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Plan de restauración de la mina La Higuera, de Bédar

Juan Antonio Soler Jódar
El Faro de Bédar

Tras la finalización de la estancia de los estudiantes de Nancy en Bédar, vamos a comentar un poco más sobre el proyecto de habilitación para el turismo de la mina Higuera. El trabajo, realizado por Hélène Velcin y Clément Vorgy, se llevó  cabo durante el mes de junio de 2015, y fue resultado de la colaboración que desde hace ya tres años se lleva a cabo con el departamento de Ciencias de la Tierra de la Facultad de Ciencias y Tecnologías de Nancy (Université de Lorraine, Francia), por medio del profesor Christian Hibchs.

Fue precisamente Christian Hibchs quien entregó a José Ramón Muñoz, concejal de cultura del Ayuntamiento de Bédar, lo planos resultantes del trabajo de cartografía de la mina. Pero no solo se trataba de obtener los planos, algo imprescindible para poder posteriormente musealizar dicha mina, el trabajo a abarcado también aspectos tanto geológicos como de arqueología minera, además de la elaboración de las primeras propuestas de preparación y recorridos imprescindibles para elaborar un proyecto posterior que haga visitable dicha mina.

El grupo de estudiantes de Nancy, en Bédar 

Podría haber pasado que los resultados indicaran que la mina era demasiado inestable como para realizar este proyecto, pero como ya suponíamos los que la exploramos en primer lugar, las características de la roca por la que discurre esta mina, hacen viable el proyecto. Sin embargo, en el estudio apuntan diferentes actuaciones indispensables para asegurar la seguridad y la higiene (entendiendo ésta como la eliminación de los riesgos que pueden ocasionar enfermedad a los visitantes).

Estas actuaciones se deberían centrar en algunas galerías que son inestables debido a la presencia de  rocas cataclásticas, que se han de sanear o bien cerrar directamente; deben ser reparadas o aseguradas las escaleras de las diferentes trancadas (accesos entre diferentes niveles) de la mina; se ha de balizar o impedir el paso a las zonas peligrosas como los pozos presentes en la mina y para aquellas zonas con, al menos, 1,70 m de alto, y debe limpiarse de polvo todas las zonas de paso, pues toda la mina está cubierta de una capa de polvo rico en hierro que puede suponer un riesgo para la salud.

En cuanto a las rutas posibles, Hélène y Clément proponen difentes recorridos y modalidades de visita, que van desde recorridos meramente pedagógicos hasta otros de aventura, no siendo excluyentes entre ellos. Dichos recorridos incluyen rutas por el exterior, dado que la mina tiene accesos por la parte superior de la montaña donde se ubica, proponiendo incluso algunos trayectos en tirolina, que harían un homenaje, en cierta manera, a los cables aéreos de transporte que fueron tan habituales en Bédar.

En los aspectos puramente pedagógicos, se propone la recreación de como era la explotación minera a finales del siglo XIX y principios del XX. Para ello es imprescindible contar con datos históricos, de manera que se pueda recrear el ambiente opresivo y claustrofóbico que debían soportar los mineros durante las largas jornadas de trabajo dentro de las estrechas y polvorientas galerías. A pesar de no existir mucha documentación, si que se dispone de suficientes datos como para recrear estos trabajos fielmente, disponiéndose incluso de los planos originales de las vagonetas mineras que se utilizaban en esta mina concreta.

Esto es un dato poco conocido, pero no existía un modelo de vagoneta estándar para todas las minas. Cada mina y cada trabajo exigía un tipo diferente de vagoneta, desde las “cunas” o vagonetas que se utilizaban para el transporte por los planos inclinados, hasta las diferentes vagonetas de transporte en el interior de las galerías. La anchura y altura de las galerías y disposición de los cargaderos obligaban a utilizar vagonetas “de diseño” adecuadas a cada mina concreta. Así conocemos modelos específicos de vagonetas diseñadas para minas como La Higuera o Carabinera. Estos planos permitirían, en ultimo término, construir reproducciones de las mismas.


En las fotografías superiores, los planos originales de la vagoneta “tipo Higuera” tal y como se conserva en los archivos originales que Alfredo Dörn, antiguo ingeniero director de las minas, guardaba procedentes de la empresa minera La Unión Bedareña. Estos documentos fueron entregados a Felipe Guillén en 1952, en la última fase de explotación de estas minas. Esta documentación fue cedida finalmente para su estudio por Emilio Ruiz, quien fundó y dirigió revistas como “Cadímar y “La Cimbra” en Los Gallardos.


Todo este trabajo ha sido entregado al Ayuntamiento, y esperamos que muy pronto empiecen a elaborarse proyectos y buscar la financiación para los mismos.