiento de jubilados sin esperanza alguna de cambiar la situación. En una palabra, mucho pasado, mucho Casco Histórico pero ahora en el cerebro. Con lo que gastan en pagar a cuatro cantantes y a dos teatreros, podrían haber hecho el auditorio que reclaman los alumnos del Conservatorio. Sin embargo prefieren dar largas hasta pasar veinte y tres años.

Muy sintomáticas serán las peleas del crucifijo, y no lo digo porque sea malo o bueno, sino porque las pelas no se acaban. Aumentarán las bodas en la Patrona. Retrocederá el movimiento alcista de los matrimonios civiles, ahora en el Palacio de Justicia no en las salas frías y areligiosas de los Ayuntamientos. Muchas más averiguaciones podríamos apuntar pero es mejor dejar que el tiempo las confirme. Esto no es futurología sino ejemplo del pasado. Y ojalá me equivoque.
(La Voz de Almería)

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