Moisés S. Palmero Aranda
Educador ambiental y escritor
⏩ Sé que comenzar mi opinión con el nombre de la joven activista
sueca es arriesgado, porque nada más leer el titular muchos habrán suspirado
por el hastío que le provoca escuchar hablar de ella, pero creo que justo ahora
es necesario hacerlo. Si son capaces de dejar aparcados los prejuicios hacia su
persona y dedican algunos minutos de su confinamiento a escuchar, no oír, sus intervenciones,
descubrirán que muchas de sus exigencias las estamos repitiendo hasta la
saciedad desde hace un mes. Usted también.
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Greta Thunberg / Sputnik Nwes |
Su principal reivindicación siempre ha sido “escuchemos a los
científicos, invirtamos en ciencia”. Durante la COP25, después de recorrer los
mismos pasillos donde ahora se agolpan los enfermos, perseguida por cientos de
periodistas, se dedicó a darle voz a los únicos que pueden sacarnos del
desastre. Nuestro futuro depende de aquellos a los que ninguneamos, a los que
le escamoteamos recursos, a los que no escuchamos cuando vienen con datos
contrastados. Da igual si hablamos de emergencias climáticas, sanitarias,
sociales, para prevenir los problemas de mañana hay que estudiar el presente,
adelantarse a ellos, y solo con el apoyo a la ciencia podremos hacerlo con garantías
de éxito. A ver si cuando se acaben los aplausos a los héroes en los balcones,
nos acordamos de seguir invirtiendo en ellos o nos conformamos con erigir un
monumento en su honor.
Su continuo mensaje es la confianza en el ser humano, en la capacidad que tenemos para actuar conjuntamente
Otra de sus grandes frases es “vosotros sois la esperanza”. Su
continuo mensaje es la confianza en el ser humano, en la capacidad que tenemos
para actuar conjuntamente, en la fuerza, y el poder, de la comunidad para
cambiar lo que nos rodea, en la responsabilidad de cada uno de nosotros para
que cuando esto pase no volvamos a agachar la cabeza y dejemos que nos separen.
Este virus nos ha demostrado que cuando pensamos en la vida, en el ser humano
por encima de la economía, el planeta también lo agradece. Otro camino es
posible, pero, y recurriendo a otra de sus frases, “el cambio no va a venir de
los poderosos, si no de la masas que demandan acción. Nosotros vamos hacer el
cambio”.
Para Greta, los grandes culpables de la crisis climática siempre
han sido los políticos, marionetas en manos del poder económico, peleles de
usar y tirar, que sonríen y asienten ante nuestros problemas, pero que no hacen
nada por solucionarlos porque no les afectan. A ellos le ha dedicado grandes
frases, pero hay una que ahora es impactante. Se la dijo a todos los presentes
en el Foro Económico Mundial de Davos en enero de 2019, “no quiero que tengas
esperanza, quiero que entres en pánico. Quiero que sientas el miedo que yo
siento todos los días y luego quiero que actúes”. Con esta pandemia nuestros
políticos han sentido el pánico al descubrir que el dinero no lo compra todo. Hemos
visto como han ido cambiando sus ideas y su forma de actuar a medida que se han
visto tan frágiles como el resto. Donald Trump, Boris Johnson, Vladimir Putin,
han tenido que replegarse ante las leyes de la naturaleza, asustados por un
virus que no respeta ni nombres ni balances económicos.
No es casualidad que esos países que empezaron negando la pandemia, son los mismos que frenan los acuerdos internacionales de la lucha contra el Cambio Climático
Y no es casualidad que esos mismos países que empezaron negando la
pandemia, son los mismos que frenan los acuerdos internacionales de la lucha
contra el Cambio Climático. Son los que ponen a la economía por encima del ser
humano, los que piensan que es buena idea sacrificar a parte de su población
para no entrar en recesión, los que se sientan encima de sillones de oro a
manejar el mundo a su antojo. Son los que pasean su prepotencia, su soberbia,
su falta de empatía por los más débiles, por los pasillos de los edificios de
Congresos donde se celebran las Cumbres Internacionales, que nunca sirven para
nada, y donde ahora se acumulan los cuerpos de cientos de ciudadanos. Una
triste, pero real metáfora que viene a recordarnos que negar las evidencias, es
poner en riesgo la vida de millones de personas.
Para terminar recupero una frase que pronunció en mayo del año
pasado en Viena, “es la crisis más importante que ha enfrentado la humanidad
jamás” agregando que “los humanos tienen una gran capacidad de adaptación, y
cuando tomamos conciencia del peligro, actuamos, cambiamos”.
Todas sus frases son tan validas para este momento porque el
problema no es el virus, ni el cambio climático, es el modelo que ha dirigido
el mundo en las últimas décadas, el que ha puesto el capital por encima de las
personas. Estamos en peligro, provoquemos el cambio.
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