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Hartos de estar hartos

Mesa en Defensa del Ferrocarril
Manifiesto

➥ Hartos ya de estar hartos ya, nos cansamos de preguntarle al mundo a dónde vamos... No vamos a repetir aquí las cifras del abandono ferroviario que padece Almería. Después de más de dos años de movilización ferroviaria esas cifras resultan archisabidas. Pero las podemos resumir recordando que Almería es sin duda la provincia peor tratada en infraestructuras ferroviarias en España; y que en Europa será difícil encontrar otro lugar donde la cifra de kilómetros de ferrocarril en servicio en relación al número de habitantes sea menor.

Hartos de engaños y promesas

Algún pecado muy grave hemos debido de cometer los almerienses para que se nos castigue de este modo. ¿Será que acaso no pagamos impuestos como el resto de los ciudadanos españoles? ¿Habrá algún motivo por el que no merezcamos lo mismo que el resto de nuestros compatriotas? Este rincón de la península consiguió remontar en la segunda mitad del siglo XX un pasado de miseria... y lo hizo a pulmón, siguiendo un modelo de desarrollo endógeno en el que se pusieron en marcha los recursos locales. No necesitó de la llegada de un Eurodisney, de una factoría automovilística con capitales de fuera (una Ford o una General Motors), tampoco que el Estado pusiera en marcha un polo industrial desarrollista generosamente subvencionado.

El denominado milagro económico almeriense se basó en el esfuerzo de miles de pequeños empresarios que conquistaron con sus productos mercados internacionales y que ahora reciben el premio del abandono y de la desatención en las inversiones del Estado

El denominado milagro económico almeriense se basó en el esfuerzo de miles de pequeños empresarios y de trabajadores de la zona y de otros venidos de fuera, que conquistaron con sus productos mercados internacionales y que ahora reciben el premio del abandono y de la desatención en las inversiones del Estado recogidas en los presupuestos. Porque ahora le toca al Estado; ahora es el momento de que la Administración cumpla con su cometido y aporte las infraestructuras imprescindibles para que ese esfuerzo local pueda proyectarse hacia el futuro.

Pero las señales no son alentadoras, al histórico abandono se le añade en los últimos tiempos la insolencia del engaño y de la mentira. Hace más de veinte años nos prometieron (lo prometió un ministro del Gobierno de España) que el Euromed llegaría hasta Almería en 2005; que con los Juegos Mediterráneos llegaría también la modernización ferroviaria a Almería. Pero nos hemos quedado esperando y parece que todavía nos toca esperar mucho más.

Hace dos meses el actual ministro de Fomento prometió que el Corredor Mediterráneo llegaría a Almería en 2023; pero una semana más tarde, sólo una semana más tarde de este solemne compromiso, se supo que la llegada del tren digno se retrasaba de inicio ya un año más, hasta 2024. A este ritmo de incumplimientos y retrasos antes de que termine el año igual hemos llegado a 2030.

Por esta senda de falsas promesas quizás los niños que nos acompañan en este acto de dignidad y afirmación ciudadana se convertirán a su vez en padres y madres

Por esta senda de falsas promesas quizás los niños y niñas que vienen con sus padres esta noche y nos acompañan en este acto de dignidad y afirmación ciudadana, se convertirán a su vez en padres y madres, y en compañía de sus hijos, de nuestros nietos, tendrán que seguir saliendo a las calles de Almería en petición de un tren digno para nuestra tierra.

Por favor, se lo pedimos por favor, señoras y señores responsables políticos: ¡no nos tomen más el pelo! Preferimos una mala noticia, un reconocimiento honesto de un calendario y de unas soluciones realistas, o la confesión de que son incapaces de traer el tren a esta tierra, que el rosario de falsas promesas y engaños en que han convertido la reciente historia ferroviaria de Almería.

Y hablamos de falsas promesas porque no hay más que mirar a los Presupuestos del Estado recientemente aprobados para comprobar como el olvido de la inversión pública en Almería ha llegado a un nivel sangrante. También para comprobar que para muchos de los que nos representan en el Congreso y en el Senado, es más importante la fidelidad al partido que los ha colocado en las listas que el compromiso con el territorio y con los ciudadanos y ciudadanas que los han votado.

Y encima nos dirán que su voto de apoyo a esos Presupuestos es una muestra de responsabilidad. ¡Qué desvergüenza! Almería deberá tomar nota de esta deslealtad. Almería deberá responder cuando proceda a este injusto maltrato permanentemente infligido. Y mientras tanto, nosotros y nosotras seguiremos aquí: hartos, muy hartos, sí, pero incansables en la reivindicación contra el abandono ferroviario. Nuestra actitud será tergiversada y manipulada, pero no conseguirán que tiremos la toalla.

Dos años después del  nacimiento de la Mesa del Ferrocarril, debe quedarles muy claro que esta movilización ciudadana en defensa de un tren digno ha venido a quedarse. Porque sabemos que el futuro de Almería está en juego y porque no nos debemos a ninguna consigna política. Porque sabemos que antes o después toda Almería se subirá a este tren de la dignidad y del progreso. Por un tren digno. ¡Súbete al tren! ¡Súbete al tren!