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El paso a nivel de El Puche y Almería Alta Velocidad

Alfonso Rubí
Presidente de Focal

El patio ferroviario almeriense está revuelto. No hay semana en la que no se produzca alguna novedad, aunque ninguna sirva para mejorar la situación como pretende la Mesa de Defensa del Ferrocarril. El jueves pasado el Consejo de Almería Alta Velocidad, S. A., se reunió para acordar el soterramiento del paso a nivel de El Puche, una obra que es muy importante para la ciudad, y que constituye la primera cuestión de enjundia que se plantea la sociedad en sus casi seis años de existencia. A pesar de lo cual quedó en el aire. Esperemos que se reconduzca la situación, y que la obra se apruebe y se ejecute lo antes posible, con el acuerdo de las tres Administraciones que integran la sociedad sobre la solución que interesa, que es la más cara de las alternativas contempladas, pero la única aceptable desde el punto de vista urbanístico.

Túnel de Sorbas
Es preocupante que se produzcan disensiones en el seno de esta sociedad, que se creó en julio de 2010 con fines de la mayor importancia para el desarrollo de nuestra ciudad: “coordinar las actuaciones correspondientes a la remodelación de la Red Arterial Ferroviaria en Almería y las  relativas a la transformación urbanística de los suelos ferroviarios de titularidad estatal”, según rezan sus Estatutos. Pero aún más preocupante es la inactividad de la sociedad. El representante en ella de la Junta dice que no se ha hecho nada en relación con los acuerdos que se tomaron por unanimidad en octubre de 2012. Se debería recordar al denunciante que la Administración a la que él representa es también culpable de esta pasividad, puesto que ella es uno de los tres socios que la gestionan.

"La verdad es que Almería Alta Velocidad no hace honor a su nombre, porque hasta el momento ha funcionado a una velocidad muy baja, casi nula"

La verdad es que Almería Alta Velocidad no hace honor a su nombre, porque hasta el momento ha funcionado a una velocidad muy baja, casi nula. Consciente de ello, la Comisión Permanente de la Mesa del Ferrocarril acordó pedir al Consejo de Administración que se nos invitara a asistir a sus reuniones para colaborar a la aceleración de la actividad societaria. Se nos ha contestado muy amablemente que no es posible por lo que dispone el artículo 232 de la Ley de Sociedades de Capital sobre el deber de secreto de los administradores. Yo no creo que el contenido de ese artículo sea aplicable a este caso, si se tiene en cuenta que los propietarios de las sociedades públicas somos los ciudadanos. Nuestros son los seiscientos mil euros que tiene Almería Alta Velocidad como capital, y nuestras son las infraestructuras, los equipamientos y los suelos que debe gestionar.

En mi opinión este es el cambio fundamental que nuestra democracia necesita: sin discutir la legitimidad para tomar decisiones que nuestros representantes políticos se ganan en las urnas, deben asumir de verdad que están a nuestro servicio. Mantra que repiten sin cesar pero que no viven, porque vivirlo supondría que nos informaran y nos escucharan con más atención y frecuencia de lo que lo hacen. Todo lo que gestione y decida una sociedad como Almería Alta Velocidad, S. A., debería ser público y transparente. Sin secretos.