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La negra


Emilio Ruiz

A los pocos minutos de producirse en las inmediaciones de su domicilio de Vícar la detención de Ana Julia Quezada, la ya confesa autora de la muerte del niño Gabriel Cruz, un presunto –escribo presunto por cautela más que por convicción, pues personalmente no lo conozco- miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado envió a su grupo de whatsapp este mensaje que reproduzco literalmente: “Bueno, chicos, como ya ha salido en las noticias, os lo puedo contar. El viernes le tomamos declaración a ‘la negra’ para que picara. Le pusimos un cebo a ver si caía porque ya sospechábamos de ella por unas cámaras de seguridad, que habíamos visto la matrícula de un coche que era familiar. Resulta que ‘la negra’ se ha puesto nerviosa y esta mañana ha ido a sacar al niño del pozo donde lo tiró el mismo día que lo secuestraron, o que lo secuestró ella, eso es lo que nos falta por determinar. Parece ser que el niño lleva muerto desde el día 1, tenemos las fotografías suficientes, lo hemos visto cómo lo ha sacado del pozo. Todo esto me lo han contado los compañeros. Hay fotografías. La han seguido hasta Vícar y allí, cuando ha entrado en garaje, mis compañeros del EDÓ y de la UCO ha entrado en el garaje y el niño estaba en el maletero y ‘la negra’, detenida”.

Ana Julia y Ángel, entrevistados en TVE

Puedo hacer la reproducción literal del mensaje porque llegó de inmediato a mi teléfono móvil. Y he podido comprobar que no solo llegó a mi terminal, sino al de mucha gente, pues su contenido lo vi reproducido rápidamente en algunos medios de comunicación, y en alguna publicación hasta he visto reproducido el mensaje de voz tal como yo lo recibí. Si es inadmisible que entre dos miembros de la Policía o de la Guardia Civil hablen entre sí de ‘la negra’ para referirse a una tercera persona, intolerable es que esa calificación racista se emplee dentro de un grupo social. Desconozco si el Ministerio del Interior instruye a sus agentes sobre la forma en que deben dirigirse entre sí y ante terceras personas, pero expresiones como la indicada no tienen cabida en una sociedad como la nuestra donde la discriminación por raza, sexo o religión adquiere tintes preocupantes que entre todos tenemos que erradicar.
Ana Julia Quezada es la presunta autora de la muerte de Gabriel. Pero ese acto tan cruel no lo ha llevado a cabo porque es de raza negra. O porque es una mujer. O porque es una inmigrante
Ana Julia Quezada es la presunta autora –igualmente utilizo en este caso el término presunta por imperativo legal que no por convicción- de la muerte de Gabriel. Pero ese acto tan cruel no lo ha llevado a cabo porque es de raza negra. O porque es una mujer. O porque es una inmigrante. Crímenes tan crueles como ése lo pueden cometer y lo han cometido por igual hombres y mujeres, nacionales y extranjeros, negros y blancos. La maldad no se rige por esas fronteras, sino por las intrínsecas de cada persona.
Ferran Lalueza, profesor de comunicación y experto en redes sociales de la Universitat  Oberta de Catalunya: "Al tratarse de una mujer inmigrante y de color, lo políticamente correcto ha quedado aparcado en ese ambiente de indignación extrema"
Las redes sociales y algunos medios informativos se han referido a Ana Julia con esas tres etiquetas: inmigrante, mujer y negra. Ha sido la tormenta perfecta para el odio. Al margen, claro, del propio odio que puede suscitar una persona, cualquier persona, que es capaz de hacer lo que esta mujer ha hecho con Gabriel. Como afirma Ferran Lalueza, profesor de comunicación y experto en redes sociales de la Universitat  Oberta de Catalunya, “al tratarse de una mujer inmigrante y de color, lo políticamente correcto ha quedado aparcado en ese ambiente de indignación extrema y se ha abierto la veda (sin aceptar que en las redes no todo vale) de las actitudes machistas, xenófobas y racistas”.

Frente a la actitud detestable de estas personas hay que resaltar una vez más la sensata  actitud de la madre de Gabriel, Patricia Ramírez. Sus palabras son un canto propio de una persona de bien. “Están apareciendo muchos mensajes pidiendo muerte o maldad. Entiendo que estas personas tienen la misma rabia que yo dentro, pero que la usen para pedir bondad en el mundo”, dijo en un momento. "Pido que no se extienda la rabia, que no se hable de la mujer detenida y que queden las buenas personas", dijo en otro. Patricia y Ana Julia –produce escalofrío citar a estas dos mujeres unidas por una simple conjunción copulativa- son el más vivo ejemplo de que en este mundo hay personas buenas y malas, independientemente del color de su piel, de su género o de su lugar de nacimiento. Ana Julia no ha matado a Gabriel porque es negra. Lo ha matado porque es una mala persona. Es mala gente, que decimos por aquí. Qué pena que a tantas personas y durante tanto tiempo las haya tenido engañadas.

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